Desde el Laboratorio de Calidad de Agua y Acuicultura Experimental, del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), investigadores trabajan en proyectos de alimentación y reproducción del ajolote, que es endémico de los lagos del Valle de México.
“En el último año hemos tenido varias hembras que han llegado a producir entre 300 y 400 huevecillos, pero sólo llegan a sobrevivir entre 2 y 3 por ciento”, compartió Daniel Badillo Zapata, quien trabaja en dicho laboratorio.
En este sentido, comentó que se requieren más investigaciones sobre la reproducción, con el objetivo de contribuir en su repoblamiento.
El investigador comentó que se trabaja en proyectos para generar alimentos destinados a ajolotes reproductores y con una calidad de vida para sobrevivir en su hábitat natural.
Dijo que se ha observado que en los últimos tiempos hay personas que los tienen en peceras en sus hogares y que no les dan el alimento adecuado para que crezcan, pero que es importante propiciarles distintos tipos de comida para cada etapa de su crecimiento.
“Aportando las proteínas y lípidos que requieren para que crezcan sanos, ya sea para repoblamiento, enviarlos a su hábitat natural o en cautiverio”, destacó.
En opinión del investigador Badillo Zapata, el establecimiento del Día Nacional del Ajolote (1 de febrero) y el que el billete de 50 pesos mexicanos tenga su imagen, ha sido valioso para que las personas reconozcan a esta especie en peligro de extinción. Sin embargo, subrayó, hace falta que el gobierno continúe apoyando la investigación y conservación de esta especie.
El ajolote es un tipo de salamandra que existe de manera endémica en los canales de Xochimilco. Su nombre proviene del vocablo náhuatl axolotl, que significa “monstruo del agua”.
Su sobrevivencia está amenazada por el crecimiento demográfico, que lo ha desplazado de su hábitat natural.