Ajedrez deporte mental

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    Jugar y aprender ajedrez constituye una herramienta terapéutica efectiva que podría ser utilizada en colonias o barrios con alto índice de drogadicción y delincuencia.
    Una opción para realizar ese proyecto consistiría en que las autoridades gubernamentales implementaran centros comunitarios populares, con el objetivo de impartir clases gratuitas de este deporte a niños, jóvenes y adultos que quieran aprenderlo.
    Está comprobado que su práctica continua aumenta la atención y concentración, la creatividad y la lógica de razonamiento, la previsión, memoria, voluntad, intuición, planificación, prudencia y capacidad de cálculo, además de facilitar la resolución de problemas.
    El Alzheimer puede ser evitado con una intensa actividad intelectual, de manera que jugar ajedrez ayuda a este propósito.
    Dicha actividad tiene un valor social, pues ayuda a combatir la drogadicción, falta de autoestima y el ocio improductivo.
    Contribuye a desarrollar capacidades cognitivas y beneficia a los niños, ya que madura su carácter y mejora el rendimiento escolar.
    En varios países este tipo de programas culturales ha dado excelentes resultados. Por ejemplo, estudios de investigadores soviéticos demuestran que jugar ajedrez aumenta la capacidad intelectual.
    Muchas naciones introducen a esta actividad como materia optativa en su sistema educativo. En Venezuela tiene vigencia, desde 1983, un novedoso programa de enseñanza, Proyecto ajedrez, que utiliza a este deporte como herramienta para desarrollar el intelecto.
    El punto principal de este deporte radica en demostrar que varios problemas sociales pueden tener solución con su ayuda, y claro, con el apoyo de las autoridades gubernamentales y educativas.
    Saquemos el Kasparov que todos llevamos dentro.

    Gustavo Cortez García,
    estudiante de psicología, Guadalajara Lamar.

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