En el marco de la Feria Internacional del Libro celebrará su decimaoctava edición con un programa que congregará a nueve de los más destacados escritores del género breve de Argentina, Colombia, España, México y Uruguay
El Instituto Transdisciplinar en Literacidad (Itrali) del CUAAD, y diversos centros universitarios de la Universidad de Guadalajara convocaron a la mesa de diálogo “Voces inquebrantables: voces por la equidad de género”, del programa FIL Pensamiento, en la que Rita Segato, Nuria Varela y Marina Castañeda reflexionaron en torno a las mujeres en un mundo de violencia machista, moderadas por Patricia Rosas Chávez, fundadora y Directora del Itrali.
Rita Segato es escritora, antropóloga y activista feminista argentina, conocida por sus investigaciones orientadas a las cuestiones de género en los pueblos originarios y comunidades latinoamericanas; Nuria Varela es escritora y periodista, experta en feminismo radical y violencia de género; y Marina Castañeda es escritora y conferencista, autora de diversos artículos y libros sobre el machismo y el género.
¿Por qué existe la violencia?
Segato mencionó: “La violencia es inodora e incolora, puesto que se encuentra en el aire que respiramos. Los hombres fueron convencidos de que la crueldad es parte de la masculinidad y para ellos no hay nada más sagrado que formar parte de esa manada, mueren por hacerlo, ya sea en guerras o dentro de las cárceles; violan y dañan para formar parte, para probar su valía a los demás”.
Marina Castañeda nombró su libro Machismo invisible como una referencia para responder a la pregunta: “La violencia está escondida en pequeños gestos y costumbres de la vida cotidiana. Los podemos llamar micro-hechos y son, por ejemplo, las maneras de comunicarse o también las maneras de silenciar o no escuchar; además de la superioridad intelectual que le han dicho al hombre que posee desde el nacimiento por el simple hecho de ser hombre, lo que genera y detona todos los tipos de violencia”.
Nuria Varela enfatizó que la ausencia femenina en la participación democrática afecta en todos los sectores de la población y que, a pesar de que parece lo contrario, cada vez hay menos mujeres en puestos de poder. “El poder se resiste al feminismo y, por ende, se resiste el cambio que podría erradicar, de a poco, las múltiples violencias que afectan a las mujeres”, dijo.
A pesar de las cifras, ¿tenemos esperanza?
“Pienso que sí, pero tenemos que estar todas dentro, tenemos que mantenernos unidas y utilizar la trinchera de lucha como barrera de protección”, comentó Castañeda.
Para resolver este cuestionamiento, Varela dijo: “El silencio es el mandato del patriarcado, por lo que tenemos que seguir peleando y romper el silencio; en la palabra está la esperanza. Además de eso, nuestra obligación es convertir nuestra teoría e investigaciones en políticas públicas, con el fin de garantizar una manera real de protección para las mujeres”.
Sin embargo, el panorama para Rita Segato es un poco menos esperanzador: “No coincido en que haya mucha esperanza porque las cifras dicen lo contrario, la violencia va en aumento, a pesar de lo logrado, a pesar de las nuevas políticas públicas. Es por eso que no tenemos que olvidar el combate diario, el que se hace cara a cara, en las calles y en el cotidiano, luchar con la palabra y también con el cuerpo, por más difícil que nos parezca a las mujeres imaginar otros futuros que no sean los que el patriarcado planeó para nosotras”.
Para finalizar, las tres concluyeron que la unión, la lucha y la palabra son las herramientas que pueden mantener a salvo a las mujeres; sin embargo, también es importante la inclusión de los hombres en la educación feminista, con el fin de derribar esa masculinidad que puede ocasionar su propio daño y la detonación de la violencia hacia las mujeres.
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