Por su trabajo de tesis en ciencias sociales, titulado “Discursos de resistencia. Nicaragüenses frente a la violencia de Estado”, la doctora María José Díaz Reyes, fue galardonada con el Premio Cátedra Jorge Alonso 2024, organizado por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG.
El premio reconoce la investigación sobre los temas a los que se dedica la cátedra, como luchas y resistencias anticapitalistas, movimientos sociales emancipatorios y autonomías.
Durante la ceremonia de premiación el Rector del CUCSH, Juan Manuel Durán Juárez, al felicitar a los ganadores destacó los trabajos de esta cátedra, que ha impulsado además los doctorados interinstitucionales.
“Hay alrededor de 400 doctores egresados; es un trabajo enorme de Jorge Alonso. Felicito a todos los que han participado y a los ganadores”, dijo.
El Director de la cátedra, Jorge Alonso, recordó que a la fecha ésta cuenta con 13 tesis premiadas e impresas como libros, así como seis volúmenes producto del mismo número de menciones honoríficas.
“Tres cuartas partes de estas publicaciones corresponden a los últimos seis años. Debo repetir que el nuevo impulso a la cátedra se debe a la visión académica, innovadora y a la generosidad del doctor Juan Manuel Durán Juárez”, expresó.
El Coordinador de jurado, Francisco de Parres Gómez, dijo que la cátedra poco a poco se ha consolidado como uno de los espacios de pensamiento crítico e impulso de los movimientos sociales más importantes en Latinoamérica.
“Cada vez es más grato ver que llegan más tesis; recibimos casi 30 trabajos sobre migración, minería, trabajo en Yucatán, cine, música, comercio, salario, periodismo, pobreza, problemas en Bolivia, Cuba; justicia, producción de café, luchas urbanas y exclusión social, lo que demuestra la pluralidad de temas a los que está convocando este espacio”, comentó.
Con relación al trabajo ganador, De Parres Gómez dijo que proviene del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de la Ciudad de México y es una tesis brillante que se enmarca no sólo en una perspectiva antropológica, sino también con énfasis en la semiótica, el lenguaje, y se centra en la memoria de las diferentes resignificaciones que ha tenido la Revolución Sandinista.
“Hace un análisis muy complejo que tiene que ver con las luchas populares, el movimiento estudiantil, que hacen de él un trabajo que debe ser consultado para hacer una crítica y autocrítica de los procesos revolucionarios”, señaló.
La ganadora del premio, doctora María José Díaz Reyes, en su discurso de agradecimiento dedicó este trabajo a las y los perseguidos, a las y los exiliados, a las y los desnacionalizados, a las y los presos políticos, a quienes aún resisten, a quienes aún sueñan, a las madres que abanderan la digna rabia y a quienes sobreviven y sueñan con volver.
“Esta escritura oscila entre una etnografía comprometida y una etnografía de un espacio todavía en conflicto. La investigación etnográfica como tal se desarrolló enteramente en un espacio con un grupo y en un tiempo que estaban en conflicto. Aplicar al doctorado fue una forma de salir de mi país, donde ya me perseguían los paramilitares locales. La intención de investigar desde la antropología semiótica las acciones discursivas de la violencia de estado y de la resistencia fue una apuesta que apoyó el CIESAS, y desde este espacio académico se están dando grandes aciertos sobre una antropología comprometida con atender problemas que, siendo complejos, proponen metodologías de análisis innovadoras”, dijo.
Este trabajo le apuesta a ser una potencia por la denuncia y la memoria histórica, y la investigación está comprometida en contar lo que ha sucedido en un país; el proceso de reflexión estuvo en el epicentro siempre, añadió.
“Cuando hice el trabajo de campo utilicé mi cuerpo y experiencia para profundizar en esa realidad; entendí el impacto social de sus pesadillas, porque eran las mías también. Éste es un libro que no puede entrar a territorio nicaragüense, porque volvimos a la era de que ciertos libros son entendidos como artefactos subversivos frente al poder”, lamentó Díaz Reyes.
El jurado decidió otorgar dos menciones honoríficas a dos tesis por su calidad; la primera para “Discusiones sobre el trabajo indígena de mujeres triqui en Ciudad de México: entre la migración forzada y el capitalismo”, de la doctora Annaliesse Hurtado Guzmán.
“Tiene todo un trabajo de red de saberes; hay una línea que me liga no sólo con la comunidad triqui, sino con las distintas comunidades y diversas personas que me hicieron reflexionar sobre cuáles eran los caminos para comprender una realidad tan atroz como son los asesinatos y el desplazamiento forzado”, compartió Hurtado Guzmán.
La segunda mención fue para “Narrativas docentes frente a la violencia criminal en entornos de escuelas públicas del Valle de Apatzingán, Michoacán”, del doctor Alberto Colín Huizar.
“La tesis obedece a un agradecimiento a los cientos de maestras y maestros que están rifándose la vida en contextos de conflicto; son quienes en realidad ponen el corazón en este libro, yo solamente hice un trabajo de sistematizar su pensamiento, acciones y vidas; pero son ellas y ellos los ejes de este trabajo, ejemplifican la dignidad de un gremio que ha sido constantemente atacado, estigmatizado y señalado y que hace un trabajo de educar”, señaló Colín Huizar.
El premio consiste en la publicación de las tres tesis en formato libro, que ahora llevan por nombre El coraje de la palabra. Nicaragüenses frente a la violencia de estado, de María José Díaz Reyes; Mujeres triquis, trabajo y migración forzada, de Annaliesse Hurtado Guzmán y Ser maestro en los márgenes. Trabajo docente y violencia criminal en la Tierra Caliente de Michoacán, de Alberto Colín Huizar.