La palabra «Belanova» aparece una y otra vez en la lista de trending topics.
Miles de tuits piden que la banda originaria de Guadalajara, que vino a darle el nombre de «electropop» al género que los abanderó, se presente en los conciertos de los 2000’s Pop Tour; pero, incluso, otros son más tajantes en su exigencia: «Prefiero mil veces el regreso de Belanova que el de RBD», leí en mi timeline.
Ese anhelo también corre por Instagram y TikTok: a cada rato salen videos del tipo «cuando por fin entiendes lo que dice la canción…», «no se equivocó Belanova cuando dijo…», «mi parte favorita del himno nacional es cuando dice…» y luego luego se escuchan canciones como «Niño», «No me voy a morir» y «Rosa pastel».
«Niño, es hora de partir, la vida me invitó hacia otro lugar… sin ti».
«No, no me voy a morir, nada va a cambiar sólo porque no estás aquí».
«No, no quiero ser esa mujer, ella se fue a un abismo. Tú no eres aquel que prometió sería mi super héroe».
En efecto, su música y letra se sienten como himnos que exaltan la vulnerabilidad, la compasión y el amor por alguien, pero, sobre todo, el amor propio.
Cuando voy a las cantinas Morelias o El Gil no falta quien los ponga en la rocola y pienso que hacen un match perfecto con Marisela, Chente y Juan Gabriel. En antros como Génesis, Californias, Xico, La Lupita realmente seguimos bailando los temas sintiéndonos como si fuera el 2009.
La música de Denisse Guerrero, Edgar Huerta y Ricardo «Richie» Arreola se palpa como un patrimonio sonoro de la vida urbana de la Guadalajara de las últimas dos décadas, y que escaló al resto de México y América Latina.
En medio del intempestivo descanso al que están entregados, «Richie» Arreola comparte, para Gaceta UdeG, cómo fue que Belanova se convirtió en la banda hito del electropop en español desde tierras tapatías, a propósito del 481 aniversario de la Fundación de la Perla de Occidente.
Pero también, si es que harán caso a lo que el público les pide: que vuelvan a tocar.
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El inicio de un rico «Cocktail» sonoro
Le decían «El Huesero» porque cada noche se encargaba de sanar las fracturas de las bandas de rock y funk de Guadalajara. Si algún músico faltaba, a él le llamaban; era el comodín por excelencia.
Así era la realidad de Ricardo Arturo Arreola Palomera cuando comenzó el tercer milenio, quien hoy es conocido con el apodo que menos le gustaba: «Richie». Lo asumió.
Él aún recuerda cuando todo comenzó en el 2000, el mismo año en que nació su hija Carolina: fue una noche cuando un joven entusiasmado se le acercó con un casete en la mano.
«Estaba en un lugar que se llama o se llamaba Santo Cachorro y yo iba a suplir a un bajista; me invitó el baterista que hoy sigue tocando con Alejandro Fernández. Ahí fue donde yo conocí a Edgar, quien me enseñó un casete de lo que estaba haciendo con Denisse».
«Luego empezamos a platicar y me dice ‘oye, pues yo estoy estudiando, pero estoy haciendo música, a ver cómo se te hace lo que estamos haciendo’. Entonces, cuando yo escuché el casete me gustó mucho«.
«La música estaba a capela, y en ese entonces había un grupo que se llamaba Sad Mama, un grupo medio étnico, y yo pensé que eran ellos, y dije ‘pues está buenísimo’, pero luego me enteré que no eran ellos».
«Pero cuando lo escuché, le dije ‘claro que sí te produzco’. Y cuando conocí a Denisse y cómo cantaba, les dije que si les gustaría que yo pudiera entrar también a la banda».
Edgar ya lo conocía, porque «Richie» formó parte de La Dosis, una de las bandas más importantes de funk rock de los años 90. Denisse, por su parte, comenzaba a colaborar con Edgar en esta ciudad a la que llegó proveniente de Los Mochis, Sinaloa, para estudiar Diseño de Modas.
Los tres se habían encontrado en una Guadalajara donde había efervescencia en la escena de la música inspirada en lo electrónico, pues ya existía el colectivo Nopal Beat, que incluía a Sussie Cuatro, Shock Bukara y más.
Y en la que además llegaba mucha influencia de Moby y Chemical Brothers. «Richie» recuerda que la forma de consumir música nueva era ir al Mr. CD a hacer fila para ponerte los audífonos y escuchar lo que ibas a comprar.
