Miden calidad del agua en la Presa de la Vega

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Un investigador del Centro Universitario de los Valles (CUValles) creó una esfera con sensores que permitirán monitorear de manera permanente la calidad del agua de la Presa de la Vega, recurso que es aprovechado por los pescadores y utilizado para los cultivos de caña y otras plantaciones de las localidades cercanas.

Héctor Huerta Ávila explicó que la intención es colocar cinco de estos equipos en igual número de lugares distribuidos en las mil 950 hectáreas de superficie de la presa, para conocer la cantidad y nivel de los contaminantes que existen en este cuerpo de agua.

El académico afirma que han identificado algunos puntos de descarga de contaminantes por parte de los ingenios azucareros y otras industrias de la zona, los cuales es importante monitorear y dar seguimiento para conocer el tipo de sustancias que arrojan, y su concentración.

Añade que en la presa también existen contaminantes naturales, como el arsénico, que provienen de las zonas geotérmicas del Bosque La Primavera y llegan mediante el río Salado.

“Hay muestreos previos y se tiene registro de contaminantes, como amoníaco, que viene principalmente de los peces. Se tiene también conocimiento de metales pesados, como el boro, que es el que tiene más presencia”, explica el también coordinador de la carrera en Ingeniería en instrumentación electrónica y nanosensores.

La Presa de la Vega es catalogada como sitio Ramsar, lo que obliga a las autoridades de gobierno a la conservación de sus características ecológicas como humedal, así como a la protección de la flora y fauna que subsiste alrededor del mismo.

“Conservar este sitio es muy importante para toda la comunidad, pero también para los empresarios, para los restauranteros al lado de la presa y de los pescadores, que es la manera en que se mantienen. En este sentido es muy importante verificar la calidad del agua, tanto por los peces y porque se utiliza para el sistema de riego”, explica Huerta Ávila.

Esfera flotante
Para realizar el monitoreo en la presa, Huerta Ávila desarrolló una esfera flotante a manera de boya, dotada con dispositivos y sensores electrónicos, que puede permanecer en el agua por varios días sin necesidad de mantenimiento ni recarga de baterías.

El diseño fue realizado en impresora 3D, lo que permitió ajustarse a las necesidades de peso, flotabilidad, almacenaje, etcétera, además de que trabaja con paneles solares y baterías de respaldo, explica el investigador, quien trabaja en el proyecto desde hace 14 meses.

La esfera tiene una sonda de medición que desciende mediante un cable a diferentes niveles bajo la superficie del agua. Una vez posicionada puede “leer” o “captar” los contaminantes y sustancias mediante sensores o electrodos. Esta información es enviada al sistema electrónico dentro de la boya, donde es procesada y transmitida en tiempo real a un servidor ubicado en el CUValles.

Este servidor es monitoreado y guarda los registros históricos de la calidad del agua. De manera básica, la esfera está programada para analizar factores como el PH, la conductividad, el color y la temperatura del agua, aunque se pueden incorporar sensores adicionales para casi todo tipo de contaminantes, explica el investigador.

Los datos recibidos desde las cinco esferas serán procesados por el grupo de investigadores encabezados por Huerta Ávila, con la intención de compartir la información con los restauranteros, los agricultores y con las autoridades de gobierno, para que éstas, en caso necesario, estén en posición de tomar decisiones dirigidas a la mejora de la calidad del agua.

El académico afirma que están evaluando si harán pública la información que genere el servidor, mediante una página web actualizada en tiempo real, para que cualquier persona conozca si hay contaminantes en la presa o si por ahora lo dejarán para análisis interno.

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