Cuando era niña amaba las papas fritas con catsup; Bruce Lee era mi héroe y me gustaba usar tenis Adidas”, se escucha decir al personaje de Marjane en un flashback de la película Persépolis. En ese entonces sus obsesiones eran dos: rasurarse las piernas algún día y convertirse en el último profeta del universo.
Persépolis es una película animada realizada por Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, basada en los cuatro tomos de la novela gráfica del mismo nombre escrita por Satrapi. Tanto el cómic (publicado por editorial Norma en el 2000), como el filme (2007), son totalmente autobiográficos y cuentan la historia de Marjane y su familia en la revolución islámica. Se abordan ciertos acontecimientos políticos como la caída del Sha, el cierre de las universidades, el pañuelo obligatorio en la cabeza, los desaparecidos, los ejecutados y, por supuesto, la guerra contra Irak.
Marjane, la protagonista, no es la típica chica iraní, su imaginación no conoce fronteras y desde muy pequeña se las arregla para descubrir que más allá de Teherán hay otro mundo. Sabe de la existencia de Michael Jackson, de Abba, The Bee Gees, conoce el punk, compra discos clandestinos de Iron Maiden y los escucha a todo volumen en su habitación. Además de música, en el mercado negro consigue ropa de marca estadounidense, la que usa con singular alegría ante el asombro y la indignación de las autoridades del Liceo Francés de Teherán donde estudia. Usa el Hijab (velo en la cabeza), pero con tenis Nike y chamarras con leyendas como “Punk is not ded” (sí, “ded” no “dead”).
Cuando comienza la guerra Irán-Irak y apenas tiene 14 años de edad, es enviada al Liceo Francés de Viena. En Europa, alejada de familiares y amigos, tiene la oportunidad de conocer otras culturas y experiencias únicas como el amor y la libertad de vivir en Occidente, así como la soledad, el racismo y el rechazo de quienes creen que todos los iraníes son fanáticos religiosos. Luego de concluir sus estudios de preparatoria, Marjane decide regresar a Irán para estar con su familia, aunque eso implique someterse a todas las obligaciones que le impone su país; sin embargo, al no soportar la tiranía que se vive en su propia patria, volverá a Europa, esta vez a Francia, en busca de una mejor vida.
Con Persépolis, Satrapi, hija de padres burgueses y de izquierda, hace una fuerte crítica al fundamentalismo religioso, compara la cultura occidental y oriental, y saca a la luz lo mejor y lo peor de cada una de ellas; lo interesante es que lo hace con cierta carga de humor y de crudeza.
Más allá del cartoon
La propia Marjane dirigió la película junto al novel cineasta y artista del cómic Vincent Paronnaud. La animación está basada en los mismos dibujos del libro de Satrapi, quien en numerosas entrevistas ha definido a este procedimiento como un “realismo estilizado”, ya que el trazo está totalmente alejado del cartoon, “queríamos que el dibujo fuera totalmente vivo. Los trazos de las gráficas generadas por computadora no tienen defectos. Eso les quita personalidad a los personajes; los seres humanos no son perfectos, y los trazos creados a mano reflejan mejor sus almas”.
La voix de trois générations
Desde antes de ser película, Persépolis ganó la admiración y el apoyo de personalidades influyentes en la industria del cine francés. A pesar de no tener trayectoria fílmica alguna, a Satrapi se le metió en la cabeza hacer la adaptación del cómic al cine y por si fuera poco, contar con la participación de Catherine Deneuve en el papel de la madre de Marjane. Su sueño se hizo realidad y el día que tuvo enfrente a la diva del cine francés se tuvo que tomar tres coñacs antes de comenzar a dirigirla. Las cosas mejoraron aún más cuando la propia hija de Marcelo Mastroianni y Catherine Deneuve, Chiaria Mastroianni, se ofreció para darle voz al mismísimo personaje de Marjane, Para completar el trío, la actriz Danielle Darrieux, quien ha interpretado el papel de madre de Deneuve tantas veces en el cine, prestó su voz para el personaje de la abuela. Para la versión en inglés además de volver a contar con la participación de estas tres actrices francesas, en el papel del padre se contó con la voz del actor Sean Penn y para el tío con la colaboración del cantante Iggy Pop.
El otro ojo del tigre
La banda sonora de Persépolis estuvo a cargo del compositor Olivier Bernet y es otro acierto de la película. Incluye desde música de discoteca iraní y discretas baladas de piano, hasta una nueva versión de Eye of the tiger, el tema clásico que compusiera Survivor para la película Rocky III (1982). Esta pieza es quizá el punto álgido del álbum y transporta a un encanto inmediato. Sin guitarras eléctricas y con el sonido de las trompetas del western spaghetti, esta nueva interpretación de Eye of the tiger, cantado por Chiaria Mastroianni, se vuelve el himno de Persépolis. Esta versión aparece en el soundtrack, sin embargo para la película Satrapi le pidió a Chiaria que lo cantara fuera de tono, lo que le da un toque de comicidad y de realismo al personaje de Marjane.
Para Satrapi, Persépolis no es un filme político, sino “una película acerca del amor que tengo por mi familia. Pero, si las audiencias occidentales salen de la sala convencidas de que los iraníes somos seres humanos y no nociones abstractas del tipo “fundamentalistas islámicos, o terroristas, habré cumplido con mi propósito”.