Cada estilo de pensamiento requiere la construcción de un determinado tipo de proyecto de investigación. Uno de los principales problemas para algunos alumnos de maestría y doctorado es que tienen deficiencias en la selección de sus objetos de estudios. El problema se debe, en parte, a que no eligieron uno que embonara con su estilo de pensamiento, afirmó Silvia Ayala Rubio, coordinadora de Experiencias y reflexiones desde la investigación social, editado por la Universidad de Guadalajara.
La experta en educación hizo tal afirmación al comentar el primer capítulo “Los tipos psicológicos de la investigación”, escrito por Martha Valdez Huízar, profesora investigadora del Departamento de Estudios de la Educación, de la casa de estudios de Jalisco.
Martha Valdez expresa que los tipos psicológicos son de dos clases: generales y funcionales. Estos últimos se caracterizan por el predominio de uno de los siguientes campos: intelectual, sentimental, intuitivo y sensorial. A los generales los subdivide en dos tipos: introvertido y extrovertido.
La combinación de los dos tipos generales con los cuatro funcionales da por resultado ocho diferentes tipos de actividad psíquica. Algunas de ellas son el tipo introvertido-intelectual; introvertido-sentimental y el extrovertido intelectual.
“En el primer caso, el sujeto analiza la realidad del mundo a través de las ideas, sobre las cuales reflexiona constantemente, una tras otra hasta el agotamiento, ya que aspira a la profundización y no a la amplificación. Lo que motiva a un investigador de este tipo son las elaboraciones teóricas y metodológicas que pueden llegar a ser brillantes porque logra un alto grado de abstracción”.
Diferentes estilos de hacer investigación
El alumno tipo introvertido-sentimental se caracteriza por concentrar la energía en su interior. Desarrolla vivencias intensas, aún cuando en su exterior puede parecer indiferente e incluso frívolo. “Para ampliar la visión de su realidad y contactar con el mundo, la función de la sensación fortalecería la observación de los objetos del entorno para salir de sí mismo”.
Un alumno extrovertido-intelectual tiene un juicio sintético, su pensar es progresivo y productivo porque tiende a descomponer materiales para crear otros nuevos. Tiene carencia energética de reincorporar su mirada hacia sí mismo, se ve imposibilitado para establecer vínculos entre la experiencia y la idea objetiva.
“A la inversa, cuando su pensamiento tiene por objeto una idea objetiva, no es capaz de alcanzar la experiencia práctica individual, sino que permanecerá más o menos en un estado tautológico”.
El contenido del estudio de Martha Valadez está sustentado en la teoría cognitiva de Carl G. Jung; Valdez tiene 20 años de experiencia como terapeuta y de la cual se ha derivado un inventario de personalidad que ha sido utilizado en la empresa.
Los demás capítulos
Experiencias y reflexiones desde la investigación social consta de cuatro capítulos más: “La hipótesis del trabajo y el trabajo de la hipótesis”, de Fernando Leal Carretero; “Re-tomando las sensaciones: algunas notas sobre los caminos expresivos como estrategias para la investigación cualitativa”, de Adrián Scribano; “La subjetividad en el encuentro de la entrevista”; de Silvia Ayala Rubio, y “El psicoanálisis y el etnopsicoanálisis: reflexiones metodológicas”, de Emma Ruiz Martín del Campo.
En el segundo capítulo, el autor hace una amplia disertación sobre el papel que juega la hipótesis en el proceso de investigación. El autor señala que los alumnos no siempre tienen éxito en sus investigaciones de postgrado porque no saben plantear una pregunta y una hipótesis de investigación.
Fernando Leal Carretero da a conocer cómo ha resuelto los problemas con los alumnos para que estos lleguen a plantear preguntas e hipótesis adecuadas.
En el tercer capítulo Adrián Scribano señala que en el campo de la investigación ya se abandonaron los recursos metodológicos clásicos de hacer entrevistas, cuestionarios y observaciones. Plantea una serie de recursos metodológicos para hacer investigación social y explica cómo utilizar otras técnicas diferentes.
En el cuarto capítulo. Silvia Ayala Rubio trata el tema de la subjetividad en las entrevistas. “Hay elementos de subjetividad tanto del entrevistado como del entrevistador. La objetividad no se logra a plenitud”, señala la académica.
Emma Ruiz Martín del Campo señala en el quinto capítulo que cuando se hacen entrevistas psicoanalíticas, no hay que contemplar un solo campo del psicoanálisis y presenta una entrevista que hizo a un niño de la calle y como ésta se reconstruye.