Preservar la especie de tortuga marina que desova en las costas de Jalisco, es la premisa de investigadores del Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur).
A través del Programa de Conservación de la Tortuga Marina, el Centro Universitario opera el campamento tortuguero La Gloria, ubicado en el municipio de Tomatlán, que en 2014 rescató aproximadamente 5 mil nidos, además de otros 100 en un hotel de la playa de Tenacatita; 80 más en Barra de Navidad y 500 en la playa El Coco.
De acuerdo con el responsable del campamento, José Antonio Trejo Robles, la meta para este año es superar esas cifras, pero reconoció que el éxito depende de varios factores, como la cantidad de voluntarios, los recursos materiales y los fenómenos meteorológicos.
“Requerimos de motocicletas, gasolina, alimentos para todos los involucrados. Se requiere también de capacitación a los voluntarios, pero además dependemos de los huracanes, ya que en años anteriores ha habido fenómenos que nos tapan el paso de ingreso, entramos sólo algunos con motos y vehículos de doble tracción”.
Hizo énfasis en la importancia que tiene el apoyo de vigilancia que deben realizar las autoridades, porque a pesar de que la cantidad de saqueadores de nidos ha ido disminuyendo, éstos siguen presentes.
“Los tenemos identificados, pero lamentablemente no podemos hacer nada, somos investigadores, eso le corresponde a las autoridades federales”.
Trejo Robles informó que, además de la labor de protección, se realiza trabajo de socialización con los habitantes de los municipios de La Huerta, Zihuatlán y Tomatlán, impartiendo talleres en escuelas primarias y en plazas públicas, donde cualquiera puede asistir.
“La misma gente de la comunidad nos ha expresado que si no estuviéramos, prácticamente la tortuga estuviera extinta de este lugar, pues cuando se nos descompone la moto y no patrullamos, ese día tortuga que es saqueada”.
Además se ha contribuido en las comunidades con la creación de grupos de comités de vigilancia, agregó el investigador, a los que el gobierno les ha apoyado con proyectos de empleo temporal.
En cuanto al trabajo que realizan en conjunto con autoridades municipales, el director del campamento dijo que esto depende de la disposición de cada administración en turno, y que no es algo seguro.
“En los años que llevamos haciendo esto, hemos visto ayuntamientos que apoyan inmediatamente, interesados en sus recursos naturales, pero también hay otros que los vemos pasar sin brindar ningún apoyo, que desde que llegamos a solicitarlo y en la puerta nos dicen que no hay recursos”.
A decir de Trejo Robles, otro aspecto fundamental que se realiza en el CUCSur es la investigación y la docencia, sobre todo en los meses que no hay periodo de desove.
“Hemos evolucionado bastante, antes sólo era la protección, ahora tenemos más actividades como la investigación, la participación comunitaria y la educación ambiental. Cuando no es temporada de tortugas, nos abocamos a nuestras actividades de docencia y a concentrar datos para congresos, para tesis, para prácticas profesionales”.
Para el periodo en curso, informó el director, todavía es posible apuntarse como voluntario o también apoyar con donaciones en especie, como papelería para los talleres, alimentos para ofrecer a los voluntarios, sillas y mesas de plástico, impermeables, lámparas y pilas, llantas para las cuatrimotos, gasolina y hasta motocicletas para el patrullaje.
“A parte de que van a cuidar tortugas se van a concientizar en una área donde van a valorar el agua, la luz y las comodidades en su casa, pero sobre todo adquirir la conciencia de cuidar todo lo que involucra el medio ambiente”.
El programa se ha vinculado con hoteles, restaurantes, cooperativas pesqueras y la población en general de varias playas para incrementar el área de protección así como las actividades de educación ambiental para niños y adultos, en las que participan estudiantes del CUCSur y de las preparatorias.