Turismo accesible

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La transformación de Jalostotitlán para competir por la categoría de Pueblo Mágico, integrando tradiciones aisladas en un solo producto turístico, ya no sólo es ejemplo para la región de los Altos, sino también atrae reflectores en el ámbito internacional, gracias a que el investigador del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Rogelio Martínez Cárdenas, obtuvo el primer premio con uno de sus artículos en el Congreso Internacional Científico–Profesional de Turismo Cultural, realizado en Córdoba, España.

El investigador del CUAltos y la profesora Carmen Mínguez, de la Universidad Complutense de Madrid —quien en 2012 tuvo una estancia en los Altos de Jalisco y se interesó por el turismo espiritual de la región—, fueron distinguidos con el Primer accesite por su artículo “Turismo religioso como elemento revitalizador de una tradición local: la incorporación de Jalostotitlán a los Pueblos Mágicos”, en un congreso organizado por la Universidad de Loyola, de Andalucía y la Universidad de Córdoba.

Además, Martínez Cárdenas presentó otro artículo titulado “La accesibilidad como recurso turístico en sitios de turismo cultural religioso”, y como en el anterior, estudia el caso paradigmático de Jalostotitlán, municipio enclavado en la región Altos Sur.

En la ranchería de Santa Ana de Guadalupe, perteneciente a este municipio, nació santo Toribio Romo, patrono de los migrantes, los futbolistas y las mujeres embarazadas, y que obtuvo popularidad en la última década, sobre todo porque personajes del espectáculo y del deporte se declararon devotos del mártir cristero.

Sin embargo, su santuario —ubicado en la ranchería donde nació el “santo güerito”— también era conocido por el caos que generaba la masiva presencia de fieles y por ser un lugar sin infraestructura suficiente para soportarla, es decir, sin estacionamientos, ni calles adecuadas, ni restaurantes con menús variados, ni tampoco rampas para discapacitados. A esto se sumaba la proliferación de comercio ambulante que buscaba beneficiarse del boom económico.

Jalostotitlán, señala Rogelio Martínez Cárdenas, ha ido enderezando el rumbo, gracias a que participa para obtener la distinción de Pueblo Mágico. Este programa nació en 2001, y consiste en el reconocimiento de la Secretaría de Turismo a poblaciones que han desarrollado un trabajo para proteger y conservar su riqueza cultural. 83 poblaciones cuentan con este nombramiento.

Además de ordenar el comercio ambulante y dotar de infraestructura accesible a los lugares que atraen turismo, las autoridades de Jalostotitlán, ante la falta de patrimonio tangible, optaron por integrar tradiciones aisladas y patrimonio intangible en un solo producto turístico bien estructurado.

“Ese es el caso que presenté en España. El primer artículo tiene que ver con la forma de aprovechar los elementos con que cuenta, en este caso Jalostotitlán, para estructurar un programa de participación en Pueblos Mágicos. De actividades diversas y aisladas en la población arman un proyecto enfocado en la espiritualidad. Jalostotitlán compite bajo un esquema que ellos denominan Ruta Espiritual y sería el primer Pueblo Mágico que entraría al programa por esta propuesta. Lo que hago es un análisis de cuáles han sido las tradiciones en Jalostotitlán, cuáles han sido las actividades que se integran y las ventajas y desventajas de participar”.

Entre las tradiciones que se integraron en el producto turístico de esta ciudad, están las fiestas de agosto, dedicadas a la virgen de la Asunción, el carnaval de Jalos, que congrega a miles de visitantes de la región, el Festival Cultura de Alfredo R. Plascencia, con actividades artísticas de diversas disciplinas, y las corridas de toros, la tradición de artesanías, dulces y gastronomía y el rescate de una zona arqueológica en la que ya detectaron 25 edificios y comenzaron la restauración de pirámides. El proyecto es tan ambicioso, afirma Martínez Cárdenas, que la idea de las autoridades es convertirlo en un centro arqueológico más importante que Guachimontones.

“Todo eso jamás se había integrado en un solo producto turístico. La sociedad está revalorizando lo que tiene, y hay que cuidarlo. Esto debería ser ejemplo para toda la región de los Altos. Ha sido un desperdicio de la región. Es mucho lo que tienen que ofrecer al turista y si se empiezan a organizar pueden ofrecer productos atractivos para el visitante”, considera Martínez Cárdenas.

El dictamen para conocer si Jalostotitlán obtiene o no el nombramiento de Pueblo Mágico saldrá en junio. Por lo pronto, ya muestra otra cara al reordenar el comercio informal, mantenimiento de las zonas turísticas y sobre todo con instalaciones —como el nuevo santuario de santo Toribio— que maneja criterios de accesibilidad y se convirtió en elemento integrador para personas con discapacidad o de la tercera edad.

“El concepto de turismo accesible es prácticamente nuevo. La primera publicación del tema por parte de la Asociación Mundial de Turismo es de 2013, pero en Santa Ana de Guadalupe ya se empieza a tomar en cuenta”.

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