«Al principio empezamos a hacer la música en español y mucha gente decía: pero la música house y la música electrónica es en inglés y nosotros nos aferramos a hacerlo en español«, contó.
Tras meses de ensayos, Belanova se presentó por primera vez en un lugar llamado Evangelinas, donde el cartel comprendía muchas bandas, incluso de reggae.
«Una persona que nos vio en el Evangelinas nos llevó a Monterrey» y de ahí arrancó la carrera de esta agrupación.
«Tus ojos», ventana a la identidad de la urbanidad tapatía
Denisse sale de una casa en la arbolada y fresca calle de Juan Diego de la colonia Chapalita, de Guadalajara, sólo para darse cuenta de lo sucio que está su automóvil.
La aventura del día será llevarlo a un car wash, acompañado de una clásica grabadora de Fisher Price, de la que emana una canción de funk muy fresco.
Así comienza el videoclip de la canción «Tus ojos» de Belanova, que en 2003 comenzó a destacar en la programación de canales como Mtv y Telehit, y que mostraba a una Guadalajara soleada, tranquila y lejana de todo monumento tradicional.
Se trata del primer sencillo de su primer disco, Cocktail, creado tras firmar con la compañía independiente llamada Virus, a cargo de Alejandro Midi, tecladista de Moenia.
«Él nos conectó, grabamos el disco en Querétaro, en una habitación de un hotel, ni siquiera en un estudio«.
«Y decidimos que fuera el primer sencillo y ese vídeo lo hicimos aquí entre puros amigos, había muchos músicos, como los de Telefunka. Gran parte lo hicimos en la colonia Chapalita, donde los jardines son grandes, donde se ve que está el mini Cooper. Y después otra parte la grabamos en Colinas de San Javier, porque ahí había un autobaño».
«Todo esto fue independiente, no teníamos disquera, lógicamente que tampoco teníamos lana para hacer esto y fue como una onda muy colectiva. Así se hacía antes, no había mucho del internet y todo este rollo, entonces casi todo se hacía entre todos: cineastas, músicos, todos nos ayudamos de la manera que se pudiera».
Este video llamó la atención del público tapatío que poco veía representada su ciudad en la pantalla y que, por su narrativa colorida y una melodía suave, también enganchó al resto del país.
Así mostraron que el pop también podía nacer del indie y no sólo de la industria discográfica.
«‘Tus ojos’ empezó a funcionar mucho en radio a nivel nacional y la gente decía: ‘¿esa banda de dónde es? ¿son españoles?’, nadie pensaba que éramos de aquí de Guadalajara».
«El primer disco, Cocktail, vendió mucho y de ahí la empresa Universal Music volteó y dijo: ‘a ver, esta banda que está vendiendo muchos discos, quién es; los queremos firmar».
«Entonces nos firmaron y de ahí nos fuimos a grabar el segundo disco a Buenos Aires, Argentina. Fue la primera vez que fuimos lejos y estuvimos grabando Dulce Beat y de ahí cambió radicalmente todo«.
«Dulce beat», el pase a la fama de Belanova
En la mente del público mexicano de mediados de los 2000 ya estaba incrustada la idea de una banda de tapatíos que sonaban diferente: era muy melodiosa pero también tenía mucho de electrónico.
Entonces, el concepto de «electropop» surgió cuando salió a la luz su segundo álbum, Dulce Beat, con el que Belanova se posicionó a escala internacional.
«Richi» recuerda que ahí fue cuando cambió radicalmente todo. «Creo que de ese disco hay cinco canciones que fueron número uno en varios países».
«Fuimos a España, obviamente que fuimos Argentina, todo Sudamérica, Centroamérica a Estados Unidos. Ahí sonaban las canciones de «Por ti», «Rosa pastel», «Niño» y «Cada que»; todas éstas fueron sencillos«.
«Sí fue como un boom, porque recuerdo que de repente prendía la televisión estábamos nosotros en un comercial de Pizza Hut y de repente uno de Coca-Cola. Eran un montón de marcas».
«Y no te miento, era de que íbamos a algún lugar y no podíamos salir; bueno, yo sí podía salir porque quizá no pasaba nada, pero por ejemplo, en el caso de Denisse, mucha gente la perseguía para autógrafos«.
Pero a la par de la fama, quizá una de las mayores aportaciones de la banda fue hacer que la palabra «electropop» se acuñara para el tipo de música que hacía; aunque hubo pioneros como la agrupación Moenia, que también tocaba ese género.
