Para Miguel Techiba Meza enseñar matemáticas más que una forma de ganarse la vida es todo un reto: que el estudiante comprenda y le agarre el gusto a esa materia, el coco de muchos preparatorianos.
Miguel Techiba lleva 13 años como maestro en la Preparatoria de Jalisco, aunque sus años como universitario se remontan a 1982, cuando ingresó a esa misma escuela, para luego estudiar la carrera de arquitectura en la UdeG.
“Para mí las matemáticas son una afición. Me gustan los números. Cuando estaba en secundaria, empecé a hojear un libro de matemáticas, me fijé en el texto y me di cuenta de que le entendía a la perfección. Más tarde leí otros libros al respecto, por lo que siempre estuve más adelantado en matemáticas que el resto de mis compañeros”.
Su facilidad innata con las matemáticas lo llevó a buscar métodos que las volvieran más accesibles para los alumnos.
“El principal problema que enfrentan los alumnos es su falta de creatividad”.
Por este motivo suele llevar a sus alumnos a un parque, para que aprecien las estructuras, analicen su forma y encuentren el porqué de esta. Usa objetos palpables para que “encuentren una forma de aplicar las matemáticas a casos prácticos”.
Además de esta clase, imparte el taller de estrategias de resolución de problemas y maquetas, para los alumnos de sexto semestre. “Soy el encargado de preparar a los que participarán en las olimpiadas de matemáticas. Tengo el honor de haber sido maestro de Miguel Monsiváis Bobadilla, quien fue campeón de una Olimpiada de matemáticas en 1995”.