"Letras cautivas": la libertad en palabras

Presenta SEMS una antología de literatura y dibujo hecha por jóvenes de centros de reinserción social a partir de una serie de talleres que profesores de Prepas UdeG realizaron en dichos recintos

Colaboración: Víctor Rivera / Fotos: Jonatan Orozco

Antes de que Leslie apareciera, su palabra había sido prestada por la voz de Adriana Sotelo, quien bajó lentamente las escalerillas norte del auditorio del edificio Valentín Gómez Farías, mientras leía, de manera dramatizada, las reflexiones que la chica había tenido en su internamiento en los centros de prevención y reinserción social.

Con un vestido bermejo y zapatillas carmín, Sotelo recitó: Hipocresía / para poder estar dentro del lugar. / Deshonestidad, / para no meterte en conflictos. / Estar en alerta las 24 horas, / a la defensiva porque no sabes qué pueda llegar a pasar.

Leslie, de 19 años, es una de las y los 11 adolescentes que participaron en la antología Letras Cautivas, una obra concebida por el Sistema de Educación Media Superior (SEMS) luego de una serie de talleres que 12 docentes de Prepas UDG impartieron para jóvenes internos de los centros de prevención y reinserción social.

Esas capacitaciones —que fueron de poesía, narrativa, dibujo y pintura— dieron como resultado la publicación de la obra que se trabajó en conjunto con la Editorial Universitaria y la Dirección General de Prevención y Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad del Gobierno de Jalisco.

La presentación se llevó a cabo en la sede del SEMS y, mientras se desarrollaba el acto, apareció Leslie en el recinto. Había salido de prisión después de dos años, “por un error de decisiones”, pero ya estaba de regreso a la libertad. Iba vestida de color coral, con falda a cuadros en contraste con rosa palo (ahora odia el color blanco que la uniformó durante dos años en el encierro), la mirada bien abierta —de seguro nació con los ojos francos— y con un pelo fino de cabellos que le nacen como cascada de obsidiana.

Sin vacilar, al tomar la palabra dijo que, al participar en esos talleres, nunca creyó que lo que hacía se convertiría en parte de un libro. Sin embargo, cree que al haberlo llevado a cabo fue un ejercicio paliativo. Como una forma de sanación y de introspección con la que se conoció mucho mejor.

Ahora, señaló, “Quiero ser una mejor persona. Ahí dentro me conocí. Me amé. Me acepté como soy. Ahora saber quién soy es algo muy bonito. Da un poco de vergüenza salir de lugares así, pero da más caer y no levantarse. Ahora mi sueño es volver y estudiar, y quizá, algún día ser parte de esta Universidad”, confesó.

Leslie es el rostro de otros 10 jóvenes más que dejaron su visión en la antología Letras Cautivas. Un ejemplar que da muestra de la perspectiva de jóvenes que por cuestiones diversas cayeron en prisión, como es el caso de Jacobo, de 16 años, cuyas elucubraciones abren espacio para la meditación colectiva en torno a las condiciones sociales que se enmarcan en las divisiones de clase:

Uno no debería dejar de ser humano por ser pobre”, escribió como una conclusión que aparece en el texto titulado «Extraño ver el atardecer», que es una suerte de carta donde recuerda con añoranza a su madre, a su familia y al pueblo costero de donde es oriundo.

Este tipo de testimonios son los que, de manera creativa, reúne el texto que fue presentado como parte del cierre de las actividades realizadas por el SEMS en el marco de la conmemoración de Guadalajara Capital Mundial del Libro. El propio Sistema gestionará para que Letras Cautivas se presente también en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La distribución correrá a cargo de la Editorial Universitaria.  

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