Atrios, cruces atriales, capillas, la orientación de los templos, esculturas, acabados, en fin, todo lo que conlleva la arquitectura de los complejos religiosos virreinales que fueron edificados por órdenes franciscanas, activan la curiosidad de Alfredo Alcántar Gutiérrez.
A lo largo de los años, en su paso por la academia, se ha dedicado a la investigación de aquellas construcciones religiosas enclavadas en barrios y centros históricos por igual, para hacer radiografías que permitan entender los contextos arquitectónicos y socioculturales de la época.
Por ello, este académico del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) fue galardonado en la XVII edición del Premio de Arquitectura Jalisco, que entrega el Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco, AC, con el reconocimiento a la Trayectoria en Investigación.
Esto durante una ceremonia realizada en el Teatro Degollado.
El motivo en específico por el que se le reconoció fue por su investigación Capillas de hospital en Jalisco, a partir de la cual en Gaceta UdeG se dio cuenta de que a pesar de ser patrimonios culturales únicos, muchas se encuentran en el descuido o el abandono por parte de las autoridades.
¿En qué consiste la investigación de las capillas de hospital?
En ese trabajo le doy realce a la promoción que generaron los frailes franciscanos en la zona de la Nueva Galicia y en los límites con Michoacán, a través de la creación de hospitales y capillas que están localizados en los centros poblacionales de origen indígena. Estas capillas están localizadas, por lo común, en la parte poniente de las zonas centrales de los pueblos, ya que las partes relacionadas con el oriente se crearon las las iglesias de los santos patronales.
Es decir, que crearon iglesias pequeñas (capillas) frente a las principales, que están dedicadas a la Virgen de la Purísima Concepción contiguas a hospitales. Entonces por eso son capillas de hospital en Jalisco. Entonces este trabajo que realicé lo reconocieron como una aportación a la arquitectura regional.
¿En dónde se encuentran estas capillas de hospital?
Hice levantamientos en tres dimensiones y clasificaciones de dichos edificios que podemos encontrar todavía en varias de las poblaciones jaliscienses.
Sobre todo en la parte sur de la zona conurbada, que actualmente pertenece al municipio de Tlajomulco, que es donde más hay; en Tlaquepaque, que cuenta con dos; Zapopan, en Santa Ana Tepetitlán, y en Guadalajara, en San Andrés y Huentitán.
Entonces es una aportación interesante que tuve que recabar a través de levantamientos, de investigación bibliográfica, de archivos y demás, que me llevó bastante tiempo.
¿Qué considera que falta saber sobre la arquitectura franciscana en Jalisco?
Aún hace falta todavía hacer mucha investigación con respecto a la producción arquitectónica barroca.
Falta englobar de una manera más puntual lo que se produjo durante el periodo barroco, si fueron conventos de monjas, si fueron conventos de frailes, si fueron colegios jesuitas, si fueron capillas integradas a conjuntos conventuales y demás, pues falta todavía mucho por esclarecer.
Entonces creo que entre más profundicemos en eso nos vamos a dar cuenta de que somos auténticos, de que somos una sociedad heredera de una tradición importante que se ha venido gestando o evolucionando con el paso de los siglos.
Ciertamente ya otros especialistas habían tocado ese tema, pero quizás no con un enfoque un poco más científico, de clasificación, de análisis de sistemas constructivos y demás.
Y todo esto nos va a ayudar a conocer la capacidad creativa que han tenido los habitantes de nuestra región.
¿Qué impacto deja la existencia de las capillas de hospital al legado cultural de Jalisco?
Las capillas de hospital se generaron a partir del siglo XVI, pero siguieron renovándose progresivamente hasta la etapa de la aplicación de las Leyes de Reforma.
Entonces ahí es el punto de ruptura de esa trayectoria tan importante que generó cohesión social en las comunidades de la Nueva Galicia y que generó tanto apoyo, tanta colaboración, tanta cohesión social y demás, de lo cual todavía quedan algunas secuelas.
Entender ese proceso nos ayudaría a entender más por qué somos los jaliscienses muy hospitalarios y demás, pues es precisamente por esa tradición que ya se nos había promovido desde el siglo XVI.
¿Qué hace falta para promover la protección de estos inmuebles patrimoniales?
Esta investigación también tiene un sentido para la protección, que es lo que hace falta para que el INAH, las parroquias y las instancias estatales coordinen la protección de esos espacios.
La capilla de San Sebastián el Grande, en Tlajomulco, es un caso bastante deplorable. El asunto es que la sociedad tome cartas en el asunto, las instituciones educativas, las familias.
Hay que ir promoviendo en las nuevas generaciones el amor a nuestro patrimonio, llevarlos a recorrer nuestros edificios patrimoniales, para evitar que exista el abandono, el deterioro, la destrucción y demás cosas que afectan mucho.