De Venezia a Venice sólo hay un paso

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Con el anuncio de Los íngeles, California, como ciudad invitada de honor en la próxima Feria Internacional del Libro (FIL) 2009, la fiesta de la literatura llegó a su fin en su vigésima edición, y en la que Italia fue su protagonista.
Teniendo como hilo conductor Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, la participación italiana fue articulada en un programa literario compuesto de casi 90 eventos, tanto académicos como culturales, que reunió a 65 personalidades de la cultura italiana, de los más representativos ámbitos generacionales.
Federico Motta, presidente de la Asociación Italiana de Editores (AIE), comentó: “Hicimos lo posible para traer a Guadalajara todo aquello que representa y explica lo mejor de nuestra cultura, pero no podíamos imaginar una respuesta tan grande del público. Los contactos para los intercambios de derechos fueron numerosos y abrimos un canal privilegiado con un área importante del mercado editorial mundial”.
Externó su satisfacción por la venta de libros en italiano y español de los escritores, tanto clásicos como contemporáneos, dentro del Pabellón Italiano, ya que en los siete días de la feria fueron vendidos cerca de 12 mil volúmenes, con un total de dos millones de pesos. Entre los más vendidos destacan Gomorra, de Roberto Saviano, II nome della rosa, de Umberto Eco, y Novecento de Alessandro Baricco, entre otros.
Hablando más sobre libros, Italia donó 24 mil ejemplares de la colección de obras clásicas y contemporáneas “Un Mar de Sueños”, editada por el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Asuntos Exteriores Italianos, a bibliotecas de la Universidad de Guadalajara y de otras instituciones mexicanas.
Respecto a las manifestaciones artísticas y culturales de Italia, estuvieron representadas tanto en su vertiente contemporánea como tradicional. En la música Renzo Arbore y la Orquesta Italiana; entre los escritores, Valerio Massimo Manfredi, Danilo Manera o Pino Cacucc; en las artes visuales el ciclo de cine italiano, la exposición fotográfica de Tina Modotti, y en danza, la compañía italiana Artemis Danza.

Los números en FIL
El presidente de la Feria Internacional del libro de Guadalajara, Raúl Padilla López, dio a conocer en el balance de resultados preliminares, que en los nueve días de la feria hubo una afluencia de casi 604 mil visitantes; se tuvo un registro de 17 mil 259 profesionistas; mil 667 periodistas acreditados, y la participación de mil 947 casas editoriales provenientes de 40 países.

Carlos Fuentes el gran homenajeado
En esta edición Carlos Fuentes fue el gran homenajeado, con motivo de su 80 cumpleaños. Para celebrarlo fueron organizadas mesas redondas, paneles y encuentros, a los cuales acudieron escritores y amigos del autor de Aura.
Los elogios y las palabras para Fuentes resonaron en los salones de la Expo Guadalajara en voz de Juan Luis Cebrián, Miguel Huezco Mixco, Gabriel García Márquez, Federico Reyes Heroles y José Emilio Pacheco, entre otros literatos.
“Ser escritor es lo mismo que ser ingeniero”, dijo Carlos Fuentes en uno de tantos encuentros. Un escritor al que se refirió Juan Luis Cebrián —director fundador del diario El País— como el Erasmo contemporáneo, “intelectual número uno, el primero y el mejor de la lengua española. Es el escritor del mestizaje, del multiculturalismo, del diálogo entre países, razas, pueblos, culturas; historiador de México y de la hispanidad: un escritor global e historiador del futuro”.
El escritor cubano Antonio José Porte halagó la “tremenda presencia en el tiempo” y la “vastísima obra” del autor mexicano, en lo que la calificó como una “gran comedia mexicana de literatura. Lo ínfimo y lo mayúsculo lo podemos encontrar en la obra de Carlos Fuentes”.
Este año la Asociación de Academias de la Lengua Española aportó a la celebración la edición especial de su libro La región más transparente. Al respecto, el poeta mexicano José Emilio Pacheco mencionó que ninguna novela fue ni será tan esperada como esta obra. “Fue la primera y última novela sobre la ciudad de México antes de que se convirtiera en el caótico Distrito Federal. No podemos concebir un México sin Fuentes, ni una literatura sin su novelística”.
Un evento esperado en torno al homenaje del autor de La muerte de Artemio Cruz, fue la ópera “Santa Anna”, que se presentó en Guadalajara, en el Teatro Diana, y a la que asistieron personalidades como Gabriel García Márquez.

