“De mi corazón a mi mente, de mi mente a mi mano, de mi mano al papel que pongo en tu mano para que lo dobles y lo guardes cerca de tu corazón… sin delete”.
Del puño de Federico León de la Vega se plasma este poema manuscrito; retratado en una de sus pinturas donde se observan hojas apiladas, un lapicero y dos hojas arrugadas, empleadas para escribir a mano, actividad de la que León de la Vega es defensor.
Para el artista plástico, originario de la Ciudad de México —quien es diseñador industrial de profesión—, el abuso del texteo digital coloca a las poblaciones más jóvenes, sobre todo, en un “autismo cibernético”.
Él elaboró el libro La importancia de escribir a mano, que retrata una colección de 20 pinturas y 10 esculturas sobre el tema. Las obras incluyen barquitos o aviones, y trozos de papel arrugados con pensamientos similares al antes expuesto.
La publicación, editada por el Centro Universitario de la Costa (CUCosta), fue presentada el domingo 26 de noviembre en el pabellón de la UdeG en la FIL2017.
Previo a su presentación, la coordinadora de Extensión del plantel, Guadalupe María Gómez Basulto, expresó que esta obra muestra que la escritura a mano es una actividad humana básica, que si dejamos de hacerla, habremos perdido una expresión de nuestra singularidad.
¿Cuáles son las consecuencias de abandonar la escritura a mano?,
Si todos los creativos, y no nada más me refiero a arquitectos, matemáticos, compositores musicales, poetas, pintores, sino todas las personas, nos tenemos que enchufar a una pared para pensar, eso tiene un significado tremendo. El físico teórico Stephen Hawking ha dicho que la peor amenaza de la humanidad no es la guerra ni las enfermedades, sino el dominio a través de la inteligencia artificial. En las familias, si cada quien se pone a textear y no hay comunicación verbal, visual y física, algo se pierde. Los niños están desarrollando un autismo cibernético. Si alguna vez estás ansioso o tienes algún problema, escribir los sentimientos tiene un efecto terapéutico. Al firmar un cheque, le das valor; al firmar un cuadro certificas que eres el autor; eso está quedando atrás, y es un rompimiento con lo que somos como humanos.
Ante este panorama, ¿qué riesgos percibes?
Que pasemos a ser parte de la tecnología. Hay arquitectos, sobre todo jóvenes, que no saben dibujar a mano, entonces, estamos siendo capturados por algo que empieza a ser más grande que nosotros. El físico y narrador argentino Ernesto Sabato, escribió el libro La resistencia, en la obra decía que los humanos tenemos limites en cuanto a velocidad; si bien una máquina te puede ayudar, estamos en un punto de quiebre en la historia de la humanidad, que quizá no sea tan deseable. No estoy en contra de la tecnología; estamos hablando desde un teléfono celular; entré a la sala de espera de un hospital, estoy esperando a una persona, y podemos sostener una entrevista, es maravilloso, pero si eso nos quita el tiempo de convivir, de tomar un café, de escribir a mano un poema, si no es retroceder, significa estar dominado.
La escritura refleja la personalidad y sentimientos, ahora empleamos los emoticons ¿Qué piensas al respecto?
¿Qué es preferible, una carta de amor escrita, donde se vea que te tembló la mano, en la que hubo euforia, a usar emoticones? No creo que puedan sustituir a un te quiero o una disculpa, de manera tan efectiva y humana. Es como cuando compras un automóvil nuevo, ya no te quieres bajar, pero no es sano dejar de caminar y hacer ejercicio. Uno de mis cuadros favoritos es un papel arrugado, porque cuando haces una carta de amor es difícil que te salga bien a la primera; y ya no hay papeles arrugados.
¿Cuánto se debe escribir a mano y qué temas?
Hay que escribir muchas cartas de amor, mandar una nota a tus padres, una tarjeta de agradecimiento. Es bueno tener un diario o una agenda, lo puedes hacer en una máquina, pero se puede borrar. Además se pierde la privacidad; todo lo que entra a la computadora, corre el riesgo de ser espiado, hackeado y publicado. Para un artista plástico, este debe ser un tema de reflexión. Una de mis obras es un avión hecho en cobre que lleva escrito repetidamente la palabra paciencia. Cuando ibas a la primaria, te ponían hacer repeticiones; una de las cosas que genera la escritura a mano es la paciencia, aunque también fomenta la perseverancia y la empatía, que es la base de la justicia. Todo eso le falta a los chavitos que no practican la escritura a mano.