“Chava” Flores: las canciones como crónicas urbanas

El pasado 14 de enero se cumplió el Centenario del nacimiento de este singular compositor

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Salvador Flores, mejor conocido como “Chava”, es uno de los compositores más relevantes de México. Su obra musical es vasta y una de las mejores que hayan existido. Sus creaciones tienen un sello muy particular, ya que encontró un modo distinto de mirar y son el reflejo de su experiencia como habitante en un gran número de colonias de la Ciudad de México, amén de sus numerosos oficios que tuvo antes de tener éxito con canciones como Dos horas de balazos y La tertulia, que fueron sus primera composiciones grabadas en acetatos en 1952.

Producciones como Boda de vecindad, Peso sobre peso (conocida como La Bartola), La interesada, El gato viudo, Mi chorro de voz, Ingrata pérfida y Llegaron los gorrones, son un resumen de las muchas composiciones que realizó y lograron ser éxitos de la radio de la época.

Su originalidad y visión lograron que no solamente que la gente de la capital las hiciera suyas, sino que encontraron su nido en el caracol de los oídos de la gente de todo el país, sin mediar clases sociales.

Chava Flores es uno de los autores musicales más influyentes, sus rolitas han llegado hasta nuestros días con enorme fuerza, basta con encontrar su influencia en canciones como La chilanga banda, que hiciera un enorme éxito Café Tacvba en los años noventa y que Jaime López creara bajo el influjo de Flores.

La singularidad de nuestro compositor, que apenas el martes 14 de enero cumpliera su centenario, tiene entonces varias aristas.

Cronista de la Gran Urbe

Conocedor de la sociedad del DF, ya que la había vivenciado por largos años y entró hasta sus entrañas y en esa masa se fundió, supo mirar los cuadros de costumbres de los habitantes de la gran capital.

Es, entonces, uno de sus cronistas más consumados y forma parte de esa élite de la memoria de la Gran Urbe que va de Artemio del Valle Arizpe, Juan de Dios Peza, Arturo Sotomayor, Gregorio Ortega, Manuel Gutiérrez Nájera, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Luis González Obregón, José Tomás de Cuellar, Ángel de Campo, Gabriel Vargas, Salvador Novo, Ricardo Cortés Tamayo, José Alvarado, Ricardo Garibay, Vicente Leñero, Elena Poniatowska, Jaime Avilés, Víctor Roura, José Joaquín Blanco y Carlos Monsiváis.

Salvador "Chava" Flores
Es uno de los compositores más importantes de México. Foto: Archivo

También es uno de los constructores del nuestro imaginario colectivo. Su mirada encontró que nuestro ser, nuestra idiosincrasia es el “relajo” y es parte de nuestra construcción como mexicanos.

De cierta manera “Chava” Flores se diferencia de los grandes cronistas de la capital mexicana: es parte de esa singular sociedad, de esa masa increíble de los defeños (para usar un término que a él le gustaría); lo anterior lo evidencian sus canciones y encuentra su punto nodal en la rolita Sábado distrito federal, y le gustaban los reventones como buen defeño.

Y hay más, otra enorme diferencia: su humor es grandioso, muy particular, pero inmerso en ese ser irónico que es un chilango. Humor y visión de las cosas simples, esas que conformar el modo de ser de una sociedad, que la hacen particular.

De algún modo, “Chava” Flores reconstruye a la sociedad y la patentiza como tal, no seríamos iguales sin su visión de nosotros mismos, como no seríamos iguales si Carlos Fuentes o José Emilio Pacheco no nos hubiera tocado con su mirada y su lenguaje, que en “Chava” Flores está entre el culteranismo y lo popular.

O acaso no es claro cuando dice de una mujer: “Ingrata pérfida/ romántica insoluta, /tú me estrujates/ todito el corazón. //Y yo benévolo /hablábate de amores /y deciáte /mi anémica pasión.

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