Difundir conocimientos técnicos, prácticos y actualizados de las diferentes áreas de producción de leche entre los pequeños y medianos productores de la región, es la finalidad de la primera Escuela de Lecheros de los Altos de Jalisco.
Pionera en la región y en la entidad, esta iniciativa fue posible gracias a la colaboración entre instituciones del sector público y el privado, como el Centro Universitario de los Altos (CUAltos), la Unión de Cooperativas de Consumo Alteñas (UCCA), el Instituto de Desarrollo Pecuario de los Altos de Jalisco, S. C. (IDPAJ), así como la empresa PROAN.
Estos organismos buscan la profesionalización del pequeño y mediano sector productivo, así como su independencia de las grandes compañías del gremio, meta que se convierte en una realidad después de dos años de gestiones y análisis, aseveró Jesús Olmos Colmenero, académico del CUAltos.
“Se pretende acercar conocimientos prácticos y sencillos. El eslogan de ‘aprender haciendo’ es que no vamos a venir a enfadarlos con tres horas de teoría. Es compartirles un concepto y luego que entre todos tratemos de entenderlo haciendo cosas en equipo, para que cuando se vayan a su casa les quede más o menos claro ese concepto y lo puedan aplicar en sus sistemas de producción. Los estudiantes ojalá que nos ayuden a multiplicar esta idea y que tengamos más impacto en la zona de los Altos de Jalisco”, comentó Olmos Colmenero.
El cooperativismo ejercido a través de la Escuela de Lecheros pretende hacer frente a las grandes corporaciones productoras y abatir la desigualdad, comentó Mara Robles, rectora del CUAltos, refiriéndose a las grandes empresas del sector que acaparan el mercado y dejan de lado a los pequeños productores.
“Me parece que en una región tan importante como la nuestra, en donde hay lecheros que efectivamente tienen toda la tecnología, miles de vacas y una gran infraestructura y organización, se vuelve muy importante que los que tienen pocas y que no tienen la experiencia, el conocimiento o la tecnología, puedan aprender de los que están haciendo bien su trabajo”.
También aplaudió el sentido de cooperativismo entre los productores. Resaltó que “está dejando huella y es una gran alternativa frente a los imperios agroindustriales, que lo tienen todo y existe una gran desigualdad con los que casi no tienen nada”.
Según el especialista en Ciencias Lecheras, Olmos Colmenero, los agropecuarios de esta región del estado se caracterizan por ser personas trabajadoras e inteligentes, pero se esfuerzan mucho en el aspecto físico, por lo que cree necesario se acerquen a conocimientos que aminoren la carga física del trabajo y lo sustituyan con las estrategias que se les impartirán en la escuela.
Los cursos para los lecheros alteños tocarán temas referentes a la nutrición y alimentación de los animales, a través de la producción de forrajes y ensilajes de calidad para una óptima crianza y desarrollo de becerras de reemplazo, y constará de 40 sesiones informativas en 10 diferentes sedes y establos que integran la UCCA en los Altos.
Los temas que conforman la primera etapa fueron elegidos pensando en que las actividades de producción de leche, ya mejoradas, darán como resultado un incremento en la economía del productor. Es importante enfatizarlo, porque el inestable y bajo precio que pagan a los productores es uno de los principales problemas que aquejan a quienes cuentan con ganado lechero.
Los instructores que impartirán los cuatro primeros módulos son profesionales que cuentan con un amplio conocimiento de la zona, en producción de forrajes para la actividad lechera y que conocen los métodos de trabajo de los productores de la región, con lo que se busca tener una relación más estrecha que propicie la mejor capacitación de quienes participen en el proyecto.
Un ejemplo es el alto precio de los granos importados y forrajes que utilizan, lo que aumenta considerablemente el costo de producción y representa un problema para quienes venden su leche a las procesadoras lácteas, las cuales por lo general establecen precios que dejan un margen de ganancia mínimo para el productor. Eso en el caso de que los productores cuenten con un contrato con dicha procesadora, pues de lo contrario deben averiguárselas para encontrar un destinatario del producto día con día.