El chile: una planta milenaria de la población mesoamericana
Con motivo del quinto Aniversario de la obtención de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Chile Yahualica, planteamos la reflexión: ¿cuánto se ha avanzado y qué hace falta?
Edgar Pulido Chávez, Director de la División de Ciencias Agropecuarias e Ingenierías, del Centro Universitario de los Altos
Existen evidencias arqueológicas que sugieren que el consumo de chiles silvestres inició desde hace 10 mil años en el territorio de lo que hoy es México y se menciona que estas plantas desarrollaron su picor, también llamada pungencia, para defender sus frutos de depredadores.
Su uso iba desde la cocina, el comercio y la medicina, hasta los impositivos, la guerra y pedagógicos para disciplinar a los jóvenes, aspirando el humo de chiles quemados. Hoy en nuestro país el consumo per cápita es de 15 kg al año.
La zona geográfica de Yahualica, localizada en la región Altos Sur del Estado de Jalisco, se caracteriza por la producción de chile de árbol, cuyo volumen de producción ha dado origen a una industria local.
Para proteger su identidad y calidad empresarios y académicos impulsaron, en 2014, la iniciativa de ser reconocido con la Denominación de Origen (DO), posicionándose como el segundo producto jalisciense que obtiene este nombramiento, el primer sitio lo tiene el Tequila.
De manera que en 2018, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, la Declaración de Protección de la Denominación de Origen «Yahualica», la cual permite la documentación de las tradiciones de producción, consumo y uso, así como la preservación biocultural de los territorios.
Mientras que en 2020, el Comité Consultivo Nacional de Normalización de la Secretaría de Economía (CCONNSE) aprobó la publicación del Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-239-SE-2020, Chile Yahualica (Capsicum annuum L.)
En los últimos años, se han organizado ferias, muestras gastronómicas e incluso mucho se habla de La Ruta del Chile para la promoción de estos productos. Sin embargo, la carencia de recursos de todo tipo, impide que estas tareas se mantengan de manera sólida
Por lo que lograr los objetivos de una marca de calidad como la del Chile Yahualica, requiere un esfuerzo intersectorial público y privado, para preservar este tesoro nacional mediante un sistema productivo sostenible económica y socio-ambientalmente hablando.
Entre las acciones que requiere es el establecimiento de un programa permanente de capacitación y transferencia tecnológica diseñada especialmente para este cultivo.
Diseñar manuales de procedimientos que garanticen la adopción de la normatividad y su aplicación práctica por los productores en Buenas Prácticas Agrícolas, Certificación de parcelas, chiles y sus productos. Así como manejo fitosanitario de las parcelas para evitar, en la medida de lo posible, eventos sanitarios que afecten los ingresos de los productores y sus cosechas.
Crear una red técnico científica que garantice la preservación del material genético auténtico y promueva el mejoramiento de variedades para aumentar la rentabilidad económica de los productores.
Legalizar instrumentos de ordenamiento territorial con variables agroecológicas que permita producir más chiles con menos agua, tierra y fertilizantes. Y que permita la convivencia respetuosa de productores locales, y les proteja ante la posible incursión de capitales que pudieran degenerar en un sistema de acaparamiento de la producción local.
Es importante que para una intervención integral se considere una cosmovisión que permita recabar la mayor información posible desde la óptica del causar el menor impacto posible en el territorio y en la comunidad.
Tiene que garantizarse la preservación del patrimonio biocultural, con las prácticas agrícolas locales, la riqueza de los ecosistemas, la diversidad genética y la memoria de la práctica colectiva en torno al Chile Yahualica DOP, para que la llegada de un turismo informado consuma la riqueza local y no sea degenerada, por la voracidad de las economías de escala y termine siendo una nueva colonia de comida chatarra con jardines de chilares alusivos al territorio conquistado.
