Ribera de Chapala, golpeada desde varios frentes

Durante el primer Foro Integral de Salud del Lago de Chapala, especialistas del CUCBA, CUCSH y UAER, de la UNAM, mostraron los impactos socioambientales de la falta de políticas públicas a favor del lago más grande de México

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Foto: Com. Soc. UdeG

Decenas de problemas azotan al Lago de Chapala y los territorios a su alrededor. Por ello, previo a que el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) convocara a diversos sectores para firmar el “Acuerdo por el Lago de Chapala”, se realizó el primer Foro Integral de Salud del Lago de Chapala.

A finales del año pasado, en el Hotel Villa Montecarlo, en el municipio de Chapala, especialistas de la Universidad de Guadalajara y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentaron resultados de estudios y proyectos para rescatar a la Ribera de Chapala.

Precario, el oficio de obtener pescado en el Lago de Chapala

Durante la pandemia, Adriana Sandoval Moreno, investigadora del Unidad Académica de Estudios Regionales (UAER) de la UNAM, con sede en Jiquilpan, Michoacán, realizó un diagnóstico para conocer cómo viven los pescadores del Lago de Chapala.

«Estas familias ganan alrededor de 2 mil 075 pesos por semana para alimentar a cinco personas dependientes», dijo.

«Del 20 al 80 por ciento del ingreso se dedica a la compra de alimentos, en segundo lugar a la gasolina, a comprar mercancías, pasajes y escuelas, luz, detergentes, internet, medicina y solo una mínima parte a pasear», detalló.

“El 60 por ciento de los pescadores tiene como fuente principal de alimentos el Lago de Chapala. El 95.5 obtiene pescado tilapia, carpa, bagre, charal y pocas ranas».

Fileteadoras de pescado del Lago de Chapala. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Pese a ser el único ingreso que tienen, 53 por ciento de los pescadores no tienen la tierra para acceder al lago, debido a la ocupación de territorios federales.

Sandoval Moreno ejemplificó casos en municipios de la Ribera en los que la familia de pescadores debe invertir en gasolina para hacer recorridos de hasta media hora para llegar al lago, cuando lo tenían a escasos metros de sus hogares.

También dio cuenta que los hombres incrementaron su participación en la tarea del fileteo durante la pandemia, una labor que tradicionalmente realizan las mujeres.

Recalcó que 71 por ciento de las mujeres que filetean o venden el pescado no reciben pago.

“El pescador llega con la pesca y la mujer lo vende, pero ese dinero es totalmente para el ingreso familiar. Pero cuando el hombre hace la venta, él sí se queda con dinero”.

La académica de la UNAM recalcó que no hay políticas públicas interestatales entre Michoacán y Jalisco a favor del Lago de Chapala y quienes habitan sus municipios, en especial para proteger al sector de pescadores, por lo que llamó a la autoridad a trabajar en favor de los mismos.

Mancha de plástico en valles de Jocotepec

Desde el cielo se observa algo más brillante que el Lago de Chapala, del lado poniente de la Ribera: son las coberturas blancas de los invernaderos donde se cultivan berries.

De repente el paisaje de los valles del municipio de Jocotepec se vieron transformados por esta cobertura plastificada, de la cual no se han medido los impactos ambientales.

Sobre los cambios en el uso del suelo en esta zona habló Pedro Méndez Guardado del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

Comentó que hoy hay 2 mil hectáreas de cultivos de fresas, arándanos, zarzamoras y frambuesas en los municipios de Jocotepec y Tuxcueca, cuando en 2003 había cerca de 200 hectáreas.

«Imaginen vivir cerca de estos cultivos donde están echando químicos para la producción».

«Hay que entender esta dinámica, porque los químicos van al fondo de la tierra a los mantos friáticos y luego a la laguna, pues cuando llueve se escurren», dijo.

Además, recordó que la exportación de estos frutos también conllevan que el agua sea virtual; es decir, se están llevando agua del país.

«En Mexico es barata el agua, hay concesiones para que se pague lo menos. En Estados Unidos están felices de que produzcamos porque no consumen su agua y no se están contaminando sus suelos«.

Dijo que también se deben estudiar los efectos de incremento de temperatura debido al reflejo de la luz que ocasionan los invernaderos blancos, así como los cortes de pasos de fauna, pues se han instalado indiscriminadamente tanto en los alrededores del valle de la cabecera municipal de Jocotepec, como en el valle de Zapotitán de Hidalgo.

Trabaja en el rescate del pez blanco

Durante el foro, el biólogo marino Moctezuma Medina Corona presentó sus esfuerzos de recuperación del pez blanco en Chapala, que durante las últimas décadas se ha visto vulnerado.

«Es un pez con una textura tan agradable en el mercado que podría valer lo que nosotros queramos por que no hay otro igual. Debemos hacer al pescado blanco económicamente redituable si no, va a desaparecer».

Comentó que son tres especies de blancos que tienen una gran desventaja, que es que cuando son juveniles tienen el mismo tamaño que el de los charales, una especie que se pescan en abundancia en la zona. 

«Tenemos un problema con los pescadores de acá: a dos kilómetros adentro del lago tienen unas trampas charaleras que flotan y usan unas mallas que atraen a los peces para que vayan a depositar los huevos, curioseando entran y luego los pescan».

«Las nasas están cuajadas de huevo de charal y blanco y lo sacan sin saber qué es lo que sacan, porque como es juvenil no lo saben distinguir del charal».

Además, hay otro problema: el pez lobina, que representa un gran peligro pues depreda al pescado blanco.

«Quien introdujo a Chapala la lobina debería estar en el cárcel», dijo molesto el biólogo.

Eduardo Juárez Carrillo, director del Instituto de Limnología del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), coincidió con la urgencia de regular la presencia de lobina en el lago.

Dijo que se trata de un pez para la práctica deportiva, no comercial, que fue introducido y se ha registrado su presencia a partir de 2015.

Los pescadores deportivos sólo se dedican a pescar lobina, se toman la foto con ella y la regresan. «Lo ideal es que se la lleven, por eso está creciendo la población».

«Llevamos tres meses sacando lobinas de la pesca comercial. Hemos abierto la lobina y encontramos en su contenido estomacal charales y blanco«.

Indicó que, este año, los pescadores ya han pescado 10 toneladas de lobina: «Hay que tener control y regular la administración de este organismo y no permitir que se siembre más lobina«.

Juárez Carrillo recalcó que Jalisco produce 32 mil toneladas de pescado, de las cuales la mitad se sacan del Lago de Chapala, por lo que es necesario que las autoridades presten atención a cuidar el equilibrio ecológico del lugar.

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