En Guadalajara, el choque de opiniones sobre las formas de asumir y vivir la sexualidad es tema de primera plana, hashtag, comentario radiofónico y, ahora también, del teatro de comedia y cabaret.
Cuando miles de jaliscienses marchaban por las calles de Guadalajara gritando consignas a favor de la familia tradicional como modelo único de convivencia y paternidad, el 25 de julio pasado, el equipo creativo de Entre machos, machas y mochxs, somos bien muchxs detallaba la obra cómica que, justamente, aborda los conflictos que las perspectivas de género siguen motivando entre los ciudadanos.
“Hay resistencia en muchos sectores de la sociedad, pero también hay apertura; hay temas que se tocan públicamente, hay leyes que nos unifican en nuestros derechos, pero del dicho al hecho hay mucho trecho”, puntualiza Javier Rodríguez, productor general de esta puesta en escena.
El propio Rodríguez atestiguó en la función de estreno que, en la misma ciudad donde se originó la marcha en contra de las uniones entre personas del mismo sexo, también hay una audiencia abierta a dialogar sobre el tema, dispuesta a escuchar posturas divergentes e, incluso, con toda la disposición de reír cuando se aborda el tema.
Cualquiera pensaría que en el epicentro de las marchas reaccionarias, la taquilla de Entre machos, machas y mochxs estaría por completo deprimida. Todo lo contrario. La función de estreno del pasado 30 de agosto vio abarrotarse el Teatro Vivian Blumenthal —que cuenta con un aforo para doscientas cincuenta espectadores—, es más, algunas personas no alcanzaron boleto.
Dentro del teatro, tanto adolescentes como personas de la tercera edad, se entregaron a la representación de la sociedad tapatía y sus luchas intestinas entre quienes prefieren una ciudad regida por la tradición y quienes argumentan a favor de una urbe incluyente, que reconozca las diferencias y enaltezca los derechos humanos por encima del rígido estatus quo.
Entre machos, machas y mochxs habla de todo ello, pero también de la misoginia, del rol de la mujer en la sociedad y de la homosexualidad sin solemnidad. Incluso estos temas se digieren mejor desde el humor y como lo hacen ellos, a través de la representación al estilo cabaret de dos íconos femeninos que resguardan la inmaculada Guadalajara: La Minerva y Doña Beatriz Hernández.
“Yo tenía más de dos años con la idea de trabajar con estos dos personajes, pero no sabía de qué manera y cuando lo conocí (a César Enríquez, director) le dije “Quiero hablar de discriminación, de violencia de género’, entonces, César y Andrea (Sánsa, dramaturga) se encargaron de estructurar la obra y los temas de los cuales se hablaría”, narra Rodríguez.
En el montaje La Minerva y Doña Beatriz, ambas estatuas que han observado el ir y venir de la sociedad tapatía por décadas, dialogan entre sí y van deshilvanando los temas llenando de comedia e ironía los argumentos. También mutan en otros personajes y rompen la cuarta pared para acercarse a la audiencia e integrarla a una dinámica donde el humor a la mexicana es el que rige.
La obra, dicen sus creadores, parte de referentes eminentemente tapatíos, pero toda vez que la discriminación, el maltrato hacia las mujeres y la intolerancia a la diferencia son temas que se suceden en Jalisco como en Rusia, Entre machos, machas y mochxs contiene esa dosis de universalidad que, en su momento, le permitirá salir de la ciudad donde se gestó para hablar con otros públicos, para invitar a la reflexión y plantear otras prácticas sociales más amables desde la risa, que siempre ha sido ingrediente en cualquier abordaje serio.
La temporada en el Teatro Vivian Blumenthal se inició el sábado 3 de octubre, pero continuará durante los próximos fines de semana del mes. Sábados, a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas. El teatro está ubicado en Tomás V. Gómez 125, colonia Ladrón de Guevara. La entrada tiene un costo de 120 pesos general y 100 pesos para estudiantes, profesores y personas de la tercera edad.
