En el mundo existen 800 especies silvestres de Rubus, al que pertenecen las zarzamoras y frambuesas, de las cuales, en México existen 61 especies que pueden ser aprovechadas para investigaciones que den insumos a los productores nacionales en todo el país, afirmó Geremías Rodríguez Bautista, investigador del Programa de Producción Agrícola del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), con sede en Autlán de Navarro.
El especialista afirmó que el país tiene un amplio campo de trabajo en cuanto al mejoramiento y producción de las berries, pues muchas de sus especies silvestres no han sido aprovechadas pese a que México ocupa el primer lugar en exportación de zarzamora y frambuesa.
Rodríguez Bautista forma parte de un grupo académico local y una red nacional de investigadores que estudian las diversas variedades de frutillas, entre ellas la zarzamora, la frambuesa, la fresa y el arándano. Como parte del equipo de colaboración con la Universidad Autónoma de Chapingo, hasta la fecha han registrado tres variedades mejoradas genéticamente ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas.
“Lo que estamos haciendo es identificar qué especies silvestres hay en México, dónde se localizan, cuáles son las características morfológicas y genéticas. Sabemos que los Estados con mayor diversidad genética son Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Estado de México y Michoacán”, explicó.
Señaló que entre 1992 y 2014 los productores mexicanos importaban muchas variedades comerciales de zarzamora, pero a partir de 2016 comenzaron a generar en México variedades adaptadas que representan un crecimiento económico en este sector. El trabajo realizado por las y los investigadores universitarios abona a encontrar nuevas variedades comercializables.
“Dentro de las variedades silvestres estamos estudiando seis especies para determinar las características morfológicas, fisiológicas y otros elementos, en aras de seguir con la parte de la calidad físico-química de los frutos, También estamos haciendo la secuenciación genómica en Colaboración con el Colegio de Postgraduados tanto de especies silvestres como de variedades ya cultivadas para ver qué tanto presentan variabilidad genética”, explicó.
Rodríguez Bautista afirmó que Jalisco tiene una amplia variedad de especies silvestres, especialmente en la zona de la Costa Sur que no ha sido estudiadas para generar información sobre el aprovechamiento por parte de los consumidores locales y de mejoramiento genético.
“En las zonas de Apango y Ahuacapán hay muchas especies de zarzamora y fresas hacia el cerro, pero no se está aprovechando de manera comercial y finalmente las empresas no están yendo a esos lugares”, expresó.
Las y los investigadores agrupados en el cuerpo Académico Fitosanidad e inocuidad alimentaria del CUCSur publicaron un listado de las variedades disponibles en México con la intención de que más productores las conozcan.
“Nos interesa que el público conozca cuáles son esas variedades, cuáles son las empresas que están desarrollando este material genético, tanto mexicanas como extranjeras; resaltamos cuál es el impacto que están teniendo las investigaciones en México, cuáles son las empresas privadas y cuáles son las instituciones públicas que están participando”, dijo.
Conocer estas variedades permitirá a los productores incorporarlas a sus cultivos para hacerlos más eficientes.
“El desarrollo de nuevas variedades nos permite obtener mejores rendimientos, mayor aprovechamiento del suelo; estamos generando variedades con más tolerancia a enfermedades, a plagas, calidad nutraceutica, materiales que requieran menos uso de hormonas y la parte social también se beneficia, porque muchos trabajadores ya se quedan en el país, en las zonas de producción de frutillas hay mucha demanda de mano de obra que está generando muchos empleos”, concluyó.