Dos mujeres soportan a dos figuras antropomorfas que no parecen definidas; cada una, a su vez, llevan en sus hombro a una mujer que se funde con otra formando un arco, sobre el que posa un hombrecillo “que anuncia la buena nueva de la reconciliación de los opuestos”.
Esto es lo que representa la escultura Las bodas químicas, del artista plástico tapatío Daniel Kent. Se trata de una obra en gran formato hecha de materiales poliméricos, que ya se puede apreciar en la Plaza del Bicentenario del Centro Cultural Universitario (CCU).
“Significa la unión de los opuestos. Yo trabajo caprichosamente, y después me doy cuenta de que está relacionado con alguno de los intereses que tengo”.
“El Arco, Las bodas químicas, es una libre interpretación de los procesos alquímicos por los que transita la materia a través de los distintos procesos evolutivos y cómo se le relaciona con lo que sufre el ser humano en la evolución de su personalidad: la parte psicológica, el desarrollo de su pensamiento y la apertura de sus facultades espirituales”, agregó Kent.
“Consta de dos columnas que se unen en la parte superior, donde se encuentran por atracción de sus procesos individuales. La travesía de cada una, desde la materia burda de su procedencia, se realiza por una necesidad inherente de cada una por desarrollarse, empujadas por un ímpetu interno, del cual inexplicablemente no pueden prescindir”.
Recordó que al hacer las columnas fue descubriendo que el concepto tenía relación con el libro de Las bodas alquímicas de Cristian Rosacruz, atribuido a Juan Valentín Andreae. De ahí que en la base de cada columna se encuentran leyendas tomadas del libro, con la intención de que se sientan atraídos a dicha obra literaria.
El artista recordó que este arco se empezó a construir hace muchos años y quedó embodegado. “Decidimos, a voluntad de Francisco Quiroz, conservarlo, y está en proceso de hacerlo bronce”, detalló Kent.
“Se hicieron moldes del original que hice en plastilina. El primero lo tallé en una espuma de poliuretano, luego con plastilina. Se hicieron moldes y de esa manera se pudo hacer en polímeros”, abundó.
Una de las historias detrás de la escultura es que hace 25 años fungió como utilería de una obra de teatro de Dante Medina, que se presentó en el Teatro Guadalajara del IMSS.
“Tratamos de hacer una especie de espejo, aún no estaba hecha en polímero y los actores salían en medio del arco que simulaba un espejo. Luego se quedó abandonada y finalmente decidimos realizarla en polímero, gracias a la voluntad de Francisco Quiroz”, dijo.
La directora de Relaciones Públicas, Promoción y Difusión del CCU, Ana Mendoza Camacho, dijo que esta exhibición forma parte de la iniciativa “Camino de las Esculturas”, que data de 2017.
“Con esto nos acercamos a artistas para apelar a su generosidad, para que nos presten su obra y tenerla en exhibición en la Plaza del Bicentenario”, informó.
“Esto es una relación de amistad y ganar-ganar, pues para nosotros es muy importante que al abanico de representaciones artísticas del CCU se sume la apreciación de escultura de gran formato. Nos sentimos muy orgullosos de tener la obra de Daniel Kent en la Plaza del Bicentenario”, explicó.
Por ello, seguirán invitando a creadores a que difundan su obras desde un punto cultural tan importante como el CCU. “Se suma a las actividades que ahí ocurren”.
En el caso de Las bodas químicas, ya está en exhibición y podrá verse hasta mayo de 2023 y la intención es que el público en general pueda tomarse fotos y preguntar sus dudas al mismo Kent.
Otros artistas que han participado en el “Camino de las Esculturas” en el CCU son: Miguel Ángel Martín del Campo Serrano, Álvaro Cuevas