José Manuel Jurado Parres

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En casa, sus padres le enseñaron a él y a sus hermanos “que el trabajo honra”. No obstante, hoy la experiencia le ha permitido completar la frase: “Si el trabajo honra, es doblemente un honor trabajar para la educación” y aún más –asegura– tratándose de la Universidad de Guadalajara, en la cual labora desde 1966. Este año cumple 45 de servicio.
En septiembre pasado fue distinguido con el Premio Jalisco 2010 por Mérito laboral. Además de su notable carrera en la máxima casa de estudios de Jalisco, el jurado consideró su participación en la fundación de organismos e instituciones como la Preparatoria 5, la entonces Gaceta Universitaria, y la hemeroteca especializada sobre la UdeG, en la Dirección de Prensa y Comunicaciones y que hoy está ubicada en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola”.

¿Qué le ha dejado huella en su trayectoria profesional?
La fundación de la Preparatoria 5, no cabe la menor duda. En ese tiempo colaboraba como director de relaciones de la Universidad, con el Rector general Rafael García de Quevedo. Un día, sorpresivamente me llamó y le dijo a su secretaria: hágame el favor de hacer un nombramiento como director de la prepa 5 que vamos a fundar, para el ingeniero. Entonces seguramente el rector vio mi cara de azoro o el impacto que recibí, y me dijo: ¿Qué, no le gustó? Contesté: Claro que sí, lo que pasa es que estoy impactado por esta noticia que usted me está dando. Yo era muy joven, pero he sido una persona optimista y en ese sentido acepté el reto.

¿Recuerda a alguno de sus maestros en especial?
Vivo agradecido con las orientaciones que me dieron mis maestros de la Preparatoria de Jalisco y con la ayuda que recibí de quien era su director, que fue para mí otro maestro y como mi segundo padre, el licenciado José Parres Arias. Para él mi agradecimiento de toda la vida. Viví cerca de él sus últimos 10 años de vida, y aprendí cómo hacía las cosas y cómo se trabaja en la Universidad. De ahí él salió para ser Rector general.

En lo personal, ¿en qué momento se encuentra?
Me encuentro haciendo una reflexión acerca de lo que me ha tocado vivir en el espacio de la educación. Por supuesto, la tarea educativa es inacabable. Creo que estos momentos y dadas las condiciones que viven las instituciones nacionales y la urgencia de cambios estratégicos en asuntos neurálgicos de la vida de la república, uno de esos espacios que hay que atender es el de la educación. Resulta incomprensible que en pleno siglo XXI sigamos viendo que a la educación se le niegan posibilidades de carácter financiero para que viva plenamente. Eso es inaceptable. Quien tiene cinco dedos de frente sabe perfectamente que la educación requiere de apoyos, de suministros financieros. Cómo es posible que a estas alturas de nuestra vida nacional, institucional, no haya una política de Estado en materia de financiamiento, calidad, pertinencia, cobertura y equidad para la educación media superior y superior de nuestra patria.

¿Qué hace falta para lograr que la educación sea prioritaria?
Hay enseñanzas que nos dejaron por herencia grandes figuras locales y nacionales, como don Ramón García Ruiz, Jaime Torres Bodet, Roberto Mendiola, Enrique Díaz de León, Francisco Ruiz Sánchez, Juan Salvador Agraz, José Barba Rubio, la maestra Irene Robledo, entre otros personajes que han sido los que nos enseñaron a respetar la educación. Ahí hay algo que tiene que ver con el espíritu de lo que nos debe animar a los que nos dedicamos a la educación.

¿De qué se siente orgulloso?
De mi Universidad sin duda alguna. Puedo decir con conocimiento de causa que nuestra Universidad es una entidad grandiosa y generosa. Todos los que estamos adentro sabemos de qué dimensión es esa generosidad, y me siento un privilegiado. Me debo a ella, a la educación y le reconoceré toda mi vida lo que personalmente he crecido. Somos verdaderamente una comunidad de hermanos, porque estamos hermanados con fines nobles. De esta Universidad han salido las más grandes mujeres y hombres que he conocido en mi vida y que le han dado lustre.

¿En qué momento le llega el Premio Jalisco?
En un momento de reflexión, en que quiero externar mi reconocimiento y agradecimiento porque la Universidad me ha permitido vivir en la mejora continua, vivir en la superación personal, institucional. Quiero agradecer a tantos universitarios con los que he compartido esto y por supuesto, el agradecimiento que debo a mi familia.

Primera persona
El maestro José Manuel Jurado Parres obtuvo el Premio Jalisco 2010 por Mérito laboral, por su destacada participación en la fundación de organismos e instituciones y una notable carrera en la Universidad de Guadalajara.

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