Modelo plus service

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    “Un cuarto de hotel de paso, exclusivo para amantes fortuitos o conocidos, prematrimoniales o adúlteros, pudendos o depravados. En él –aparentemente– el único suceso importante es el coito”.
    Con esas líneas –qué más puede importar dentro de una habitación de motel si no es el sexo–, el dramaturgo Marco Aurelio Larios introduce al lector en la obra Modelo plus service, la cual relata la historia de un hombre de 50 años que contrata los servicios de una prostituta, una joven de 22 años.
    Parece una escena común, pero en algún momento la historia termina por seguir otros rumbos. La chica no es una sexoservidora, como una de sus amigas, la cual le pide como favor que la sustituya. Ella, abierta a la experiencia, accede: “el anonimato y la frialdad le pueden dar a ganar algún dinero”, dice Larios.
    Modelo plus service será llevada al escenario teatral, bajo la batuta de Javier Serrano. Difícil creer que un dramaturgo y un director trabajen juntos. Pero con esta pieza logran limar las asperezas que pudiesen existir entre ambas profesiones.
    Marco Aurelio Larios le apuesta a que un texto escenificado “sea recibido por un público lector como un texto dramático. Apuesto por el carácter literario de la obra”. Serrano comenta: “se dice que el mejor dramaturgo es el que está muerto, porque así no tienes confrontación con él”.
    Pero en este caso, el ego artístico que pudiera dividir la escritura y la dirección se viene abajo cuando el eje temático, la doble moral, sobrepasa las diferencias.
    En la historia el hombre es un eminente médico que juega en el escenario a ser un profesor… de ética. La joven es solo una estudiante de letras. El hombre, de familia, respetable, en algún diálogo defiende a capa y espada que sus actos no son inmorales. La muchacha le pregunta qué pasa con su mujer y familia. Él, en tono fuerte, responde que ellos no tienen porqué saberlo, son terceros no implicados. Por desgracia, revira la joven, “en todos los actos de nuestra vida, siempre hay terceros implicados”.
    Marco Aurelio Larios compara estos hechos con la sociedad tapatía, conservadora por tradición. “Desde que los gobiernos panistas tienen el control, estos servicios han florecido y se han incrementado. Agencias de masaje, estéticas masculinas, sex shops, establecimientos de table dance, entre otros”. Parecería, continúa, que Guadalajara es una ciudad más libre y pensante, “pero resulta un juego de doble moral. ¿De qué tienen miedo?”.
    En opinión del director Javier Serrano, la obra posee “un corte intimista” y produce que “el público actúe como voyeurista”.
    No obstante, añade el dramaturgo, la pieza no tiene una lección moral, pero sí muestra un fuerte contenido sexual a partir de un suceso que ocurre “todos los días”, en cualquier hotel de paso.
    Larios se adentra en la personalidad de los personajes, quienes recuerdan a sus amantes, explican su profesión, dialogan sobre la moral e incluso el amor. “En el desarrollo de la historia, la chica inventa un juego parecido al de ‘la botella’, en él cuentan anécdotas sexuales a cambio de una prenda. Eso me permite, como autor, crear historias hacia el interior de la trama central”.
    En cuanto al trabajo escénico, Javier Serrano indica que el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) ha brindado apoyo económico para la compra de equipo y material de la escenografía. Esta, explica el también académico del CUAAD, requirió trabajo de investigación, como la visita a moteles de la ciudad.
    Desde hace unos meses, comenta, empezó a trabajar “sobre el texto, bajo el texto y en el mismo texto”. Ya dio con los actores “perfectos en el casting”: Armando Villalpando y Lorna Jiménez.
    En ese “corte intimista” que presume tiene la obra, la intención será que el público asistente acuda en tiempo real, vea lo que sucede en un cuarto de hotel en cierto momento, cuando las puertas cierran las puertas y los amantes se entregan.
    “Hay una persuasión hiperrealista. El público formará una especie de herradura en torno al escenario y verá a través de una especie de rendija”.
    De momento, esta exploración de lo erótico, enigmático y apasionado todavía no explota sobre el escenario, como un orgasmo. Es posible que en octubre alcance el mismo y la obra pueda ser presentada a la sociedad tapatía. Sin tabúes, sin tapujos.

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