Buscan reactivar la economía en la región Norte de Jalisco mediante la capacitación para la conservación y aprovechamiento de recursos naturales de la zona, como nopal y mezquite
Contribuir a hacer la zona Norte de Jalisco más productiva en materia de seguridad alimentaria, mediante el apoyo a las localidades con transferencias tecnológicas e investigaciones participativas, es la finalidad de los proyectos de investigación que se trabajan desde el Centro Universitario del Norte (CUNorte).
La coordinadora de la maestría en Estudios Transdisciplinares en Ciencia y Tecnología, Martha Fabiola Martin del Campo Solis, explicó que de esta forma buscan que se reactive la economía o que se active, ya que trabajan en localidades muy alejadas.
“Que esto promueva nuevas fuentes de ingresos económicos y empleo, además de que se valoren las especies nativas y se aprovechen los recursos naturales que tiene esta zona Norte de Jalisco”.
Compartió que a través del posgrado se trabajan actualmente dos tesis para tratar de aprovechar los recursos locales, ya que la mayoría de ellos son de temporal, por lo que promueven la utilización de tecnologías eficientes y de bajo costo como las energías renovables y el secado solar para poder adquirir alimentos de bajo costo y que se puedan consumir durante todo el año.
“Una vez secados con métodos de conservación estas especies que estamos tratando de conservar, estarán disponibles para comunidades marginadas. Actualmente no hemos trabajado con comunidades indígenas, pero implementamos los modelos de seguridad alimentaria en pequeñas comunidades que van de 300 a 500 habitantes”.
"Estamos trabajando con la recolección de quelites, mezquites, hongos silvestres, hicimos una encuesta para identificar cuáles son las especies que se consumen actualmente y que se han consumido de generación en generación"
La respuesta de la población ha sido muy positiva y actualmente trabajan en dos localidades donde se han impartido talleres sobre el secado y cocción solar con base a las especies que han recolectado.
“Hay mucho interés no solamente por la valorización del aporte nutrimental, sino también por la nostalgia, hay una nostalgia generacional que nos indican las personas cuando los entrevistamos respecto al consumo de estas especies, ya que actualmente hemos detectado que las generaciones más jóvenes han dejado de consumirlas o no las conocen. Hemos detectado que la recolección de estas especies se sigue dando año con año, una población entre los 40 y más de 80 años, que son quienes siguen realizando esta actividad”.
La maestría tiene un enfoque transdisciplinar, acopia los conocimientos y aportes sociales e involucra en las investigaciones a las localidades y comunidades como actores propios de la investigación.
“No se introducen nuevas especies, sino que se busca el conocimiento y saberes locales para hacer una inserción de un alimento más respetuosa. Ahora lo que viene es hacer innovaciones y tratar de lograr una inclusión cultural de estos alimentos, que son los que ellos ya conocen, pero probablemente se los demos en otras presentaciones”.
Otro de los trabajos de investigación que se realizan en colaboración con productores pecuarios del municipio de Jerez, Zacatecas, es en materia de aprovechamiento del nopal, especie abundante en esa zonas, para el desarrollo de un alimento a partir de nopal urea y levadura de pan.
“Uno de nuestros estudiantes está apoyando en la parte de investigación para optimizar el proceso de producción, estamos hablando de que estos procesos de fermentación se realizan a temperatura ambiente y acá los inviernos son un poco más crudos y la eficiencia de su proceso es muy baja en temporadas de invierno. Se están haciendo trabajos para hacer un control de temperatura en sus procesos fermentativos, se está estudiando el proceso para optimizar el contenido de proteína, que es lo que se busca aumentar con estas formulaciones».
Aunado a esto se trabaja además con un rancho para utilizar el mezquite, un recurso muy abundante y muy poco aprovechado en la zona Norte de Jalisco que cuenta con más de 3 mil 900 hectáreas que nadie está consumiendo y que puede servir de alimento para caprinos y bovinos.