Clima amenaza de hambre

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    En Jalisco las siembras de maíz durante el presente ciclo agrícola iniciaron con cerca de un mes de retraso, a causa del comienzo tardío del temporal.
    El gerente técnico para los programas de América latina y el Caribe, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), José Francisco Villalpando Ibarra, dijo que el retraso de las precipitaciones pluviales puede disminuir la producción.
    “No es lo mismo sembrar en junio que en julio. Ese tipo de variaciones de temporal es consecuencia de la variabilidad, que cada día se acentúa más, por lo que la producción agrícola corre más riesgos. Esto es realidad, no ciencia ficción”.
    El especialista comentó que en los 90 fueron observados más efectos de los cambios climáticos en el mundo. Apenas en los 70 iniciaron los estudios para analizar la variabilidad climática, así como su impacto en la agricultura.
    “El cambio climático con relación a la agricultura lo empezamos a ver en la irregularidad de las lluvias, las repercusiones del fenómeno el Niño, con sequías, entre otros factores”, aunque reconoció que no todos los impactos son negativos, pues también hay mejoras.
    Ariel Ruiz Corral, titular del programa de agrometeorología, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, consideró que el cambio climático ha traído un aumento en la temperatura media.
    “También hay una modificación en la distribución de los días con lluvia, que son menos y de intensidad. Además se eleva la frecuencia de eventos extremos, como heladas, granizadas, sequías o inundaciones, que traen daños en los cultivos.
    Sin embargo, coincidió con el profesor investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología, de la Universidad de Guadalajara, Jaime Alcalá, en que “no sabemos si tales ‘dislocaciones’ en el clima son irreversibles a corto, mediano y largo plazos” o son una variación climática interanual.
    Lo cierto es que hay afectaciones. El doctor José Villalpando Ibarra indicó que en el periodo 1996-2000, el crecimiento anual de la producción agrícola mundial fue de 3.5 por ciento, mientras que en el de 1991-1995, del 4.2 por ciento. Esta reducción es, en mayor parte, por las variaciones del clima y desastres naturales, como inundaciones o sequías.
    Durante una conferencia organizada por el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), el 13 de julio pasado, en el paraninfo Enrique Díaz de León, el especialista indicó que a México el fenómeno del Niño en 1997-98, le costó indemnizaciones a la agricultura hasta por dos millones de dólares. En el continente americano, según estimaciones de la Cepal, asciende a 20 billones de dólares.
    De acuerdo a una nota publicada en El universal, en mayo 27 de 2005, el cambio climático amenaza con incrementar el número de personas que sufre hambre en el mundo, al reducir la superficie de tierras disponibles para cultivos en países en vías de desarrollo, advirtió la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación, dependiente de la ONU), con sede en Roma.
    “En unos 40 países pobres o en vías de desarrollo, con una población total de 2 mil millones, incluidas 450 millones de personas desnutridas, las pérdidas en la producción a causa del cambio climático, podrían incrementar drásticamente el número de personas desnutridas, lo que obstaculiza de forma severa el progreso en la lucha contra la pobreza” y en materia de seguridad alimentaria.
    La variabilidad y el cambio climático tienen repercusiones sobre los patrones de producción agrícola. Por ejemplo, conforme la temperatura aumente, se extenderán las fronteras de cultivos como el trigo en Canadá y Rusia, agregó Villalpando Ibarra.
    En sitios con latitudes medias, como Europa, habrá más agua, lo que provocará inundaciones. En otros lugares, como ífrica, Austria, Estados Unidos, Norte de México, Asia, Rusia, la sequía aumentará.

    Afectaciones al campo jalisciense
    En México y el mundo las sequías se agudizan en zonas semidesérticas. Al sur de Sonora y norte de Sinaloa, durante varios años se registraron bajas precipitaciones, con la consecuente afectación a las superficies sembradas y a la economía.
    De acuerdo a un estudio realizado por Ruiz Corral, publicado en el número cinco de la revista de la Unidad de Vinculación y Difusión Científica (diciembre, 2000, año 2), de la Universidad de Guadalajara, las variaciones climáticas de los últimos 50 años han impactado de manera negativa al agro y a las potencialidades agrícolas de Jalisco.
    Otras conclusiones son: la estación de crecimiento de los cultivos es más corta, más cálida y acumula menos precipitación y grados-día de desarrollo que antes. Estas condiciones propician que la superficie potencial para el cultivo de maíz haya disminuido en un 20 por ciento.
    El también académico del CUCBA indicó que el cambio climático tiene efectos en la región, por lo que no afecta a todos los lugares de la misma forma.
    En términos generales, la zona Centro, la de mayor importancia agrícola en Jalisco, no presenta impacto significativo por cambios climáticos, aun cuando se haya presentado el fenómeno de el Niño. Tampoco la Costa por su exceso de agua.
    Sin embargo, la zonas Norte y Altos son las que más han sufrido los recientes cambios climáticos, lo que agudiza el problema, ya que “de por sí son ambientes desfavorecidos a causa de la poca lluvia y las temperaturas extremas”.
    “En estos sitios hay variaciones en la estación de crecimiento. Durante fenómenos como el Niño, existen meses húmedos que se convierten en secos o viceversa”.
    El doctor en sistemas de producción, con enfoque en agrometeorología, Jaime Alcalá, indicó que en los últimos años Jalisco ha sido afectado por la variabilidad climática, con sucesos como sequías, granizadas, tormentas severas, retrasos en la siembra.
    “El problema es que no sabemos si estos fenómenos han aumentado o hay un mayor conocimiento o control de ellos”.
    Según un estudio realizado por Jaime Alcalá, un año con presencia del Niño disminuye la precipitación, tanto al inicio del temporal como en la canícula, lo que trae incertidumbre a quienes cultivan maíz.

