Fotografía: Abraham Aréchiga

La lucha por la identidad, por los derechos sexuales, contra el racismo y la discriminación lleva siglos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y cobró relevancia cuando la atención de la epidemia del VIH fue insuficiente y advirtió formas de erotismo, amor, placer e identidades de género ancestrales con una vigencia contemporánea.

La antropóloga muxe Amaranta Gómez Regalado compartió sus saberes desde la interseccionalidad de las identidades sexuales; esto en el marco del Congreso y Festival Internacional del Laboratorio “Identidades y crisis en América Latina: procesos y tensiones”, organizado por el Centro María Sibylla de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS) de la UdeG.

En el conversatorio inaugural del congreso, celebrado en el CUCSH, Gómez Regalado, activista social en materia de salud, sexualidad, derechos humanos y promoción cultural, presentó “Interseccionalidad colaborativa, cuestiones transgénero ancestrales cruzadas con las identidades LGBTQIA+ contemporáneas”, un trabajo en el que aborda la lucha en el Istmo de Tehuantepec.

“Nosotros mantenemos la idea de las identidades de género ancestrales, concepto que no sólo permite hablar de identidades trans, sino de otras categorías posibles, y también hablar de las identidades de género ancestrales en la escena cultural en América Latina”, explicó.

Detalló que los procesos coloniales trajeron violencia, puesto que no solamente avasallaron pueblos y culturas, sino que en el plano de la sexualidad modificaron roles. “Incluso en el lenguaje, con el castellano, nos colocaron una camisa de fuerza que estableció el mundo binario, y ya no hay manera de colocarse en otro lugar, porque en las comunidades indígenas existen terceros espacios para poder nombrarse”, precisó.

Reiteró cómo las identidades de género ancestrales ya existían y el VIH las llevó a articularse en América Latina en su totalidad y a generar política pública respecto a los grupos preexistentes.

“Hicimos un informe de varios países sobre cómo es que el VIH empezó a nombrar estas categorías al interior de los pueblos indígenas, cosa que no se hacía antes o se hacía poco”.

Fotografía: Abraham Aréchiga

Sobre el VIH, destacó prevención con pertinencia cultural y epidemiologías con indicadores étnicos, “para tener bases de información en el país y tomar buenas decisiones, pensar sobre la relación de la salud sexual y reproductiva con los nuevos medicamentos y la medicina tradicional, cruzar los aspectos con el acceso a un tratamiento temprano”, subrayó.

Sobre la lucha muxe y sus ocupaciones profesionales, Gómez Regalado dijo que se debe de romper con la sospecha o ideas de sospecha de las personas con identidades de género.

“Cuando se interpela a una persona trans se cree que está empleada en la prostitución o trabajo sexual o el estilismo, y podemos ser lo que podamos, aunque muchas de estas personas viven en la precariedad”, expresó.

Destacó cómo las identidades de género tienen en común la violencia y los crímenes, aunque es necesario ir a la historia, construir esa dialéctica intercultural e interseccional en primera instancia, y también atender lo urgente.

Dijo que se debe comenzar a pensar en un proceso de reconciliación que ayude a reconocer los daños históricos y fortalecer nuestras relaciones para tener sociedades más equitativas a partir de las identidades.

“Pienso que ninguna lucha se gana sola, pienso que la interseccionalidad nos puede hacer justicia”, concluyó la académica muxe y luchadora socia

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