Cuauthémoc Mayorga*
Desde una perspectiva bioética, la clave para la toma de decisiones que impactan en la sociedad y en la vida cotidiana de las personas es que se tomen escuchando las distintas voces de los expertos, y que se decida con prudencia luego de una cuidadosa ponderación de los valores comprometidos.
Lynette Hooft
Con el avance de la pandemia surge un conjunto de situaciones inesperadas que nos hacen dudar de nuestras creencias y valores. Específicamente, algunas nociones como solidaridad, justicia, libertad, derechos, vulnerabilidad o calidad de vida dejan de tener el significado que se les asignaba antes de que entraran en vigor las acciones y las medidas preventivas implantadas para mitigar los efectos negativos de la enfermedad.
Ante la presencia de una situación inesperada que atenta contra la salud o la vida entran en conflicto nuestras creencias y valores morales, situándonos así, ante un problema de bioética. Lo característico de este tipo de problemas es que no podemos mantenerlos en un estado de reflexión pura, sino que tenemos que afrontarlos y encontrar soluciones o alternativas de acción, al menos de manera provisional.
Con el carácter incierto de la pandemia se han tomado decisiones y previsiones que confrontan las convicciones de los ciudadanos. Consideremos seis ejemplos: 1. Debemos optar entre continuar desplazándonos libremente por las calles o encerrarnos, perdiendo el derecho al libre transito. 2. Cuando llegan dos o más pacientes a un hospital con síntomas graves, las instituciones de salud deben decidir a quién atender primero. 3. Los gobiernos deben considerar prioridades entre impulsar el crecimiento económico y cerrar algunas fuentes productivas para proteger la salud de los ciudadanos. 4. Los empresarios deben escoger entre continuar con su producción a todo vapor o detener la producción; entre mantener el salario de los trabajadores en cuarentena o despedirlos. 5. Los periodistas deben elegir entre continuar publicando notas sensacionalistas para atraer lectores o enfocarse en presentar información que sea de utilidad a la ciudadanía. 6. Los científicos tienen que decidir entre poner a disposición de las poblaciones alternativas terapéuticas que auguran un alivio o esperar a tener opciones sólidamente probadas, aunque para ello tengan que pasar muchos años.
Los dilemas morales, que en este caso se nos presentan como problemas de bioética, confrontan a la ciudadanía en general. Las reflexiones y acciones se realizan de manera individual, en las familias, en las pequeñas comunidades, en las empresas, en las instituciones y en las instancias de gobierno. Las decisiones se toman en función de la información asimilada; por ello los medios de comunicación, así como los generadores y divulgadores de información científica, en estos momentos también adquieren una alta responsabilidad moral.
La bioética se vuelve indispensable en estos momentos en que la vida, la muerte, la salud y la enfermedad se nos presentan como los temas más importante del mundo. Y son los tema más importante del mundo porque las expectativas, las costumbres, las convicciones morales y los distintos valores de la comunidad internacional se encuentran en desorden.
*Maestría en Bioética de la UdeG