    México poco preparado ante esos fenómenos
    El mayor problema es que a México le faltan más estudios sobre variaciones y cambios climáticos, de acuerdo a los especialistas.
    El agrometeorólogo Ariel Ruiz añadió que nuestro país está poco preparado ante dichas eventualidades, pues no “sabemos qué pasaría en la práctica, qué podemos hacer si el clima varía” en determinado sentido o magnitud.
    “Cuantificar esto servirá para diseñar una estrategia que les haga frente. Es difícil que cambiemos el clima. Tenemos que sujetarnos a lo que imponga la naturaleza, pero no por ello dejar de monitorearla”.
    Aclaró que es complicado precisar lo que sucederá a corto, mediano y largo plazos. “Aun los investigadores más avanzados fracasan con sus modelos cuando la naturaleza impone una variable desconocida o no documentada. Con seguridad esto ya fue experimentado hace 100, 200 o 300 años y como no hay registro, parece raro”.
    “A pesar de que hay instituciones dedicadas a la investigación, como la UNAM o la UdeG y que realizan estudios sobre el tema, falta un mayor número de análisis al respecto, así como documentación a fin de cuantificar los cambios. Si existen, ¿de qué magnitud son?, ¿a qué regiones afectan más?”
    Jaime Alcalá comentó que tampoco hay estudios agroclimáticos del cultivo, previos a la siembra y que sirvan para determinar el idóneo para la región.
    “También hace falta establecer más estaciones de monitoreo para sacar información cada dos, cinco o 10 minutos. Hay que hacer más estudios de intensidad y duración de las lluvias, descenso o ascenso de temperatura y convertirla a índices que nos ayuden a comprender la variabilidad y cómo podemos aprovecharla”.
    José Francisco Villalpando agregó que hay estudios que pudieran servir de pauta. Sin embargo, falta más vinculación y coordinación entre los sectores productivo, económico, gubernamental, educativo, de investigación y entre organismos.
    “Si viene un temporal tardío, sería bueno tener información disponible en marzo y no ahora. En el ámbito internacional hay 11 centros que la producen y luego es adaptada a las condiciones de México por un foro. Resulta posible aplicarla, pero el usuario debe pedir información y eso no sucede, ya que ambos sectores están desvinculados”.

    Doce mil hectáreas fueron resembradas a causa de retraso de las lluvias
    El subdelegado agropecuario de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Francisco de la Fuente, consideró que el cambio climático afecta al campo, aunque desconoce en qué medida.
    La deforestación, contaminación, falta de tratamiento de basuras y desechos industriales, perturban el ambiente, aspecto que preocupa por sus repercusiones sobre el sector.
    Recordó que el año pasado fue excelente para la agricultura en todo el país, pero que el ciclo actual es diferente.
    Informó que los campesinos de Jalisco que sembraron durante mayo y no tuvieron suficiente agua, tendrán una mala o regular cosecha. Estimó que alrededor de 12 mil hectáreas fueron resembradas a causa del retraso de las lluvias. Además, si deja de llover en septiembre u octubre, habrá disminución en el rendimiento. En los Altos el grano puede ser afectado por heladas tempranas.
    Al preguntarle si la Sagarpa cuenta con datos históricos de fenómenos como sequías, granizadas, tormentas severas, el ingeniero Francisco de la Fuente comentó:
    En 2003 hubo una granizada en el sureste, por Valle de Juárez, la cual ocasionó daños severos en cultivos de maíz, pastizales.
    Durante 2003 las inundaciones afectaron cerca de 23 mil hectáreas en una zona de La Barca y Ocotlán.
    En 2004 otro fenómeno dañó 12 mil hectáreas.

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