Danza, muerte y pesadillas en "Niños: juego cruzado"
Danza, muerte y pesadillas en "Niños: juego cruzado"
La obra Niños: juego cruzado es la mirada de las infancias víctimas colaterales, directas o indirectas, de las distintas guerras que suceden alrededor del mundo, incluido México .
Su productor y uno de los intérpretes de la obra, Eduardo González, explicó que la obra enfatiza, desde el movimiento poético, las miradas de las infancias víctimas de las guerras y que en México se refleja en la “guerra contra el narcotráfico” iniciada en el sexenio calderonista.
«Nos dimos cuenta de que el tema va más allá de esta guerra que vivimos en México y de que en el mundo hay guerra. Entonces, pues es una mirada universal de las infancias que son víctimas colaterales de distintas guerras“, explicó.
El nombre de la obra evoca la dimensión cruel de la realidad de las infancias.
«El tema y el título de la obra es un juego de palabras: en lugar de nombrar ‘fuego cruzado’, optamos por ‘juego cruzado’, ya que nosotros, los intérpretes, pasamos del juego a la muerte, y del sueño a la pesadilla”, dijo Eduardo González..
La intención artística de Niños: juego cruzado no busca la guerra ni la paz mundial, de acuerdo con Eduardo González.
“Somos conscientes de que esta tarea es estructural y requiere de muchísimos factores. Desde un humilde grupo de danza local, no podría, porque el problema es tremendo”.
Los niños, en medio de la guerra, encuentran espacios lúdicos de entretenimiento y de juego aunque existan tanques, balas y lápidas, por ello la obra de danza sigue con una mirada de juego y de esperanza sus movimientos pese al bombardeo global.
“Nosotros podemos jugar y seguir soñando en medio de las bombas, de las trincheras, de los tanques, de las balas, pero al final somos nosotros también a los que nos arrebatan la vida”, abundó el intérprete.
La obra aborda el conflicto en tres actos: el juego que es el fuego cotidiano de la realidad; los artefactos bélicos en alusión a los juguetes y las cajitas de dormir, los ataúdes de las víctimas.
Se trata de una producción y montaje con talento universitario: profesores, egresados y estudiantes de la Escuela de Artes de la UdeG.
La idea original y coreográfica de la obra es de Larisa González; la música de Romel Binkler; la iluminación de Rafa Rosas; la fotografía y el diseño de Ever Arrancaga; el vestuario de Noemí Pérez.
Los intérpretes son Liz Herrera, Jaimie Anahí Bañuelos, Nelly Sandoval, Daniela García de Quevedo y Pedro Candelario, estudiantes de la Licenciatura de Danza de la UdeG. El cubano Omar Santiesteban es el bailarín invitado.
Niños: Juego cruzado se presentará en el Teatro Vivian Blumenthal los días 8, 15 y 22 de octubre a las 6:00 de la tarde.