Aprovechar el agua de lluvia para la sustentabilidad

El especialista José Arturo Gleason Espíndola advierte que es necesario hacer a un lado la planeación insensible de aquellas ciudades que apuestan más por los negocios que por el recurso hídrico

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agua sequía

A fin de solucionar los problemas derivados del abastecimiento de agua hay que apostar por la innovación para diseñar otras fuentes de suministro, con la visión de una ciudad más sustentable que aproveche su lluvia y donde sea favorecida la recarga de los acuíferos, afirmó José Arturo Gleason Espíndola, académico del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), al impartir la conferencia “Panorama hídrico del agua”, dentro del ciclo de conferencias Diálogos Internacionales, organizado por el Centro Universitario de Tlajomulco (CUTlajomulco).

Habló de la importancia de hacer a un lado la planeación insensible de aquellas ciudades que apuestan más por los negocios y sus necesidades que por las medidas más convenientes para el cuidado del recurso hídrico.

Añadió que un diseño urbano sensible al agua favorece la captación de agua de lluvia. Una opción, para los que tengan esa posibilidad, es hacer estanques para el almacenamiento y dejar que los jardines absorban esa agua. El diseño implica también el consumo más eficiente del recurso hídrico.

“No podemos seguir pensando que el abastecimiento del agua viene de una presa; yo puedo usar el agua de lluvia para abastecer las casas”.

Destacó que son tres ejes los de las ciudades sensibles al agua: 1. Deben de convertirse en captadoras de agua de lluvia; 2. Deben de otorgar servicios ambientales; y 3. Sus comunidades deben de ser sensibles al agua.

Gleason Espíndola invitó a la población a demandar menos y a usar mejor el agua. Todos somos importantes en el cuidado del vital líquido, esto difiere de un modelo centralizado donde sólo el gobierno toma las decisiones.

Explicó que la urbanización, sin una planeación que tome en cuenta los recursos hídricos, ocasiona que decrezca la disponibilidad de agua que hay en el subsuelo, lo que afecta a una fuente natural de almacenamiento; y si hay además deforestación que provoque la formación de avenidas de agua, éstas pueden afectar a las cuencas, erosionándolas hasta convertirlas en desiertos.

El académico explicó que las ciudades fueron construidas para brindar uso habitacional; sin embargo, se construyó la infraestructura de abastecimiento y saneamiento para un número determinado de personas. El problema surge cuando se sigue construyendo sin orden, puesto que las extracciones de agua crecen sin control y la infraestructura de desalojo no es capaz de sacar toda el agua a tiempo, por lo tanto, se pueden presentar inundaciones.

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