La representación queer en el cine

 Directores que participan en la terna del Premio Maguey charlaron sobre sus películas 

IVÁN SERRANO JAUREGUI / FOTO: GUSTAVO ALFONZO

Seis cineastas que participan en la terna del Premio Maguey charlaron sobre las identidades sexuales y motivaciones de las historias que llevaron a sus películas, como parte de los Diálogos Premio Maguey Lado A, encabezados por el director canadiense de cine queer Bruce LaBrauce, quien comentó que ante la diversidad de identidades en la comunidad LGBTIQ+ “es complicado crear personajes, pues la identidad sexual tiene un impacto en la historia, el guion, el casting. Son variables muy interesantes que se consideran”.

“Cuando yo empecé, lo que se mostraba eran los festivales de cine ‘de lesbianas’; así se llamaba, o el festival ‘de cine gay’, porque eran festivales muy específicos, siempre con pocas películas sobre personas trans. Eran festivales muy segregados, pues los hombres homosexuales sólo veían sus historias y las mujeres lesbianas las suyas”, contó el cineasta.

 Hoy, dicha situación ha cambiado, pues los contextos y los personajes son más complejos en el cine de la diversidad, como el caso de la directora colombiana Ruth Caudeli, quien presenta Petit mal. 

“Es la historia de una relación poliamorosa (una triareja de mujeres). La película aborda un tema que no es común en la cinematografía queer que es el poliamor”, narró la cineasta. 

En cuanto al director español Adrián Silvestre, en Mi vacío y yo presenta la historia de un “viaje de una mujer trans en los primeros años de transición, y la búsqueda de su propia identidad”.

Este realizador reconoció que hay pocos antecedentes de creadores trans que aborden sus historias, pero, en su caso, como hombre cisgénero, trabajó en conjunto con la protagonista de su película para crear el guion.

La cineasta italiana Silvia Brunelli presenta La Santa Piccola, que a decir de ella no la considera de temática LGBTIQ+. “Eso sólo es un aspecto de la historia, pues está enfocada en el conflicto del destino y las decisiones libres”.

El islandés Gudmundur Adnar Gudmundsson es el director de Beautiful beings. Él explicó que aborda cómo unos adolescentes deben pasar por temas diversos, tratando de encontrarse mientras hallan la solución.

 “No es un tema de la diversidad, sino que está más en relación con la vida emocional, con un personaje que probablemente es gay; sin embargo, no pensé en considerarlo así para fines de la película. Ese personaje está inspirado en mis amigos, mi vecindario. El enfoque tiene que ver con la amistad”, relató.

El australiano Craig Boreham, director de Lonesome, por el contrario, indicó que su película “es muy gay”, pues remite a su juventud, cuando en la provincia donde creció el ser homosexual era considerado ilegal.

“De una manera u otra todo eso tuvo una influencia en la forma de insertar personajes de la comunidad, y esto fue una motivación para mí. Era importante encontrar personajes con esa preferencia”, dijo.

 

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