«No estaba todavía el término ‘electropop’, no es que lo bautizáramos, pero sí fue una forma de decir que era lo que nosotros tocábamos«, cuenta el también productor.
Un sonido que siempre se respetó
Se piensa que cuando una banda firma con una disquera se le obliga a cambiar para ser perfilada para públicos más diversos; en términos llanos: que cambien su sonido.
Sin embargo, a decir de «Richie», las disqueras jamás le pusieron línea.
«Siempre respetaron lo que nosotros hicimos en la parte creativa, en la elección de videos, en la ropa, en todo. Nunca hubo una manera de imposición de que teníamos que sacar dicho sencillo; siempre nosotros elegimos«.
«Por lo regular con Belanova componíamos entre 60 y 50 temas para cada disco. De esos 50 temas, nosotros hacíamos una seleccione de 25 canciones y esas 25 las enseñábamos a la compañía».
«Richie» asegura que les han ocurrido cosas increíbles, conciertos, experiencias, así como abrirle conciertos a Shakira en Latinoamérica.
¿Regresará Belanova?
💌Cartas viejas
💭sueños rotos
✨las estrellas
😔y tus ojos
Le doy swipe al celular e influencers del marketing musical aparecen con análisis sobre cómo la estética y música de Belanova estaban adelantadas a su tiempo, además de las teorías del por qué desapareció la banda, que no la supimos valorar y de cómo sería de glorioso su regreso.
Actualmente, tan solo en Spotify, se reportan 4 millones 270 mil 280 oyentes mensuales de las canciones de Belanova.
¿El grupo se terminó? ¿Van a regresar en medio del revival de los dosmiles? Esto explica «Richie» Arreola:
«Mira, realmente nunca nos peleamos y nunca hubo una disolución del grupo».
«Lo que sí pasó es que Denisse ya estaba cansada y es normal porque es muy pesado cuando tienes 160 fechas por año, más la promoción, prácticamente todo el tiempo estás trabajando».
«Es levantarse a las 6:00 de la mañana, tomar un viaje; eso suena padre, pero cuando ya lo estás haciendo durante años es pesado, y más en el sentido de que también ella quiere tener una vida».
Fue por eso que, para la banda, era necesario tomarse un break.
«Pero como banda seguimos. Que la idea es regresar, lógico. Hasta ahorita a mí no me han dicho que ya se terminó, ninguno de ellos y sí seguimos teniendo contacto».
«Y ahora no quiero decir nada, pero sí puede haber una sorpresa este año o el siguiente«, advirtió el músico.
Dijo que el hecho de que haya tanto alarde en redes sociales lo llena de emoción y están al pendiente de lo que se publica sobre Denisse, Edgar y él.
«Sí está padre saber que todos los días recibo mil 520 mensajes de si va a regresar Belanova y ver memes».
«Hay gente que me escribe de Argentina, de Colombia, de Chile. Me da gusto saber que hay mucha gente de España y Estados Unidos; pero también de que el público LGBT+ es súper fan de Belanova«.
Ahora «Richie» Arreola es productor y músico de la banda de rock tapatía La Vida Mía, un proyecto que está sonando fuerte en festivales importante y con el que está de gira por España.
«Me siento contento porque es un proyecto que es igual que Belanova, pues así empezamos: picando piedra, estamos trabajando mucho, teniendo siempre una visión de a dónde se va en la parte musical».
Agradeció a Gustavo Castellón, director de Guanamor, quien le ha dado la oportunidad de producir a agrupaciones como Fanko, Seggi, así como a otras bandas y proyectos comerciales.
Tras la entrevista que nos dio, realizada en el estudio Guanamor, justo en un escenario tapizado de bocinas y consolas musicales antiguas, «Richie» agradece y retoma el ensayo con sus compañeros de La Vida Mía, quienes al parar la grabación de la entrevista le aplauden.
De nuevo toma el bajo y vuelve a conectar con lo que mejor sabe hacer, pese a las dudas y miedos que le puedan venir a la mente con respecto a su trabajo, incluso sin siquiera saber el destino y alcance que puedan tener esas canciones.
Y entonces recuerdo lo que «Richie» comentó minutos atrás:
«Sí está padre que la gente sea parte de la música que uno hace. De repente esa canción tiene un impacto en mucha gente en sus vidas. Mucha gente me ha dicho: yo me casé con la de ‘Tus ojos'».
«Hay un montón de historias alrededor de Belanova».
Y continuarán.