La fotografía es una forma de capturar la realidad en un momento determinado, congelarla, documentarla. Como un texto visual, cada imagen narra una historia personal, admite el fotoperiodista José Hernández-Claire, quien presenta una serie de 45 fotografías de gran formato, en blanco y negro, titulada “Éxodo Nacional, el rostro de la migración México-E.U.A.” en el Consulado General de México en Los íngeles, California.
El propio fotógrafo egresado de la Universidad de Guadalajara, en un prólogo a la serie “Trasterrados” que presentó en el 2009, narra el drama de este éxodo: “En esta aventura temeraria, muchos se quedan en el camino, son deportados, pero intentan una y otra vez cruzar. Han quemado sus naves en sus lugares de origen y no pueden regresar. Los que logran cruzar se establecen en un país sin ningún derecho, pierden hasta su nombre en una cultura ajena, para al final convertirse, para siempre, en trasterrados”.
Con voz suave y pausada, pesando en cada palabra, el fotógrafo documental, habla sobre este trabajo que tiene que ver con la inmigración ilegal hacia Estados Unidos, que realiza desde el año 2006.
¿Qué nos quiere decir con estás imágenes?
Trato de narrar el drama de la migración. Son los rostros de los migrantes. Retrato lo penoso del trayecto, la fatiga, el cansancio, las frustraciones, también las alegrías de un viaje de más de tres mil kilómetros, desde la frontera sur hacia el norte, que se realiza en escalas, pasando por diferentes ciudades, bajando y subiendo trenes, comiendo y durmiendo a las orillas de las vías.
Estas fotografías las toma en el lugar donde ocurren los hechos, ¿cómo ha sido esta experiencia?
Este viaje ha sido muy importante para mí como fotógrafo documental, una experiencia dura, he podido escuchar historia tristes, de abandono de familias, de cómo se vende lo que se tiene para conseguir el dinero para el coyote, dejar a los padres, hermanos, esposas, hasta hijos por venir, con el afán de encontrar un medio de vida, un trabajo para sostener a la familia, la mayoría de ellos van por eso, no es una aventura.
Además de la exposición, dictará la conferencia “El trabajo documental en la fotografía”, ¿cómo se puede documentar el tema de la violencia en México, que con la migración, es otro de los aspectos más preocupantes de la realidad nacional?
El fotógrafo tiene un punto de vista y esa es la manera como trata de narrar una historia, en el caso de los migrantes ha sido mi propia experiencia, mi vivencia con ellos durante el viaje; en el caso de la violencia son situaciones aún más complicadas porque se dan de manera intempestiva, y a menos que se encuentre en ese lugar y se pueda tener la suerte de tomar alguna imagen, los abordajes son diferentes, pero no dejan de ser ambos temas muy difíciles por los que atraviesa nuestro país.
Al realizar este trabajo, en cierta manera se convierte también en migrante, ¿cómo fue esta experiencia para su propia familia?
He recibido un gran apoyo por parte de mi familia para poder enfocar mi energía en este trabajo, ha sido fundamental. Cuando uno es soltero no depende de nada para irse en cualquier momento, pero cuando eres sostén de una familia debes equilibrar este aspecto para poder tener la máxima disponibilidad de tiempo posible, que en este caso era lo más importante.
¿Qué representa que este trabajo sea expuesto en Los íngeles?
El mejor lugar que se puede exhibir es en el Consulado mexicano de Los íngeles, por la importancia que tiene la exposición ahí para todos nuestros paisanos en estos momentos, espero que el trabajo sea una fuente de apoyo para ellos, de solidaridad y es una manera de mostrárselos. A veces escuchamos las estadísticas: quinientos mil migrantes cruzaron la frontera, pero los migrantes no son cifras, son seres que tienen rostro y debemos verlos y estar con ellos, ahí radica la fuerza de la fotografía, que nos permite constatar lo que las palabras no bastan para expresar.