Eduardo Buendía Flores

Una vida dedicada a la formación musical

Fotos: Iván Lara González

Fue hace 30 años cuando en un taller extracurricular nació el sueño de formar musicalmente a los estudiantes de la Preparatoria 10, con la creación de Canto América. Bajo la batuta de Eduardo Buendía Flores, hoy es un proyecto consolidado por el que han pasado más de 270 jóvenes, de los cuales algunos de ellos hicieron de la música su campo de acción profesional.

Él es un apasionado de la música, que desde corta edad y con una guitarra rota comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo musical.

Canto América cuenta entre su repertorio con una variedad de géneros como música prehispánica, cantos en lenguas nativas, sones jarochos, sones cubanos, festejos peruanos y cumbias colombianas, en lo que además es un rescate de la música que se hace en el folclor latinoamericano.

Este año la agrupación celebró sus treinta años con un concierto homenaje al licenciado Raúl Padilla López, exrector de esta Casa de Estudio e importante promotor cultural, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas.

¿Qué es Canto América?

Es un proyecto extracurricular, nació hace 30 años en un principio como parte de los talleres de música, por las ganas de continuar dando música fuera de clases, detectar talentos, tanto voces como en instrumentos. Tocábamos en actos académicos y fue tomando fuerza, la misma inercia del grupo y la energía que emite hizo que esto creciera más y al ver esos talentos me iba ganando la necesidad de hacer más. Creo que lo hemos hecho bien, los chavos lo han hecho bien, han aprendido, traen una magia, ha sido mucho trabajo, mucho talento, mucho esfuerzo y mucho gusto por hacerlo. Afortunadamente se me ha dado la oportunidad de viajar a países de América y Asia y he aprendido tanto que lo transmito a los chavos.

¿Cómo nace su gusto por la música?

Nace desde pequeño, en mi casa había mucho gusto por la música, mi papá tocaba un poco y traíamos un chip y eso me hizo con una guitarra vieja, rota, empezar a tocar, así como estaba, porque el interés era mucho, la pasión era mucha, un dedo se me infectó porque las cuerdas estaban muy oxidadas, pero yo insistía, eran 2 o 3 de la mañana y yo seguía sacando música, yo creo que ya traía esa sensibilidad. Yo no escogí la música, ella me escogió a mí.

¿Qué le gusta trasmitir a los jóvenes?

Lo que a mí me gusta transmitirles es el gusto por la magia de la música folclórica latinoamericana, la música del pueblo, lo que transmiten las canciones y el aprendizaje de nuevos ritmos. Yo me he dedicado mucho a estudiar, soy autodidacta y he sido muy necio en aprender los diferentes ritmos y géneros de América Latina.

¿Qué le han dejado estos 30 años? 

Me han dejado un amor grande por los alumnos, por esta etapa tan importante, me encanta trabajar con los chavos entre 15 y 17 años porque se replica lo que yo viví en la universidad, en la prepa, estudié en la Vocacional a partir del 78, lo que a mí me pasó creo que es lo que se está replicando hoy en día, gracias a lo que aprendí en la Vocacional donde me encontré con grandes músicos y quería ser como ellos. Además me ha dejado una gran identidad como universitario y soy un ser humano que contacta mucho con los jóvenes, me veo en ellos y les doy lo que a mí me dieron cuando yo tuve su edad.

¿Qué representa la música?

La música es la parte más importante, yo sé que es importante la economía, las relaciones, pero todo ha sido acompañado de música, es mi complemento, es mi vida, todo lo que soy y lo que tengo se lo debo a la música, sin ella no estaría donde estoy y a estas alturas que estoy por cumplir 62 años, creo que he sido muy favorecido por la vida misma, la música ha sido mi cobijo, mi sostén, mi proveedora, mi tranquilidad, mi paz, es el lado derecho de mi cerebro que me mantiene creativo e ilusionado.

"Yo no escogí la música, ella me escogió a mí. Es mi vida, todo lo que soy y lo que tengo se lo debo a la música"

Eduardo Buendía Flores, Director de Canto América

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