Aunque para la mayoría de nosotros los trabajadores asalariados, todos los meses del año son difíciles, tradicionalmente en enero nos “cuesta” más trabajo solventar la ya famosa “cuesta”, lo mismo en lo que atañe al presupuesto familiar que lo relacionado con los gastos personales.
Lo anterior sucede porque a partir de que nos entregan el aguinaldo, sin querer nos brotan “compromisos”, los que hacen gastemos sin ton ni son y nos olvidemos de elaborar un presupuesto básico, que abarque por lo menos cuatro rubros generales, en los que deberá quedar repartida tal prestación y los ingresos extra que recibimos en dicho periodo, con la finalidad de hacer frente a las obligaciones que debemos cubrir a inicios de año.
Estos rubros que menciono son: el 30 por ciento en ahorro, 25 por ciento dirigirlo a gastos recurrentes de inicio de año, otro 25 por ciento a aspectos de la temporada y el 20 por ciento restante guardarlo para imprevistos o emergencias.
La realidad a que me refiero en el título, es la famosa “cuesta”, no exclusiva de este mes, sino que la arrastramos desde el enero pasado, y que si no tomamos las precauciones necesarias, se mantendrá por más tiempo y la haremos un círculo del cual será difícil salir.
¿Por qué llegamos a dicha “cuesta”? Por factores inflacionarios y falta de previsión nuestra, ya que al recibir más dinero, aumenta nuestra capacidad de compra, lo que se traduce en una mayor demanda de bienes, servicios y satisfactores personales.
Lo primero que debemos tomar en cuenta para saber si podremos sobrevivir a la cuesta de enero, es si contamos con el 25 por ciento arriba mencionado, y segundo, considerar el presupuesto anual de gastos, o sea, pensar que debemos cumplir con el pago de $ 310.00 por el trámite de refrendo vehicular (los que tenemos automóvil), que representa 3.33 por ciento más que el año pasado. Si pagamos en los primeros tres meses obtendremos un descuento del 30 por ciento, por lo que dicha cifra quedará en $ 217.00. De abril a mayo el descuento será de 15 por ciento, es decir, la cantidad ascenderá a $ 263.00. En junio y julio el automovilista deberá pagar el monto completo y a partir de agosto, el gobierno comenzará a aplicar recargos y multas a los morosos.
Otro gasto es el pago del impuesto federal de la tenencia, obligatoria para quienes tengan carro con menos de 10 años de antigí¼edad a la fecha del último modelo.
También nos provocarán un dolor de cabeza las tarifas del agua, que aumentarán en un siete por ciento en promedio y del transporte urbano, que subirá a $ 4.00, cifra que será dada a conocer en cualquier momento por el gobernador del estado, a pesar de la oposición de grandes sectores de la sociedad que verán mermados sus ya de por sí raquíticos ingresos a causa de un servicio pésimo y caro.
También debemos tomar en cuenta el incremento en el cobro del impuesto predial (cuatro por ciento) y que los servicios que prestan los municipios y el gobierno estatal aumentarán en un porcentaje parecido (licencias de conducir, pasaportes).