Parto en agua: una técnica alternativa

Más que una moda, es una práctica en que las mujeres pueden tomar el control y es una alternativa menos intervencionista

El parto en agua es una técnica alternativa gracias a la cual la mujer tiene una percepción de bienestar frente al parto convencional aunque no hay evidencia científica sobre los beneficios o daños en ésta práctica médica brindada exclusivamente en hospitales privados.

La ginecóloga y Coordinadora de Especialidades del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Eva Elizabeth Camarena Pulido, detalló que se trata de una práctica originada en Europa en la década de los años 80 e introducida en México en los años 2000 y, más que una moda, es una técnica donde las mujeres pueden tomar el control. 

“En esta técnica hay elementos que beneficiará a la mujer con una experiencia donde ella es la protagonista como una tendencia en obstetricia, no con un médico metiendo mano que, si se estudia bien la técnica, podría ser ofertada en los hospitales públicos”, dijo Camarena Pulido. 

La técnica consiste en introducir a la mujer embarazada en una tina especial con agua a una temperatura regulada entre los 36.5 y 37.5 grados centígrados para evitar posiciones incómodas y dar preferencia a la posición sedente y vertical.

“Con esto se facilita la movilidad, además flota y el calor del agua le da a la mujer una sensación de bienestar, la relaja, libera oxitocina y es más probable que el trabajo de parto no requiere medicamento externo, suero o venoclisis, sería lo más natural posible”, explicó.

La técnica, apegada a los protocolos médicos es una alternativa menos intervencionista.

“Debemos apegarnos a los modelos de atención con un enfoque humanizado, intercultural y seguro debemos preguntar cómo quiere tener a su bebé: entre menos intervención es mejor ya que el nacimiento es un proceso fisiológico y el parto en agua es una manera de manejar la ansiedad y el dolor”.

La técnica se recomienda sólo durante la labor de parto en mujeres con bajo riesgo, sin patologías previas o asociadas al embarazo ni cesáreas. No está en alguna norma o guía médica en México, aunque sí en Inglaterra, para ofertar este servicio médico durante el trabajo de parto y, al momento del nacimiento, sacar a la mujer de la tina”, precisó la ginecóloga.

Entre las desventajas está  el riesgo de infección pero se puede evitar si el proceso está controlado con el saneamiento del área y del agua durante el trabajo de parto y, previo al alumbramiento, se saca a la madre.

“Porque algunas pacientes defecan durante las contracciones o por el dolor: el agua debe estar limpia durante el alumbramiento. De lo contrario, no será el mejor medio, ni le gustará al médico y con riesgo de infección para el recién nacido”, destacó la Coordinadora de Especialidades.

Otra desventaja es que la técnica no se oferta en hospitales públicos, solo en hospitales privados, lo que implica un costo mayor, además que muchos obstetras todavía no adoptan la técnica. 

Se trata de una decisión de las mujeres: si deciden el parto en agua Camarena Pulido recomendó que sea en un hospital certificado y con los recursos médicos especializados, como un quirófano, para resolver complicaciones durante el alumbramiento.

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