Historias del sur al norte

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    Ser un reportero que atiende a coberturas arriesgadas e investiga temas profundos, es el objetivo del periodista salvadoreño Óscar Martínez, quien durante un año se dedicó a convivir con migrantes indocumentados en su paso por México para llegar a Estados Unidos. El resultado es su libro Los migrantes que no importan (Editorial Sur, 2012).
    “Migrantes que viajan por un México desconocido, que enfrentan a grupos del crimen organizado, principalmente a los Zetas, que han hecho de la prostitución, cobro de cuotas y desaparición forzada una industria. Un periodista ahí no es un actor verosímil. ¿Qué hace un periodista arriba de un tren en Tenosique? Creía que la cobertura migratoria era una falacia, una falacia en la que el periodismo había contribuido, porque la cobertura se había hecho desde escritorios o desde despachos blancos con aire acondicionado, como el Instituto Nacional de Migración”, dijo en una charla que sostuvo con alumnos de periodismo del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), de la UdeG, el pasado 22 de mayo.
    Su libro está conformado por 14 crónicas que relatan los problemas, sufrimientos que enfrentan los migrantes centroamericanos en su paso por México para llegar a Estados Unidos, un viaje “de sur a norte”, con tintes violentos a la integridad humana que sufren los involucrados por parte del crimen organizado y las autoridades mexicanas. El periodista reitera que su objetivo fue contar las historias que los ciudadanos comunes ignoran.
    “El México de los migrantes que nosotros intentamos retratar es el México oscuro, aquel que o por comodidad en el discurso, porque la gente que es migrante importa un pepino, es algo que no estaba contado y eso es un error que cometimos los periodistas años atrás”.
    “Todos los rincones oscuros de las sociedades en las que vivimos también son culpa de los periodistas, de los que no quisimos renunciar al periódico cuando teníamos que hacerlo, de los que no quisieron salirse de la dinámica de empresa de comida rápida que son ahora las redacciones en muchos casos, cuando te piden que en media hora elabores un tema y salga publicado”.
    Ante las inquietudes de los estudiantes del CUCiénega y con la lógica de un periodismo que requiere tiempo e investigación, Óscar Martínez aconsejó a los futuros periodistas que deben leer, hacer planes de cobertura, investigar en internet y construir periodismo narrativo.
    “La única lógica de hacer periodismo tiene que ser la de convertirse en un animal rabioso para perseguir la historia. Quien quiera hacer periodismo por dinero, está perdido. No es el sentido del periodismo”, dijo en su charla realizada en el auditorio del plantel, y en la cual dio a conocer su libro por primera vez en la región Ciénega.
    Óscar Martínez tiene 27 años. Comenzó como reportero a los 17 y a la fecha ha escrito para medios como El País, CIPER en Chile, Gatopardo y Proceso. Actualmente escribe para el periódico digital de El Salvador, El Faro y Etiqueta Negra. En 2008 recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, entregado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), y el Premio de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañal, de El Salvador, en 2009, entre otros. Ha realizado coberturas en Estados Unidos, Irak, México y Centroamérica.
    Dos de sus crónicas han sido reconocidas con el Premio Internacional de Periodismo La Huella de la Trata (2009) y con el segundo lugar en el Premio de Periodismo y Migración (El Salvador, 2009), patrocinados por organismos como Naciones Unidas, Human Right Watch y la Agencia de Cooperación Española para el Desarrollo.
    Los migrantes que no importan está disponible en las librerías del Fondo de Cultura Económica.

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