Cada año, los fuegos forestales consumen miles de hectáreas de bosques. Estos daños pueden ser prevenidos si se conoce el comportamiento del fuego en esos entornos y, para lograrlo, científicos del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) trabajan en la recolección de datos para conocer de qué manera se pueden anticipar estos desastres.
En Guadalajara, el Bosque de La Primavera es una de las áreas verdes más relevantes, sin embargo, año con año el polígono que comprende esta Área Natural Protegida se ve afectada por incendios, por lo que el académico Francisco Martín Huerta Martínez ha trabajado en el desarrollo de modelos que detallen el comportamiento del fuego en esta zona.
“Hicimos una primera investigación para ver los patrones de incendios en el bosque. Nos dimos cuenta que había un patrón muy claro: cada siete años, más o menos, ocurría un evento de gran magnitud”, mencionó este investigador del Departamento de Ecología del CUCBA.
Explica que para conocer esta información es necesario analizar variables como la inclinación de las laderas, el tipo de vegetación, el uso de suelo, entre otras. Con estos datos es posible generar modelos predictivos que den una idea del comportamiento de los fuegos y las áreas en las que pueden provocar más daños.
Una vez que se obtienen los datos se puede trabajar en producir un modelo que determine las posibles condiciones del bosque, por ejemplo, hasta 2050 si las variables no presentan cambios considerables.
“Hicimos un modelo para ver cómo estaría en 2050 el Bosque de La Primavera si las tendencias y el manejo no se modifica o no se le pone más atención al bosque”.
“Desgraciadamente, al 2050, con un cambio climático como el que estamos viendo, se esperaría que todas las áreas del bosque se hayan quemado en distintos eventos durante estos años”.
Para evitar este escenario, Huerta Martínez considera que conocer estos modelos de predicción es un primer paso para prevenir incendios. El investigador menciona que esta información puede ser mostrada en mapas para resaltar aquellas zonas que sean vulnerables, según las estadísticas.
Al conocer estas zonas con mayor riesgo, existe la posibilidad de que las autoridades puedan implementar estrategias para prevenir el fuego en esas áreas, como la redistribución de materia orgánica en el bosque o la restauración ambiental, agrega el investigador.
“Hay que invertir en manejo, hay que invertir en más personal que lleve a cabo labores de prevención de los incendios. Creo que es más barato y menos riesgoso prevenir incendios, sobre todo por las vidas humanas”.