Estudian y preservan a los ajolotes de Jalisco
Este 1 de febrero se celebra del Día del Ajolote, y desde el CUCBA investigadores emprenden acciones para cuidar a este anfibio
- Pablo Miranda Ramírez
- enero 31, 2025
- Investigación y conocimiento
Este 1 de febrero se celebra del Día del Ajolote, y desde el CUCBA investigadores emprenden acciones para cuidar a este anfibio
Sus características branquias lo hacen inconfundible y sus capacidades lo han posicionado no solo como un símbolo de la biodiversidad mexicana, sino también como un animal con características únicas que habita los cuerpos de agua del país.
Estos anfibios pertenecen al grupo de las salamandras, y se caracterizan por sus habilidades regenerativas, sin embargo, también son animales que sirven como indicadores ecológicos al ser muy sensibles a los cambios ambientales.
Es por eso que desde hace más de una década investigadoras e investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), han convertido a los ajolotes de Jalisco en objeto de estudio, preservación y cuidado.
“Tiene un gran significado en nuestra cultura mexicana, juegan un papel muy importante en los ecosistemas y son realmente muy interesantes. Tienen importancia, por ejemplo, en el área biomédica: se han estado estudiando desde hace mucho tiempo por su capacidad de regeneración”, indica Verónica Carolina Rosas Espinoza, investigadora del Departamento de Ecología Aplicada del CUCBA.
Pero también se han llevado a cabo estudios para conocer su diversidad genética, en qué consiste su dieta, la cantidad de individuos en cada población, así como las características de sus hábitats y la calidad del agua en la que viven.
En México se han documentado alrededor de 18 especies en ríos, lagos, estanques y otros cuerpos de agua, desde el norte del país hasta los límites del Eje Neovolcánico, añade Rosas Espinoza.
Mientras que en Jalisco es posible encontrar ajolotes en las altas sierras del Sur del Estado o en las zonas áridas del Norte: “Nos hemos dado a la tarea de ubicar dónde están esas poblaciones de ajolotes, de saber cuántos individuos hay para saber cuál es el estatus de su población”.
El trabajo que realizan las y los investigadores se nutre con la colaboración de alumnos del CUCBA y de habitantes de los municipios donde se llevan a cabo los estudios.
Sin embargo, Verónica Rosas estima que aún se deben llevar a cabo más acciones para la preservación del ajolote en Jalisco, ya que enfrenta problemáticas como el cambio climático, lo que genera que haya descensos de ejemplares en estado silvestre.
En el estado se ha documentado la presencia de ajolotes en las sierras de Quila y Tapalpa, así como en la región Wixárika del Norte de Jalisco, explicó Ana Luisa Santiago Pérez, investigadora del Departamento de Producción Forestal del CUCBA.
“Empezamos desde el 2008 en la Sierra de Quila con un inventario de fauna silvestre, y ahí fue la primera ocasión en la que nos encontramos con una población de ajolotes”, recordó.
Una de las especies que habita Jalisco es el Ambystoma flavipiperatum, comúnmente llamado ajolote de Chapala; este fue de los primeros en ser documentados y se encuentra en cuerpos de agua de la Sierra de Quila, aunque se tenía registro de poblaciones cercanas a Guadalajara.
“No era de extrañar que incluso había poblaciones cercanas a la Zona Metropolitana de Guadalajara, en lugares muy cercanos al Bosque La Primavera; en lo que ahora es la Carretera a Nogales al menos había una o dos localidades de ajolotes, también en la Sierra de Tesistán o hacia la salida a Colima”, resaltó.
Otra de las especies de Jalisco es el Ambystoma amblycephalum, o ajolote de cabeza chata, que puede ser visto en la Sierra de Tapalpa y se creía que era exclusivo de Michoacán.
En el Norte del estado habita el Ambystoma rosaceum, o ajolote tarahumara, que se distribuye desde Chihuahua hasta Jalisco.
En la misma región también se tiene registro de lo que podría ser el Ambystoma velasci, o ajolote del Altiplano, aunque Ana Santiago considera que aún se requieren más estudios para determinar si se trata de esa especie.
Por otra parte, la investigadora mencionó que se está determinado una nueva posible especie en la Sierra de Manantlán.
Una de las principales problemáticas que enfrenta la conservación de este animal es el cambio climático, lo que se suma a la reducción o degradación de sus hábitats y a otros factores como la contaminación o la gestión del agua, señala Santiago.
“El 70 por ciento de las microcuencas del país están contaminadas o sobreexplotadas, entonces se está dejando un muy reducido espacio para que ellos permanezcan en estos lugares”, aseveró.
Para la investigadora es necesario que cualquier población de ajolotes sea considerada prioridad, pues de las 18 especies del país, almenos 15 se encuentran en la lista de Especies en Riesgo de la Norma Oficial Mexicana-059-Semarnat.
“En Tapalpa se hizo un estudio en 2020-2022 en el que el enfoque era conocer la dinámica poblacional, es decir, la presencia y abundancia de los ajolotes y las características del hábitat en el que están presentes, y encontrarnos que de 33 localidades en ese municipio, hoy en día sólo en 17 permanecen los ajolotes”, externó.
Santiago Pérez atribuye algunas de las causas de la disminución de población a la mala gestión del agua, las descargas residuales, la contaminación por agroquímicos y el uso de pesticidas.
Pero considera que las alianzas son una de las formas de evitar que sigan disminuyendo las poblaciones de ajolotes en Jalisco y cree que conocer las características del anfibio es un primer paso para determinar lo que se puede perder.
Por su parte, Verónica Rosas afirma que no se cansará de “predicar” sobre los cuidados del ajolote, y junto a otros investigadores, habitantes y alumnos, continuarán visitando las sierras de Jalisco para buscar al “monstruo de agua”.
“Son animales que son muy sensibles a los cambios ambientales, entonces, muchas veces funcionan como indicadores ambientales, y pues quién no se enamora de una ajolote con simplemente ver su hermosa cara que parece un sol con sus branquias”.