El sexenio de Calderón corte de caja

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Cuando se me invitó a escribir sobre los aciertos y desaciertos del presidente Felipe Calderón Hinojosa, sobre el balance del sexenio, en un primer momento me pregunté si empiezo por lo positivo o lo negativo, y si lo hacía por sectores como el económico, político, social, educativo o medio ambiental. O poner en la mesa la reflexión de tantos y diversos temas en una opinión, en que se encuentran tantos matices, o dicho de otra manera, algunos grises y opiniones encontradas, además del famoso “y si hubiera”. De cualquier forma, el punto es por dónde comenzar, y se intentará enumerar las reflexiones de manera cronológica.
A la memoria llegan los recuerdos de las promesas de campaña del presidente Calderón, quien se postuló como el “candidato del empleo”. Como profesor, me recuerda que los estudiantes en ese momento, muchos de los cuales muchos votarían por primera vez, hicieron suya esa posibilidad de egresar y encontrar un empleo acorde a su reciente profesión. Pero la realidad es que se quedó como un tema exclusivo de campaña y la tasa de desempleo, según algunas fuentes oficiales consultadas (IMSS), oscila en un 5.6 por ciento.
En opinión de Alfredo Coutiño, director de Moodys para América Latina en México, no ha habido ni ganancias ni pérdidas económicas en los últimos cinco años. También José Luis de la Cruz Gallegos, catedrático de Economía del Instituto Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, ha cuestionado la brecha entre clases sociales en México y que ésta sea cada vez más grande, agudizándose la pobreza. Mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica que las personas más adineradas ganan 27 veces más que los desfavorecidos.
En el tema político, el presidente Felipe Calderón llegó a la silla presidencial sumamente cuestionado en términos de legitimidad, y con un país polarizado entre dos fuerzas políticas que entonces representaban una geografía política-electoral con dos ideologías opuestas, la suya (el PAN) y la de Andrés Manuel López Obrador (PRD). Su toma de protesta en la sede del poder legislativo tuvo que manejarse con operativos de seguridad ocultos y con el factor sorpresa, además con el aval de la entonces tercera fuerza política del país: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para poder entrar en funciones, toda vez que tomara protesta.
Se pueden enumerar los conflictos políticos y sociales más representativos del sexenio. Una disculpa de antemano por no mencionar todos, en virtud del espacio con el que se cuenta. Cabe señalar que no se establece grado de importancia. El primero que viene a la memoria es el grado de desconfianza que ganó el Instituto Federal Electoral, en el cual se dio la salida al presidente del mismo como una primera respuesta al conflicto postelectoral; el conflicto con Luz y Fuerza de México, con su desmantelamiento; en el cambio de sus funcionarios de primer nivel se destaca al inicio a su secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y posteriormente Francisco Blake Mora, ambos caídos en accidentes aéreos que fueron cuestionados por la opinión pública; el tema de Mexicana de Aviación; la regulación de las telecomunicaciones y los monopolios, y el incumplimiento de las prometidas reformas: de estado, laboral y hacendaria.
Al final y con mención aparte, comentamos sobre el tema de la seguridad pública. En una entrevista realizada por El Universal a Marcelo Ebrard, el 3 de septiembre de 2011, a la salida de una reunión de gobernadores, dijo estar a favor de no ceder espacios en el país a la delincuencia, pero cuestiona la forma de llevar a cabo la política del gobierno federal y habla de un planteamiento de solución, al afirmar que de existir becas y espacios educativos se podría reducir la delincuencia. Sin embargo, este tema es por sí mismo multifacético y difícil de llegar a una conclusión: de qué manera puedes explicar que la seguridad del país tenga un costo de más de 45 mil muertos. No hay explicación suficiente.
Un balance positivo es que ante la crisis económica mundial en 2008 y 2009, la economía (a escala macro) estuvo estable. Fue un sexenio de crecimiento en infraestructura y eso permitió ese factor positivo en la economía nacional, y como algo justo y necesario la creación de la Subsecretaría de Educación Media Superior, la cual había sido un tema en el olvido, y recientemente el anuncio del bachillerato como parte de la educación básica.

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