Los sonidos de la ciudad inspiran a la pintora Nuria Maza para trazar la línea e iluminar de color sus obras. Nacida en Irun, España, País Vasco, Maza estudió pintura, Artes plásticas y Arquitectura de jardín. En la Universidad de Barcelona continuó su educación en Bellas artes. Luego realizó un intercambio con la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara. Maza, encantada por la luz y la frecuencia sonora, se instaló en nuestra ciudad. Bajo el título Variaciones, expone su obra en Tlapalería Morelos hasta finales de febrero.
Variaciones
Comienza con los mapas mentales, que son diagramas para representar esas palabras, ideas, tareas, dibujos o conceptos ligados y dispuestos idealmente alrededor de una palabra clave o idea central: en este caso es la variación. Este concepto está ligado a la experiencia de mi propia realidad. Por ser algo concreto esta experiencia con respecto al individuo, y por tanto subjetiva, es propia. Esta experiencia personal está condicionada por el lenguaje, la sociedad, la cultura… que son los elementos interpretadores de la experiencia concreta e influyen decisivamente en mi proceso de conceptualización. Por ello lo he llamado mapas mentales y variaciones, un movimiento de lo que ha pasado en diferentes momentos de toda mi vida.
Desaprender
Guadalajara es una ciudad para la creación, por la luz y el sonido. Es una ciudad totalmente diferente de donde yo vengo. Allá siempre está nublado. Llevo tres años asentada en esta ciudad he ido valorando mis mapas mentales. He intentado desaprender con lo anterior, porque yo tenía todo estructurado, muy perfecto. Siempre sabía cómo iba a terminar mi cuadro. Por eso he querido desaprender lo que sabía, pero con mi experiencia propia.
Ciudades
Las ciudades tienen líneas que se repiten. Por ejemplo, las líneas verticales son parecidas. Pero la gente de cada ciudad es distinta, los colores son diferentes, el movimiento es desigual y eso es lo que intento plasmar en mi pintura.
Silencio
El silencio no existe. Es un cambio de mentalidad. En mis cuadros plasmo el silencio: uno de ellos se llama “Pausa”, pero a la vez tiene un sonido representado a través del color. Me interesa el silencio necesario. Cuando acaba un músico, acaba la sonata. Es bueno un silencio antes del aplauso. Los sonidos también son importantes para mí, como en la Bauhaus, en que los amarillos son agudos y los azules, sonidos más pesados. No quiero representar una música determinada. Sólo lo que pueda componer con este tipo de simbología.
Ritmo
El ritmo implica movimiento, es la vida, es la continuidad. La vida de cada persona tiene su propio ritmo: van pasando cosas en el momento que deben pasar. Esa importancia que le doy al ritmo y al silencio, se la atribuyó a John Milton Cage, un compositor de música actual que habla del ritmo, sonido, silencio.
Traslado
Es necesario para todo artista trasladarse de sus contextos para llenarse de experiencia. Ahora que estoy en Guadalajara, visualizo un montón de cosas de mi vida pasada. Por ejemplo, lo del bordar. Esto lo hacia con mi madre desde chica. Traslado esos momentos y los intercalo con lo que estoy viviendo ahora. Además, implica un despojo de las cosas. Te das cuenta que la materia no es tan necesaria y en el despojo espiritual, dejas las capas que no te servían.