MARTHA EVA LOERA
Todo autor literario se convierte, en menor o mayor medida, en arquitecto, porque tiene que escribir sobre los lugares donde interactúan, habitan o transitan sus personajes, los que sirven de marco especial a sus historias, afirmó Juan Calatrava Escobar, investigador de la teoría de la arquitectura de los siglos XVIII al XX, durante la conferencia magistral que impartió el día de ayer en el auditorio de la Biblioteca Pública Juan José Arreola, dentro de ArpaFil 2019, que organiza el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Al hablar de las relaciones entre arquitectura y literatura, el académico español recordó que para Voltaire el arte de construir era una mera continuación de la escritura.
Agregó que Edgar Allan Poe, cuando publica Filosofía de la composición, en 1846, señala que lo mismo que un arquitecto no debe construir si no tiene los planos de un proyecto perfectamente definidos, un escritor no debe escribir una palabra sin el plano completo de la obra.
Por su parte, Víctor Hugo sugería una nueva era donde la arquitectura iba a dejar de ser la expresión primordial del espíritu de los pueblos, y se volcaría en lo escrito.
Robert Louis Stevenson, autor conocido por sus relatos de aventura, escribió un texto precioso sobre cómo sería su casa ideal, dijo Calatrava Escobar. Ahí explica como debe ser la casa de un escritor: de un sólo piso, con un curso de agua, y lo suficientemente espaciosa.
El expositor explicó que las metáforas procedentes de la arquitectura son muy fructíferas. Estas son usadas en el Evangelio, al decir que por ejemplo “la piedra desechada se convertirá en la piedra angular”.
ArpaFIL es un encuentro sobre arquitectura, patrimonio y arte en general, que se realiza desde 1995 en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Entre sus actividades, ArpaFIL reconoce cada año la trayectoria de un profesional cuyo desempeño haya contribuido al engrandecimiento artístico del patrimonio mundial.
Este año el Homenaje ArpaFIL fue para el arquitecto estadounidense Eric Owen Moss, cuya especialidad es levantar enormes edificios que confrontan la mirada mediante geometrías. Su obra no pasa desapercibida, y para muchos puede resultar fascinante, aunque para otros resulta desconcertante.
“Esta arquitectura no es para amarla, sino para pensarla”, comentó el homenajeado, notable representante de la corriente moderna, en la ceremonia de entrega del reconocimiento en el Paraninfo Enrique Díaz de León, el pasado 2 de diciembre.
Además de este homenaje, ArpaFIL organiza anualmente el Concurso para Jóvenes Arquitectos, cuya importancia ha ido creciendo hasta alcanzar carácter internacional.
La actual edición ArpaFil continuará hasta el viernes 6 de diciembre. Otros conferencistas magistrales que participarán son los arquitectos Sameep Pandora y Neelkanth Chhaya, de India.
José Trinidad Padilla López, director de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola, destacó que ArpaFIL ha reunido a lo largo de sus ediciones a personalidades del mundo de la arquitectura, el arte y las letras.
Posterior a la conferencia magistral, fue inaugurada la exposición Transcripciones. Del espacio literario al arquitectónico, donde participan más de treinta firmas de arquitectos jaliscienses.
Los participantes con piezas en la exposición descubren a través de los premios FIL de literatura la importancia de que el contexto urbano o rural dentro de un inmueble o al aire libre, representado en los libros, toma forma según la mirada de arquitectos y de artistas, explicó Padilla López. Las piezas constan de dibujos, maquetas, planos. La exposición estará abierta al público en general hasta el 15 de enero.