Karina Hurtado

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Karina Hurtado controla su cuerpo en cada movimiento, en cada gesto. Desde que a los 18 años llegó a un taller de dramaturgia en casa del maestro Daniel Constantini, supo que había encontrado su vocación y dejó la Escuela de Música. Se decidió por el teatro, y a eso ha dedicado casi la mitad de su vida. Interpreta el personaje principal de la obra Acerca de la orfandad, sobre una mujer en diferentes etapas de la vida, sin nombre, que sufre la falta de la figura paterna. Actriz de larga carrera, en este montaje incursiona también en la dirección general, aunque la dirección escénica corre a cargo de Luis Manuel Aguilar “El mosco”. El viernes pasado fue el estreno mundial de este melodrama inédito de Cutberto López Reyes. La temporada continúa en el Estudio Diana, a las 20:30 horas, todos los viernes de junio y julio.

Acerca de la orfandad
Este proyecto es muy serio. Me queda claro que no estamos jugando a hacer teatro. Me va la vida en esto. No es sólo un capricho. Realmente quiero decir algo con esta historia, al igual que el resto del equipo creativo: todos tenemos nuestros motivos, nuestros pequeños porqués.

Ella
Tienes que buscar conexiones para entender al personaje. Mi situación no es igual a la de esta mujer, pero yo también lloro, también me río, también me he sentido sola. En tal sentido sí me identifico con ella, con su humanidad. El texto requiere mucho emocionalmente, involucrarme demasiado. Asumir la aflicción de una forma comprometida.

Ausencias
Toda la gente añora algo. Vamos creciendo y algunas veces aprendemos a dejar ir, pero otras no podemos restañar esos huecos, esas faltas. Por eso trabajamos en la escena con los elementos mínimos y la apuesta se concentra en el trabajo actoral.

Música
Es algo que disfruto, que me hace sentir viva y me da alegría, así que trato de seguir ahí. Además, mi familia es muy musical. Tanto, que mi papá me apoyó mucho para estudiar música. El teatro al principio no le parecía tan buena idea. Fue casi una invitación. Me dije: “¿Qué se esconde ahí?”. Y aquí estoy. Con Naaliebraux. La Nada Teatro y con Saúl Ledesma “El muerto”.

Historias
Tengo muchas, entre ellas que la iglesia me caga, porque un padre me dio un golpe en la espalda con un cable negro de esos que se conectan a las grabadoras, sólo porque me subí a un segundo piso. Me pegó en el lomo y yo le rompí el palo de una escoba en la cabeza y me gritó “¡Hija de Satanás!”, y me salí corriendo y llorando por los madrazos. Mi papá me defendió y ahí vi a mi papá como un héroe y al sacerdote como un pendejo.

Teatro
El teatro es muy celoso, exige tu tiempo de vida. No es nada más estudiar el papel. No es sólo eso: es prepararse físicamente y en las emociones, que también se entrenan. No sales de un ensayo y te vas y te olvidas, sino que estás todo el día pensando en el personaje. No dejas de trabajar.

Mezclar
He seguido estudiando música por mi cuenta, tomando cursos, talleres… no he querido, ni podría despegarme de ella. Por ahí me he encontrado con algunos maestros, que me han dicho que no puedo hacer todo, que tengo que decidirme, que no puedo con las dos cosas. Pero he descubierto que no me estorba, que son habilidades que puedo poner en práctica en escena.

Títeres
Otro universo. Es entender cómo darle vida a un objeto del que te vuelves una extensión. Y además un objeto que es hermoso en sí mismo. Colaboro en la obra Canek, en la que soy la voz del niño Gus y canto una pieza. El 28 de junio tenemos otro estreno con el grupo Luna Morena, de una obra del cubano Salvador Lemus, El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres.

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