fotografía: Iván Lara González

Luego de que el Congreso del Estado de Jalisco rechazara la reincorporación de las infancias trans en la Ley Estatal, diversas comisiones de derechos humanos se declararon en contra y calificaron esta decisión como una violación a los derechos humanos de las infancias.

Christian Israel Huerta Solano, Coordinador del doctorado interinstitucional en Psicología, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, recalcó en entrevista la importancia de garantizar a las infancias transgénero el libre desarrollo de su personalidad, con el fin de vivir una vida digna y plena.

En el año 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó como patología la transexualidad, generando un beneficio en la comunidad; sin embargo, los tabúes y prejuicios que giran en torno a las personas trans predominan y afectan su libertad y personalidad.

“La personalidad son las características o rasgos que nos identifican y nos hacen desarrollarnos en una sociedad. En las personas trans, debemos detenernos a reflexionar acerca de que su identidad es sobre el género y cómo lo manifiesta. Esta identidad lo permiten tres elementos; lo afectivo; lo simbólico, que tiene que ver con elementos sociales y lo relacional, que tiene que ver con mi relación con la persona y su entorno”, mencionó.

fotografía: Iván Lara González

Las infancias son conscientes de su identidad desde que tienen un aparato simbólico, en este caso “el habla”, es decir, a los dos o tres años de edad, por lo tanto, en las infancias trans es común que ellos comiencen a identificarse como tales desde los primeros años de su vida, dijo.

“En el caso de las personas cisgénero, que no presentan inconformidades respecto a su género asignado al nacer, comienzan a identificarse desde los primeros años de vida sin ser cuestionados. Sin embargo, los cuestionamientos en torno a la identificación de menores trans es mayor y se generan con su núcleo más cercano, es decir, su familia”, comentó.

Las estadísticas indican que 1.2 por ciento de personas en México se identifican como personas trans, quienes son mayormente apoyados por familiares mujeres (madres, hermanas, abuelas) y se estima que el promedio de vida de una persona que no fue acompañada en su transición desde la infancia es de aproximadamente 35 años de edad, puesto que tienen tendencias suicidas, desánimo por la vida, depresión, irritabilidad, etcétera.

“Es importante recalcar que cuando un menor transiciona, también lo hace toda su familia. Es por eso que se debe ofrecer un acompañamiento completo, tanto para familiares directos, que pasan por una especie de “duelo”, como para la infancia trans”, informó Huerta Solano.

fotografía: Iván Lara González

El negar a las infancias trans que tengan papeles con una identidad con la que se identifiquen, tales como acta de nacimiento, credenciales, etcétera, es negarles diversos derechos, tales como el derecho a la educación, a la salud y cualquier otro derecho que tenga que ver con el desarrollo de su niñez.

En cuanto a las negativas que se puedan presentar al concederles a las infancias el poder tomar decisiones sobre su cuerpo y su identidad, Huerta Solano recalcó que de acuerdo con estudios internacionales y la atención que él ha ofrecido a familias que han vivido este proceso, no se encuentra ningún motivo psicológico para no aceptar su manera de manifestar el género desde la infancia.

“Al contrario, muchas personas trans con las que trabajamos han declarado que les hubiera gustado comenzar con su transición desde su niñez para evitar la violencia, y tener una mejor a adaptación de su vida”, aseguró.

Huerta Solano resaltó la importancia de trabajar en protocolos para que las instituciones sepan cómo actuar con todas las temáticas que incluyan a las personas trans; también pidió a las autoridades diferenciar entre las infancias y las adolescencias trans, puesto que cada una vive un proceso distinto y se enfrentan a dificultades diversas.

“Es importante recordar que los cambios no tienen por qué ser físicos y se tratan más que nada de que las infancias sean reconocidas ante la ley de la manera en la que ellos y ellas buscan identificarse”, subrayó.

De igual manera, reafirmó cómo el acompañamiento psicológico a las “familias trans” es vital para garantizar al menor una experiencia digna y un mayor reconocimiento; todo esto para asegurarles el libre desarrollo de su personalidad.

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