El Jefe del Centro de Atención Respiratoria Integral del Hospital Civil de Guadalajara (HCG) Dr. Juan I. Menchaca, Martín Bedoya Barajas, compartió que “la alergia no es una enfermedad, sino un mecanismo, una acción del sistema en el que las personas que tienen enfermedades alérgicas reaccionan en contra de agentes que habitualmente no hacen ningún daño”.
La rinitis, asma bronquial y dermatitis atópica son las principales enfermedades alérgicas. Entre diez y 25 por ciento de la población que las padece suele presentar reacciones adversas durante los cambios estacionales. Además de las enfermedades, en el HCG se estima que entre 15 y 20 por ciento de las alergias en la población en general son provocadas por alimentos, y actualmente se investigan las causas.
La mayoría de las personas con síntomas alérgicos tienen picos estacionales donde se exacerban síntomas como ojos llorosos, flujo nasal, congestión o dermatitis; esto ocurre por el tipo de sensibilización que se tiene a los actores ambientales, explicó Bedoya Barajas.
El polen de las plantas y los ácaros que viven en el polvo son las principales causas de alergia en personas con rinitis y asma bronquial; por lo que los picos de sintomatología serán en los meses húmedos o en el brote de floración y polinización de arbustos y árboles, que suelen ser de diciembre a marzo.
“Los principales árboles que dan problemas alérgicos son aquellos con flor pequeña, puesto que transportan el polen a través del viento; como ejemplo tenemos los fresnos, mezquites y encinos, de los cuales hay una gran cantidad en la ciudad”, alertó el especialista.
El tratamiento para curar una alergia puede variar según la enfermedad y los factores que alteran al sistema de defensa, por lo que es sumamente necesario que un médico alergólogo establezca un diagnóstico.
“Si quisiéramos englobar el tratamiento de manera general hay tres puntos importantes; se debe evitar el contacto con el agente que produce los síntomas de alergia; utilizar medicamentos para controlar síntomas, por lo regular serán antihistamínicos y en algunos casos antibióticos de manera complementaria; y en tercer lugar, el uso de vacunas personalizadas conocidas como inmunoterapia para alérgenos”, informó Bedoya Barajas.
Las vacunas administradas sirven para modificar la respuesta del cuerpo, haciendo que sean actores reconocidos y se elimine la alergia. Para conocer qué tipo de vacuna requiere cada paciente se realizan pruebas en la piel o tomas de sangre.
Además de las alergias causadas por enfermedades y alimentos, existen otras que se presentan con menor frecuencia, pero son graves como la anafilaxia, la cual, al presentarse, pone en riesgo la vida de la persona y ocurre como reacción a la ingesta de algunas frutas, medicamentos, látex o derivados.
La recomendación de Bedoya Barajas es mantenerse alejados de los agentes ofensores, mantener ventiladas las casas, principalmente las habitaciones con camas y sillones, que es donde se guardan los ácaros; en caso de tener peluches, guardarlos en bolsas y lavarlos constantemente; evitar en los primeros meses de vida huevo y leche que no sea de fórmula, así como en la primera infancia frutas como el durazno.
“Tener medidas de prevención puede contribuir al control de la enfermedad; de hecho, entre 60 y 80 por ciento de las personas que las aplican pueden controlar los síntomas de asma, rinitis o dermatitis atópica sin problema y llevar una mejor calidad de vida”, finalizó.