«Espantapájaros» recorre la brutalidad y la esperanza de las infancias armadas

La obra de teatro se presentará el 27 y 28 de octubre y el 3 y 4 de noviembre, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas

La Sala 4 de Conjunto Santander de Artes Escénicas presentará la obra de teatro Espantapájaros, una historia que cuenta las vidas de muchos niños y niñas reclutados de manera forzosa para librar batallas ajenas en guerras, guerrillas y pugnas del crimen organizado en México y todo el mundo.

Un ex niño-soldado cuenta su historia colmada de escenas terribles tras su exposición temprana a la violencia. Y el arrogante Espantapájaros, alardea de sus crímenes aunque en el fondo guarda un lejano recuerdo de amor que lo salva de la barbarie.

La directora de la puesta en escena, Circee Rangel, pone el acento en las infancias, las víctimas colaterales que nadie ve ni cuenta en los conflictos armados. 

“Desde todos los tiempos, si acaso pocas veces, nunca vemos que dentro de esas guerras también hay niños y niñas sufriendo los estragos, bombardeados o muertos, también tomando las armas”, dijo.

Ante una realidad dura y triste, la directora ofrece una apuesta estética en la que conjuga el trabajo visual y corporal de los actores para explicar y desarrollar el tema a un público infantil a partir de los diez años de edad.

“Justamente es una problemática muy dura y muy triste, tomé decisiones para no mostrar nada que se parezca a un arma; en cambio, hay metáforas, porque creemos que para mostrar la crueldad y el dolor de una guerra no necesitamos ser obvios, al contrario”, explicó la directora.

El personaje del Espantapájaros adquiere ese mote porque manipula a los niños y les roba sus querencias más preciadas para ejecutar acciones de muerte.

“Lo que hacen con los niños y niñas es justamente quitarles todo todo el interior, toda posibilidad de empatía, para poder hacer cosas tan crueles como las que hacen en las guerras”, compartió.  

Sin embargo, en el transcurso de la historia Espantapájaros reconoce una cualidad que creyó aniquilada.

“Descubre una luz dentro de él: una luz de humanidad que lo regresa a su condición humana, a su esencia”.

La obra le habla a los padres y madres de familia para cultivar el amor y la confianza en sus hijos para explicarles el mundo con todo y las aristas más terribles.

«No podemos meter a nuestros niños en una burbuja al hacerles creer que todo está bien en casa, o cuando vamos por las calles en este país con índices de inseguridad tan tremendos donde cualquiera puede ser presa de cosas terribles”, apuntó.

Y ante la realidad aplastante, impulsa la comprensión y el entendimiento de nuestro tiempo a través del teatro.

“Por supuesto que tenemos que hablarles de todos estos peligros y hablarles desde el arte, desde el teatro que, a mi parecer, es una de las mejores formas».

La obra se presentó en Cali, Colombia, en el Encuentro de Teatro Comprometido con la Infancia en lugares donde las niñas y niños están expuestos a la violencia.

“Y compartir esta preocupación que tenemos y decirles que acudiendo a la sensibilidad de su propio corazón y sus principios pueden decidir no estar ahí, no matar, no torturar, no hacer esas cosas terribles que les obligaban a hacer”. 

La dramaturgia de Espantapájaros es de Maribel Carrasco, producida por Marisol Méndez y la dirección de Circee Rangel: del elenco forman parte Alex Dessavre, Marisol Méndez, Marco Vega, José Jaime Argote, Alex Morán, Carlos Méndez y Dafne Abaroa.

La obra se presentará el 27 y 28 de octubre y el 3 y 4 de noviembre, con horarios de viernes a las 20:30 hrs y sábados a las 19:30 hrs.

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