Premios y otros homenajes
Por primera vez el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances fue entregado a un autor portugués: António Lobo Antunes.
Robert Weil, director de la Biblioteca de Nueva York, fue el encargado de hacer una semblanza del galardonado, en la que destacó su capacidad de unir el amor y el sufrimiento, y su manejo del lenguaje que “trasciende las formas tradicionales de la novela”. Comparó a Lobo con Juan Rulfo.
Otros homenajeados en esta edición fueron Manuel Borras, acreedor al Mérito Editorial; Ernesto de la Peña, como el bibliófilo del año; Gioconda Belli con el premio Sor Juana Inés de la Cruz, por su más reciente creación El infinito en la palma de la mano; el premio Arpa FIL para Giorgio Grassi; “La Catrina”, para Rogelio Naranjo; y El premio Bibliotecario para Ana María Magaloni Gómez Rul.

Lo que vendrá
La edición 23 de la Feria Internacional del Libro recibirá a Los íngeles como ciudad invitada. La imagen y el mito de Los íngeles explorados en la literatura y el cine, serán presentadas en 2009 a través de manifestaciones como artes escénicas, plásticas y literarias, que a decir de Antonio A. Villaraigosa, alcalde de la urbe angelina, sumarán más de 100 actividades, entre ellas espectáculos, muestras de cine, lecturas y conferencias, organizadas por el Departamento de Asuntos Culturales. “Les prometo que Los íngeles contribuirá con una muestra espectacular”.
En un mensaje en video señaló a Los íngeles como el epicentro cultural, donde lo último en música, artes visuales, el teatro y las letras se nutren de una metrópoli diversa donde han impreso su influencia más de 200 países.
Edward Ramatowski, cónsul general de Estados Unidos, expresó que es un gran orgullo para su país presentar a la capital californiana como una de sus ciudades más importantes en la próxima edición de la FIL, donde acudirán distinguidos miembros de la Fundación Nacional para las Artes de dicha metrópoli.
“Los íngeles es mucho más que Hollywood y los Lakers. Es la casa de los géneros de ficción literaria que hablan de los sueños y de la cruda realidad dentro de la vida americana, como también es el lugar de una de las más grandes poblaciones de tapatíos fuera de la ciudad Guadalajara. Tengan la seguridad que desde el consulado estaremos promoviendo lo mejor del arte y cultura que Estados Unidos pueden ofrecer”.
El embajador Italiano, Felice Scauso, confesó que ya se siente la nostalgia de la despedida, pero aseguró que “para Los íngeles será una experiencia muy interesante” y tendrá “la oportunidad de presentar lo mejor” en la FIL 2009.
Como símbolo de la entrega de estafeta, Scauso regaló al cónsul general de Estados Unidos, Edward Ramotowski, una máscara de Venecia y dijo: “creo que hemos presentado una buena imagen de nuestro país”.

Un canto a la miseria humana

ADRIANA NAVARRO
adriana.navarro@redudg.udg.mx

La silla presidencial inmensa, dorada con tela de terciopelo rojo, con finos acabados en madera, resguardada por una imponente águila postrada en el respaldo, hace ver pequeño, viejo y cansado a su Alteza Serenísima, es el viejo dictador mexicano: Antonio López de Santa Anna.
Tal vez el debilitamiento de Santa Anna se deba a que fue incapaz de gobernar (en sus 11 veces que fue presidente de México) a un país tan grande, que perdió la mitad del territorio cuando él estaba en el poder. Santa Anna no sólo perdió una gran extensión de tierra mexicana, también perdió su pierna izquierda, que sepultó con honores y por ello se autoproclamó héroe de la patria.
Los episodios históricos con una distancia de 200 años fueron retomados por Carlos Fuentes para crear su primera ópera, “Santa Anna”, que está ambientada con la música del cubano José María Vitier.
La historia de poder, robo, guerra, ambición, fue cantada por Fernando de la Mora, quien personificó a Santa Anna, y las sopranos Lourdes Ambriz, quien tomó el papel de Inés, así como Verónica Alexanderson, quien encarna a Tosta.
Con una sencilla coreografía y un espectáculo que no se ciñe estrictamente a una ópera clásica ni a un musical de Broadway, más bien un teatro experimental que empalmó cuadros coreográficos entre sones jarochos y huapangos, así como diálogos perdidos con los personajes de “La Catrina”, se apreció la miseria humana a través de un político lisiado al que le quedó grande la silla presidencial.
En el Teatro Diana el pasado primero de diciembre y frente a cientos de personas, se vio la constante de México: conflictos políticos, los excesos del poder y una sociedad comparsa responsable de elegir a gobernantes corruptos.

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