Inicios
Empecé a estudiar música antes de lo que recuerdo. Fue muy chiquito y a consecuencia de un regalo que me hizo mi abuela cuando cumplí dos años: la película Fantasía, de Disney. Me enamoró profundamente y desde entonces me cautivó de una manera cegadora la música. Mis papás no son músicos, no hay músicos en mi familia, pero ellos al ver esta gran pasión empezaron a averiguar qué podían hacer. Me inscribieron a clases de música y de manera casi inmediata dije que quería dirigir, porque me encantaba esa figura de Leopold Stokowski en la película: subiendo ese podio, un poco en contraluz, levantar las manos y hacer que sonara la música. Inicié a estudiar violín y piano; hice todos mis primeros estudios musicales en Guanajuato, hasta que cumplí 15 años, y en ese momento me fui a Morelia al Conservatorio de Las Rosas para seguir creciendo. Después estudié en Ciudad de México, Italia, Alemania. Ha sido un camino largo y muy hermoso.
Reflexión
La más importante en este momento es que el director nunca está listo. Es una carrera de muchísima tenacidad, tiempo, paciencia, de constante crecimiento, búsqueda, porque a pesar de lo que mucha gente podría creer o pensar, la música sigue cambiando, incluso la que se escribió hace 200 años. Hoy, por ejemplo, en 2024 sabemos que la Novena Sinfonía de Beethoven, que se estrenó hace exactamente 200 años, se han encontrado indicios de modificaciones que el propio Beethoven hizo a su partitura original y que se desconocían hasta hace cuatro años.
Formación
Veo el panorama actual de la formación en general de los jóvenes con mucha preocupación, por una herramienta que es una gran aliada, pero al mismo tiempo es una gran enemiga: la tecnología. Le tengo mucho respeto a ella y al avance que ha habido en los últimos años en cuanto a la inteligencia artificial, dispositivos, conectividad, inmediatez, y para mí esta es la palabra más peligrosa, la música no puede tener inmediatez, ahí es donde la música pinta su distancia con la tecnología, que es absolutamente opuesta a la búsqueda de una formación musical. El músico necesita tener paciencia, tiempo, tenacidad, calma, invertirle muchas horas a su estudio, a su instrumento y ahora no sabemos lo que es eso, ahora lo que está pasando es que nos obligan a lo desechable, a lo inmediato, a lo rápido, a lo fácil y eso va en contra de una formación musical seria y profunda.
Sentir
Estoy feliz porque a pesar de que tengo una relación de varios años con Guadalajara y con el Conjunto Santander de Artes Escénicas, es la primera vez que dirigiré la orquesta. Había estado con la Orquesta Filarmónica de Jalisco y haciendo varios programas, galas de ópera, sinfonías, conciertos y se creó una relación de muchos años, muy bella con la ciudad y siempre volver a pisarla es una gran emoción, ahora con mayor razón con un proyecto tan importante como la orquesta, que no nada más es cultural y social, sino formativo pedagógico; eso es también uno de las principales ejes de mi carrera y de mi actividad como director: la formación, la pedagogía, el crecimiento y la divulgación de cómo poder trabajar y hacer una carrera en este medio en este momento de la historia.
Programa
El próximo 11 de mayo, a las 19:30 horas, se presentará un programa muy bonito con tres partituras, dos de ellas de dos de los compositores pilares del clasicismo, que son Mozart y Haydn, y una partitura de un compositor mexicano jalisciense. Cada vez que dirijo una orquesta, tanto en México como en el extranjero, incluyo a un compositor mexicano. Me gusta que haya música mexicana presente en las carteleras de conciertos y qué mejor que con un programa así hermoso y en esta ocasión que para mí es tan significativa.
Proyectos
Para 2024 y 2025 tengo agenda llena. Este año voy a estar con la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, posteriormente en Bellas Artes dirigiendo el Réquiem de Verdi a finales de mayo y a partir de junio emprendo una extensa gira internacional, y bueno seguir encontrando espacios y oportunidades para la divulgación tan importante de la cultura. En la actualidad creo que hace falta enviar este mensaje tan rotundo y contundente de que la cultura es la única, verdadera, acompañante incondicional de la sociedad y ese mensaje nos lo tendríamos que tatuar con tinta indeleble todos los seres humanos, que queremos una sociedad más empática y responsable.