No es necesario ser un experto en Teoría del Diseño de las Organizaciones para darse cuenta de que la actual configuración política y administrativa del ayuntamiento de Guadalajara, se ha convertido en una mega estructura altamente centralizada, que cuenta con una plantilla de más de 12 mil servidores públicos, adscritos a un poco más de veinte dependencias de primer orden, y todas ellas subordinadas a un sólo individuo, al presidente municipal. Constituye además, el único municipio de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en el que no existen con agencias ni delegaciones municipales.
A estas patologías organizacionales se le debe sumar otra, relativamente reciente, la designación que se hizo al actual presidente municipal de Guadalajara, para que se desempeñe como presidente de la Junta de Gobierno del organismo público descentralizado de la administración municipal denominado: Comité Organizador de los XVI Juegos Panamericanos 2011, el cual está constituido por un Director General más una extensa plantilla de altos ejecutivos, en la que se contabilizan: 15 gerentes, 14 subgerentes y 10 coordinadores entre otros mandos1. En este nuevo cargo, el Presidente Municipal/Presidente de la Junta de Gobierno, tiene la responsabilidad de presidir el pleno de la asamblea y el trabajo de las comisiones; es además su representante legal, y le compete también, ejecutar y supervisar las atribuciones del Comité Organizador 2.
Es muy probable que esta sobrecarga de tareas, la mayor parte de carácter operativo y algunas otras de orden directivo, sean el principal motivo que da cuenta de las recurrentes interpelaciones, movilizaciones sociales, retrasos, y en general, las oscilaciones que se han observado en torno a los diferentes proyectos que se han puesto en marcha, en el marco de la organización de los Juegos Panamericanos: la edificación de la Villa Panamericana, la remodelación del centro de la ciudad, la construcción de la primera línea del Transporte Rápido de Autobuses Articulados TRAA, conocido como el Macrobús, y el remozamiento del Paseo Chapultepec, entre otros.
Desde el ángulo de las políticas públicas, la organización de los Juegos Panamericanos puede ser vista como una macropolítica para la ciudad, conformada por distintas micropolíticas (edificación de la Villa Panamericana, la primera línea del Macrobús y la remodelación del Centro Histórico).
Se trata de un conjunto complejo de medidas gubernamentales, con las que efectivamente se ha puesto en movimiento a la ciudad, ya que ha permitido descongelar muchos proyectos que se habían acumulado en la agenda pública municipal. Sin embargo, a la hora de ponerlos en marcha, pareciera que carecen de una directriz general, que no se dispone de un proyecto claro de ciudad.
La intención de contratar a la Fundación Metrópoli para que lleve a cabo un estudio sobre una política integral de desarrollo urbano para el Centro Histórico, da testimonio de la falta de ritmo en la gestión gubernamental para impulsar el diseño de una visión a futuro que le de rumbo a la metrópoli.
La megalomanía organizacional pronto le ha cobrado la factura al presidente municipal/presidente de la Junta de Gobierno, desdibujándolo y mostrándolo sin el liderazgo que se requiere para poder orientar los cambios en la ciudad. Se perdió de vista un principio elemental de la estructuración de las organizaciones, que indica que en la medida que estas crecen, a los individuos responsables de su conducción les resulta imposible contar con un modelo mental adecuado a todos sus componentes e interacciones 3.
Por otro lado, a la ciudadanía y expertos en las diferentes materias que competen a la ciudad, no se les ha convocado a participar en este paquete de proyectos de interés público. Se ha dejado de cumplir con requisitos mínimos, como el que indica el Reglamento de Participación Ciudadana del municipio de Guadalajara, en el cual se recomienda que se incluya en los organismos públicos descentralizados, como es el caso del Comité Organizador de los Juegos, a las asociaciones vecinales y a las personas jurídicas coadyuvantes de la organización ciudadana y vecinal (artículos 100-104). Quizás el tema en el que se ha observado un mayor interés de las autoridades para convocar a la participación de la ciudadanía es en el concurso para el diseño del logotipo de los Juegos.
Las autoridades municipales observan un saldo rojo acumulado en materia de organización y transparencia. Están también en deuda con la ciudad a la que no le han ofrecido la oportunidad de expresarse y constituirse como un socio desarrollador más del proyecto de los Juegos Panamericanos.
En suma, la coyuntura favorable que representó para Guadalajara el obtener la sede para la organización de los Juegos no se ha acompañado de un estrategia ordenada para la implementación de este gran proyecto, por lo que sería recomendable que en el corto plazo se trabajara en la elaboración de un plan maestro para la ciudad, en el que además de la Fundación Metrópoli, se convoquen a los actores que han estado involucrados en cada acción de gobierno, así como a los urbanistas, a los expertos, y a la ciudadanía en general, a fin de poder construir desde una perspectiva conjunta el mejor proyecto para nuestra ciudad.