El piso cuatro de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola guarda en su sección de “Fondos especiales”, la vida, obra y memorias del doctor Alberto Ladrón de Guevara, un jalisciense ilustre por su conocimiento médico y acciones humanistas.
Su hija, asesora honoraria de planeación de bibliotecas del Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Helen Ladrón de Guevara Cox, expresó que “no hay un mejor lugar para compartir las memorias y conocimiento del doctor Ladrón de Guevara que este recinto, que por su espacio y condiciones puede preservar por cientos de años los documentos que componen el fondo documental”.
Dicho fondo, donado a la biblioteca, se conforma de dos metros lineales de archivo, en los cuales se pueden encontrar manuscritos y escritos impresos sobre sus hallazgos médicos e históricos; fotografías familiares, académicas y laborales; testimonios de sus estancias médicas en Chicago y su trabajo en Guadalajara, así como diversos documentos de la actividad humanista que realizó en Estados Unidos y México.
“Todos y todas podrán acceder a los archivos que estarán en la sección de ‘Fondos especiales de acervo contemporáneo’, y se les darán las indicaciones adecuadas para poder revisarlos sin que éstos se dañen, de modo que puedan conocer el legado médico y humanista del doctor ladrón de Guevara“, declaró Ladrón de Guevara Cox.
La intención bajo la que se realiza este donativo es el guardar la memoria, así como la transferencia de conocimientos y la búsqueda de la familia Ladrón de Guevara de preservar, bajo cuidados adecuados, todos los documentos y fotografías que el doctor guardaba.
Salvador Alejandro Gutiérrez Gauna fue el responsable de ayudar y orientar en la tarea de segmentar y archivar todos los archivos que integran el fondo documental, el cual estuvo listo en cuatro años para poder llegar a la biblioteca en las condiciones ideales.
La recepción del fondo documental estuvo a cargo del Director de la biblioteca, José Trinidad Padilla López, quien destacó que acervar las memorias y conocimientos de una eminencia en la medicina y la labor humana es un honor para la universidad.
“Del compromiso con la excelencia académica, la integridad profesional y con el servicio desinteresado, cada página, cada nota, cada descubrimiento es un recordatorio del poder transformador del aprendizaje y de la dedicación; recibirlo en una biblioteca contemporánea nos brinda la oportunidad de aprender de su experiencia, de inspirarnos en su ejemplo y de continuar su legado en un fondo que aunque de estantería cerrada, será de acceso libre para todas y todos los usuarios”, dijo Padilla López.
Los involucrados esperan que este acto permita expandir el conocimiento y la comprensión de aspectos fundamentales en la medicina y mucha investigación social e histórica que pueden ser los pilares de una sociedad más justa y equitativa, mucho más allá de su valor académico.