El verano es una oportunidad de descanso para niñas, niños, adolescentes, jóvenes universitarios y profesores, pero sin la planeación de actividades pueden convertirse en un periodo que detone problemas como estrés, ansiedad o patologías mentales preexistentes.

La profesora-investigadora adscrita al Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Giovanna Georgina Ramírez Cerón, explicó que durante las vacaciones, además de descansar, pueden potencializarse trastornos mentales o presentar nuevas afecciones.

“El tiempo libre, la desocupación, o incluso las actividades de verano pueden estresar a las personas, además de potenciar trastornos. La gente, tras una fuerte carga de estrés académico o laboral, no puede desconectarse en vacaciones y se estresa por los pendientes que dejaron”, explicó.

Para madres, padres, cuidadores o tutores de niñas, niños, adolescentes y jóvenes recomendó detectar conductas o comportamientos ajenos a las rutinas, como dejar de salir, no jugar con amigos, no subir fotografías o mensajes a sus redes sociales.

“Cuando vemos que se deja un patrón, sea positivo o negativo, tenemos que empezar a indagar con una comunicación asertiva; estrategia que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es una herramienta de prevención de problemas de salud mental. Y que la comunicación sea con la intensidad, persona y momento adecuados”, dijo la especialista en salud mental.

Porque en las vacaciones se pueden presentar trastornos del sueño asociados al uso de redes sociales; trastornos de ansiedad por el aislamiento o el encierro o por sobrepensar en el futuro y la ausencia de actividades, condiciones que requieren la intervención de un profesional de la salud mental.

Organizar actividades de variada índole

Ramírez Cerón recomendó organizar el día de los más jóvenes con actividades recreativas, sociales, físicas y culturales, planeación que, aseguró, ayuda emocional y mentalmente, puesto que se tiene el panorama y el equilibrio de las actividades.

“Para prevenir afecciones mentales se recomienda hacer una agenda en común con la familia o cuidadores; y una agenda individual, respetando los espacios y los tiempos de cada miembro, eso es importante”, detalló.

Planear actividades puede resultar tan fácil como registrarlas en una agenda, cuaderno o en un dispositivo electrónico, y con el sentido de buscar actividades que nutran el tiempo libre.

“El tiempo de las vacaciones podríamos aprovecharlo para hacer actividades que no se pueden hacer cuando estamos en la escuela, aquellas cosas que no me regaló a mí misma de manera regular y que puedo hacer durante este tiempo, y aprovechar en el sentido de que me ayuden a enriquecerme”, explicó.

Talleres socioemocionales abiertos

Además de estas recomendaciones, Ramírez Cerón abrió las puertas del Departamento de Psicología Básica del CUCS –ubicado en el primer nivel del edificio H, con acceso por la puerta 16–, a donde la población en general y la comunidad universitaria puede acudir a los talleres para el fortalecimiento de habilidades socioemocinales, prevención de conductas de riesgo en adolescentes y prevención de la violencia.

“También ofrecemos atención a la violencia familiar que puede presentarse durante las vacaciones, casos que aumentan por la presencia permanente de agresores y víctimas; violencia que puede extenderse hasta la playa, o a donde vacacionen”, concluyó.

Artículo anteriorArte y educación en la revista «Húmeda»