Durante el confinamiento social los casos de violencia contra las mujeres al interior del hogar se han acentuado, por lo que un grupo de especialistas en derechos humanos y género participaron en el webinar “Covid-19 y la violencia de género: cómo afrontar la violencia contra la mujer y protegerla durante la contingencia”.
La mañana de este miércoles, a través de Canal 44 Noticias (44.2) y las redes sociales de la Universidad de Guadalajara (UdeG), fue transmitido este cuarto seminario virtual, que organizan esta institución y Jalisco a Futuro.
El objetivo es brindar alternativas para las víctimas y explorar este lamentable fenómeno. La profesora y jefa del Centro de Formación de Periodismo Digital de UDGVirtual, Érika Loyo Beristain, dio a conocer que en todo el mundo los casos de violencia contra las mujeres se han triplicado en este periodo.
“En China aumentaron tres veces las llamadas de emergencia; en Argentina se multiplicaron los feminicidios; las llamadas de emergencia en Chile crecieron 70 por ciento, y 45 por ciento en Sao Paulo, Brasil. En el primer trimestre se registraron 964 mujeres asesinadas en México. Los 69 espacios que integran la Red Nacional de Refugios están a 80 y 110 por ciento”, detalló.
Pese a estos registros, dijo, la realidad es que muchas no pueden hacer llamadas al 911 porque su agresor controla desde su movilidad hasta el uso del celular:
“Éste lo hace porque se siente seguro de ejercer la violencia, ya que hay un alto grado de impunidad”.
Loyo Beristain resaltó que, ante dicha situación, se debe de ser creativos para alertar a las autoridades, y si no se puede llamar directamente al 911, tal vez sí pedírselo a algún conocido o persona en el exterior con la que se tenga contacto, como alguien que atiende un negocio.
“Las autoridades también deben saber escuchar el silencio de la violencia”, subrayó.
A la par, sería necesario tener una bolsa de emergencia con la que la víctima pueda escapar del hogar, poner crédito al celular o acudir a presentar la denuncia. Recordó que las condiciones de hacinamiento en las que muchas personas cohabitan también contribuyen a dicha violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, y que son ellas a quienes se les ha aumentado la carga de labores en el hogar de cinco hasta 18 horas al día.
Entre las prevenciones urgentes para reducir la violencia (en un momento muy específico), recomendó el diálogo y los acuerdos entre los miembros de la familia, así como mantener la calma; aunque dichas acciones no eximan de una posterior denuncia.
La especialista se pone a disposición de la población para pedir asesoría o aclarar dudas, mediante su correo erika.loyo@redudg.udg.mx y su cuenta de Twitter: https://twitter.com/ErikaLoyoB
Ángeles González, profesora investigadora en materia de género en la UdeG, recalcó que, tras vivir un mes de marzo muy álgido en cuanto a visibilidad feminista con las marchas y el paro nacional, ahora nos encontramos con el reto de asumir que en la práctica el trabajo doméstico no es exclusivo de las mujeres.
Esta situación deriva en muchos casos en violencia manifestada de forma física, psicológica, sexual, económica y patrimonial.
“El reto del aislamiento, evitar que sigamos en condiciones de desigualdad y que solamente se cargue a las mujeres el trabajo doméstico, implicará que los distintos miembros de la familia hagan dicho trabajo. Es necesario conocer las necesidades de las personas que conviven: menores, adolescentes, adultos mayores y los padres, quienes pueden estar haciendo home office”, dijo.
Recordó que ante problemas emocionales, que también pueden derivar en violencia, la UdeG pone a disposición una línea de atención psicológica, por parte del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS): 1058-5200, extensión 34280.
La investigadora abre un canal de comunicación mediante su correo angelgon56@hotmail.com
Lidiar con la violencia institucional, una segunda batalla
La violencia machista no excluye a las instituciones que, irónicamente, atienden los casos de violencia doméstica. Por ello, la abogada penalista y defensora de derechos humanos y de género, Ana Katiria Suárez, dio recomendaciones sobre cómo exigir a la autoridad que salvaguarde a las víctimas.
“Uno de las grandes problemas son los primeros respondientes (operadores del 911 o policías), ¿qué hacemos si a los que llamamos para pedir auxilio consideran que nuestro problema no es tan grave, porque siguen ejerciendo los roles violentos que se viven en casa?”, cuestionó.
Describió que ella ha sido testigo de cómo, al hacer llamadas a policías o ministerios públicos, éstos argumentan que no pueden acudir por la situación del Covid-19, cuestión que es inadmisible, pues su labor es de primera necesidad.
“¿Cómo identificar que lo que vive merece la atención del Estado? Denunciarlo. Sí existen los espacios públicos para que se hagan las denuncias, con las medidas de sanidad”, dijo.
“Nosotras podemos solicitar medidas de protección cautelares, dictadas por un juez de control, en donde le dices al juez que la persona con la que vives te hace daño y le solicitas que lo separes de tu casa”, manifestó la especialista.
“Con una violencia que se muestre de manera inmediata, el juez tiene la obligación de decretar la medida cautelar y ordenar la separación de cuerpos. Tenemos que hacer valer la legítima defensa: libertad sexual, defender nuestra vida y bienes”, expresó.
Indicó que es alarmante que se hayan disparado las llamadas al 911, por abuso, acoso sexual, violencia familiar; pero que esa cantidad no es cercana a la realidad de lo que ocurre en este país.
“No tengamos miedo a levantar la voz, ¿cuándo?, cuando te sientes mal del estómago, cuando hay culpa, miedo y deuda, entonces estás sufriendo violencia”, denunció Katiria Suárez.
La abogada y activista también se pone a disposición de cualquier interesada mediante su su página de Facebook: https://www.facebook.com/AnaKatiriaSuarez/
Entre hombres se puede apoyar para evitar la violencia
Si bien es difícil que un hombre agresor cuestione la violencia que ejerce, el Cofundador de Gendes AC y experto en masculinidades alternativas, Ricardo Ayllón, compartió una serie de indicaciones urgentes para que los varones eviten dañar a mujeres, adolescentes y niñas y niños en su hogar.
Dijo que los hombres son quienes ejercen esas formas de violencia, por lo que tienen que ser parte de esa solución.
“Si sientes frustración es normal, pero no la violencia. Lo mejor es darte un tiempo fuera, ‘me voy al baño’ o a algún lugar donde puedas respirar. También dialogar y llegar a acuerdos. Esto es trabajar en lo urgente y resolver que no haya violencia”, señaló.
Las expresiones violentas, dijo, son detonadas por el estrés e irritabilidad que produce el aislamiento social, que también parte de estereotipos sobre “lo que se supone debe ser un hombre”, como el hecho de ser proveedores en tiempos en los que abunda el desempleo.
Recordó que en la asociación Gendes (https://www.gendes.org.mx/consultoria) se ofrece una línea telefónica de atención a hombres para prevenir la violencia y atenderla, misma que está disponible las 24 horas: 5264-2011.
“Todos los hombres ejercemos una forma de violencia, de distintas maneras. Lo que sí sabemos es que un hombre escucha más a otro que está en un proceso de cambio para acabar con su violencia. Cuando se empieza a socializar la idea de la importancia de cuestionar, respirar, desde ahí logra entenderlo y ambos se van apoyando”, señaló.